Etiqueta: feminismo

Kechu.

Kechu Aramburu: «La postpandemia será la gran oportunidad de Sevilla para resetearse». Entrevista con Félix Machuca. ABC Sevilla. 08/02/21. Las circunstancias sanitarias derivadas de la pandemia le han impedido presentar en público su libro Imprescindibles donde dibuja los perfiles de diez mujeres que en su … Continúa leyendo Kechu.

Tu voto:

andalucismo airado contra andalufobia histórica: conformación y ejemplos.

Portal Andalucía.org

El Salto.com

Estamos hablando de un fenómeno muy vivo en redes sociales y con base en currículos universitarios y con escaso o nulo reflejo en urnas electorales. Es un movimiento de cultos para cultos donde alguien como Isidoro Moreno Navarro (n. 1944) se tiene como intelectual de referencia. Son hombres y mujeres, andaluces airados, criados y alimentados por un Estado del Bienestar –cuya invención no critican, sino invocan como paraíso perdido– y con la @ (arroba) y la (X) equis o el español de la -E como usos añadidos al andaluz escrito. De muestra, dos botones:

Uno se llama Portal de Andalucía [.org][1] y, dentro, Carmela Borrego [2], su artículo Por mis muertas, de 11 de junio 2020 (que pueden leer tal cual pinchando aquí o en nota [i] con algún recorte). El otro es José Carlos Mancha Castro [3], autor de Rocío: el ritual de una madre sagrada, publicado en El Salto Diario [.com] de 5 de junio 2020 (pinchando aquí o en nota [ii]). Los dos me llegaron vivamente recomendados por Isidoro Moreno y los dos me han costado mi amistad en red con tan ilustre emérito en medio de aprobaciones y megustas de su legión de seguidores.

Lo que he descubierto es esto (quienes ya lo sabían, pueden decirme ¡a buenas horas!): hay un vinvictimismo andaluz (mezcla de vindicación y victimismo) con tres ejes: 1º) la aceptación de una andalu[zo]fobia como estereotipo enemigo contra el que hay que luchar;[4] 2º) una cuestión andaluza equiparable a la cuestión catalana y 3º) el cultivo de una lengua andaluza escrita.

En la práctica, se trata de un andalucismo en la onda de Podemos más que en el viejo Partido Andalucista. Todo, con esa vaga pedantería de estirpe universitaria que, al final, pagamos todos: la pública, a través de impuestos.

Pasen y lean i y ii (tiempo estimado 20 minutos).


[1] Medios afines: Argia, Café en Andalú, Directa, El Paseo, El Salto, El Topo, Feminópolis, La Marea, La Voz del Sur, Secretolivo. Webs personales: Antonio Aguilera, Antonio Manuel Rodríguez, Antonio Orihuela, David Florido, Gruñido RRR, Ibán Díaz, Isidoro Moreno, Jacinto Gutiérrez, José Luis Tirado, Miguel Santiago, Óscar García Jurado, Susana Moreno.

[2] Ella se presenta así: Licenciada en Farmacia. Dedicada a salud comunitaria. Activista andaluza estepeña.

[3] Antropólogo, Profesor en la Universidad Pablo de Olavide y miembro de la Plataforma Andalucía Viva.

[4] Muestra de andalufobia pudo verse en la campaña #yohabloandaluz.


Portal Andalucía.org

[i] Por mis muertas, por Carmela Borrego

Hace unos tres años comencé un Máster sobre feminismos donde participan la Autónoma de Barcelona (UAB) o la Universidad de Barcelona (UB), entre otras. Poco a poco, fui sintiendo una incomodidad, o más bien una sensación de lejanía, con muchas teóricas feministas que leíamos. No era que no hablaran cosas interesantes, sino que sentía que ni mi historia de vida ni la de mujeres de mi entorno quedaban reflejadas en esos textos. ¿Qué tenía que ver La mística de la feminidad que hablaba de mujeres aburridas en sus casas de cristal, con mi madre que no para quieta y lleva bregao lo que no hay en los escritos? El mayor detonante de esta sensación fue cuando en una asignatura llamada Historia de las Mujeres me pidieron un trabajo sobre mi madre y mis abuelas. Cuando comencé a dialogar con ellas me di cuenta que para mí era necesario nombrar el territorio andaluz y su idiosincrasia. Pues, sin él, las historias de vida de estas mujeres de mi familia se quedaban como desarbolás, como sin raíces y sin memoria. Y fue así como tirando y tirando del hilo de las narrativas de mi madre y mi abuela, descubrí el proyecto de Mar Gallego Como vaya yo y lo encuentre, que me impulsó a confiar en mis sentires. A este trabajo lo titulé Las Mujeres de Lorca y fue el principio de un camino hacia mis entrañas. Después de investigar sobre las mujeres de mi familia y sentir que Andalucía vertebra unas experiencias concretas que eran urgentes nombrar, decidí hacer mi TFM sobre feminismo(s) andaluz(es). Para ello, el proyecto fue planteado como una Investigación Activista Feminista. Esto básicamente quiere decir que mi mirada hace que la investigación sea realizada y relatada desde un lugar concreto. Vamos, que no es lo mismo que mire yo a mi madre o a mis vecinas a que venga un tío de Inglaterra a nombrar lo que sentimos. Y esta investigación pretendía hablar desde un lugar y de una posición parcial que ansía entrar en diálogo con otras subjetividades para generar red desde el pensamiento crítico. Mi pregunta era ¿por qué cada vez somos más las que necesitamos nombrar Andalucía para articular nuestras reivindicaciones? Por eso mi TFM nace de mi cuerpo propio, de mi sentir situado, de miS fluidoS, de mi vulnerabilidad y mis miedos. De mi necesidad de encontrarme con otras posiciones, de encontrar esa parcialidad que hace la vida más rica y cuestionar ese feminismo que se cree objetivo pero que niega las experiencias de LXS OTRXS. Todo esto, sin caer en la creencia de que el feminismo andaluz es un feminismo decolonial; como mucho, intentando ser aliada, casi ná. Para ello invité a una serie de subjetividades para que participaran con sus voces. Como producto final, salió un texto de investigación (mi TFM) y una femzine donde se recogen los aportes de las personas que con sus sentires me ayudaron a sacar adelante este trabajo titulado Salmorejho Majhao. feminimo(s) andaluz(es) colectivo(s). Pero nombrar el mundo desde la crítica y señalar los sesgos que el propio feminismo posee genera incomodidad y recelo. Y así pasó al llegar a la defensa de mi TFM, hace ya más de cinco meses. Una de las tribunales que iba a evaluar mi trabajo, la Dra. T.T.M. (hablaré de ella así, aconsejada por mi queride amigue mayorquine, pa no exponerme más de la cuenta) desde su posición de académica burguesa sintió que su trono se tambaleaba al poner sobre la mesa la invisibilización que el feminismo hegemónico blanco burgués genera hacia otras formas de hacer saber y la violencia que esto conlleva. Así, atacó de la forma más soez y rastrera no solo a mi trabajo, sino a mi ser, a les participantes y a mis ancestras. Se rió de mis muertas en mi cara. Porque mientras yo hablaba de la necesidad de nombrarnos desde Andalucía para poner en valor a nuestro linaje de mujeres, ella se reía. Literalmente, se reía burlonamente mientras la foto de mi abuela, ya muerta, era proyectada detrás de mí en una diapositiva. Se rió, literalmente, cuando hablé de las mujeres que las personas que participaban en mi TFM habían nombrado como referentes feministas: Lola Flores, La Paquera, Fernanda y Bernarda de Utrera, Lole Montoya, nuestras madres y nuestras abuelas. Se burló de ellas, o sea, se rió de mí y de mis muertas. Y eso pa una andaluza es tocarle mucho el coño. Me amenazó con suspenderme, porque esas mujeres carecían de rigor académico, y según ella en palabras literales: No podían ser referentes de nada. Negó y llegó a cuestionar a las mujeres gitanas andaluzas que con voz activa participaron en mi investigación, diciendo que no era necesario hablar de feminismo gitano ni de feminismo andaluz. Y llegó a infantilizarme de tal manera, que negó mi experiencia como investigadora, diciendo que yo no había leído mi marco teórico y que todo lo que yo había relatado en mi narrativa era fruto de mi desvarío de mujer joven. Me llegó a preguntar por qué quería yo hacer ciencia, con ese desdén que me es tan conocido que desprenden los señoritos aquí en Andalucía. Ese ¿Por qué quieres hacer ciencia? que en realidad quiere decir: Cállate que tú no sabes. En ese momento, la ansiedad me llegó desde las entrañas tambaleando lo más profundo de mis raíces. Una pena mu honda que me era conocida inundó mi cuerpo porque se repetía por los siglos de los siglos. Un sentir que me era cotidiano: la cacique señorial burguesa riéndose de una mujer de pueblo humilde, de barrio y empobrecida por este mundo capitalista. La andaluzofobia histórica impactando fuertemente contra mis carnes, como siempre. Porque ella tenía el poder y yo tenía que callarme. Como siempre, la andaluza solo sirve para el baile, pero no sirve para hablar de su baile ni de ella misma. El nudo en el estómago llegó con la foto de mi madre y de mi abuela (ya muerta) proyectada tras de mí, recordando de dónde vengo, de una Andalucía que ha tenío que callarse por miedo a las represalias. Vengo de unas antepasás que han tenío que servir al cacique con la cabeza agachá. Provengo de una historia arrancada de su memoria y que cuesta que se haga recuerdo. En ese instante, me vino el dolor al sentir ese linaje y ver cómo en otro entorno el caciquismo burgués usaba las estrategias históricas de doblegación hacia las andaluzas. Y allí morí por un momento, por saberme humillada bajo las mismas dinámicas y los mismos discursos que los que humillaron a mis muertas. Sin embargo, aquí estoy creando. Las raíces del olivo son demasiado profundas para ser arrancadas. Querida Dra. T.T.M. (y todo tu séquito): el silencio se ha roto. Quizá en ese momento creíste que tu odio hacia las mujeres que alzan la voz contra el despotismo del feminismo académico burgués iba a poder conmigo, que iba a poder con nosotras. Pero la medalla de la Virgen del Carmen que llevaba mi abuela el día de su muerte, y que ahora cuelga de mi cuello, me recuerda que, a pesar de todo, pese a tus intentos de callarme, ese día comenzó en cierta forma mi venganza. Una venganza que nace desde el amor más profundo a las mujeres que mecieron mi cuna. Y quién sabe, si ese día que tú intentaste humillarme con las mismas estrategias con las que los señoritos humillaban a mis muertas, mi abuela vino a susurrarme al oído todo lo que luego pude contestarte. Aunque luego llorase lo que un río no puede contener, ese día pude contestarte: Tú nos estudias como objetos, nosotras venimos a nombrarnos como personas. A pesar de tu intento de callarme sustentado por el silencio de la academia, aquí estoy con esta femzine sobre Feminismo(s) Andaluz(es). Porque existimos y porque otros lugares de hacer saber son posibles fuera de las dinámicas violentas que ejerce cierto sector de la academia. A pesar de tu intento de silenciar nuestras voces que hacen tambalear tu trono (creado con las miserias de les otres), aquí estamos y estaremos nombrándonos desde nuestro sentir. A pesar de que toda la burocracia académica haya intentado protegerte, aquí estamos nosotras con los brazos bien abiertos y con el pecho pleno para nombrarnos. Aquí estamos después de tanto llanto para decirte que el feminismo andaluz desde su diversidad, sus saberes y sus contradicciones ha venido para quedarse. Por mis muertas.

El Salto.com

[ii] Rocío: El ritual de una madre sagrada, por José Carlos Mancha

“La Birhen del Roçío/ no êh obra umana;/ que bahó de lô çielô/ una mañana./ Eço çería/ pa çêh Reina y Madre/ de Andaluçía” (Popular sevillana de Muñoz y Pabón de 1919. Propuesta de andaluz escrito EPA.)

Estas semanas atrás habríamos experimentando cómo desde algunos medios de comunicación centrípetos se hubiera narrado la romería del Rocío. El relato nos mostraría el reflejo de una sociedad catalogada de ‘fanática’, ‘fundamentalista’ y ‘primitiva’, coadyuvando al incremento de los estereotipos producidos por la andaluzofobia para mantener el statu quo de subordinación y dependencia económico política de nuestro país en el seno del Estado español. Se tomaría el Rocío como la síntesis de lo que, para muchos españoles (tanto conservadores como progresistas) supone Andalucía: una región de vagos, gentes rurales que hablan mal, fanáticos del catolicismo y que siempre están de fiesta y (ahora con la emergencia del animalismo) que maltratan a sus animales. Esa mirada sobre este hecho social que tiene lugar en Andalucía contiene una alta dosis de xenofobia, clasismo y paternalismo; pero, sobre todo, es una mirada reduccionista, simplista y unidimensional. La Andalucía de nuestros días es una sociedad con uno de los índices más bajos de práctica sacramental católica de todo el Estado. Sin embargo, la masiva participación en fiestas y rituales de religiosidad popular parece un paradójico contrapunto a esta realidad. Esto se debe a que esos rituales no sólo pueden ser explicados desde una óptica religiosa, sino, por encima de ella, desde una óptica identitaria. Quien se acerca al Rocío y a otras fiestas religiosas populares y sólo ve un acto religioso es como si estuviera ante un rico y diverso escenario con múltiples representaciones y, únicamente, focalizara su mirada en una de ellas. El Rocío es un ritual festivo popular reflejo de la(s) comunidad(es) que lo celebra(n); un lenguaje sobre la realidad, una construcción sociosimbólica de la misma, en la que se pueden observar procesos históricos, sociales, políticos, ideológicos y los conflictos acaecidos en una comunidad concreta, expresados en un nivel simbólico. El Rocío es un fenómeno exponente de lo que diversos científicos sociales han denominado glocalización. Se trata de un constructo conceptual en el que se sintetizan las dos dinámicas que gobiernan en la actualidad el sistema mundo: la globalización y la localización. La glocalización consiste en la activación de identificaciones colectivas de los pueblos-naciones, etnias, sectores sociales subalternos y todos aquellos grupos que se definen en torno a ideologías y valores de tipo cultural (localización) en contestación a los efectos de homogeneización cultural producidos por la globalización (Moreno Navarro y Agudo Torrico, 2012). Con este tipo de rituales, las comunidades mantienen un arraigo, una identidad colectiva, elementos que los significan ante el avance perverso de un movimiento que busca imponer una única cultura, unificadora del mundo occidental contemporáneo. Es, pues, un elemento de resistencia identitaria, donde se expresan diversos modelos representativos de la cultura donde el ritual tiene sentido: la andaluza. A pesar de que en la Andalucía contemporánea la práctica sacramental esté descendiendo, esto no quiere decir que la andaluza sea una sociedad secularizada o en proceso de secularización, sino en proceso de laicidad, como todas las sociedades ancladas en el paradigma de la modernidad. Estoy de acuerdo con el análisis que hizo Isidoro Moreno (2003) sobre la modernidad. Ésta se caracteriza no por ser un tiempo de secularización, esto es, de desacralización, sino un espacio tiempo de fragmentación del ámbito de lo sagrado. La misma se compone de diferentes sacralidades: los dioses o diosas religiosas, la diosa razón, el Estado Nación, la historia como teleología, etc., sobre las que reina el Mercado como absoluto social central, como sacro primus inter pares, subsumiendo, en ocasiones, en su lógica a las otras sacralidades. Además, para entender el complejo fenómeno del Rocío desde una perspectiva religiosa, considero que se debe analizar desde las lentes que nos proporciona el concepto de religiosidad popular. Se trata de un conjunto de creencias y prácticas de carácter mágico religioso colectivo y vivenciales situadas en los márgenes de la oficialidad institucional eclesiástica, donde tienen lugar una multitud de expresiones festivas, sensuales, orgiásticas, ideológicas, identitarias, emocionales, ecológicas, etc., donde las comunidades expresan la trascendencia y su memoria colectiva; prácticas que no son directamente sancionadas por la Iglesia católica ni totalmente controladas por ella. Sin embargo, la religión oficial y la popular se complementan bajo un delicado equilibrio de legitimidad, produciendo un complejo ritual híbrido constituido por una doble condición oficialista y popular. En este sentido, el Rocío sería lo que Marcel Mauss denominó un hecho social total. El Rocío es un lugar de peregrinaje originado por una hierofanía, es decir, por la aparición de un objeto sagrado: la virgen. Geográficamente, está situado en un cruce de caminos entre las costas de Huelva y Cádiz, el Aljarafe y el Condado de Niebla, comarcas que conforman su histórico territorio de gracia. La aldea supone un lugar central de un espacio biocultural singular donde históricamente se han producido tensiones y disputas entre las poblaciones limítrofes al coto de Doñana por el control de los recursos y la reproducción de rituales. Pero, a su vez, se trata de un lugar de frontera con la naturaleza percibida como virgen (Moreno Navarro, 1995); naturaleza virginal simbolizada en el icono cultural de la diosa madre que adquirió la advocación del lugar; primero, de las rocinas y, con posterioridad, rocío. En torno a este icono religioso identitario ecológico se han desarrollado diferentes conflictos históricos, siempre de forma latente y expresados en el plano simbólico. En estos conflictos se deben destacar la secular tensión entre los pueblos de Villamanrique y Almonte por el control simbólico del icono; los seculares conflictos de las clases populares con las instancias eclesiásticas; el nombramiento de la virgen como patrona almonteña en contestación a la imposición del ducado de Medina Sidonia de que en las poblaciones de su dominio lo fuera la virgen de la Caridad; las distintas instrumentalizaciones que, desde el siglo 19, sobre el icono han fraguado las ideologías políticas nacionalcatólicas y su utilización para la legitimación de todo tipo de sucesos o, incluso, regímenes políticos, así como la criminalización de otros. Sin embargo, por encima de todo, pienso que la virgen del Rocío es el icono símbolo del territorio de la marisma y el coto de Doñana. La disputa por ese ecosistema se ha reproducido histórica y simbólicamente a través del icono de la virgen. La defensa que de ella hace Almonte es una defensa de su primacía sobre esos terrenos, simbolizada en la legitimidad y el privilegio que sólo ellos tienen sobre la imagen mariana. De ahí esa actitud de posesión que tanto fascina al mundo moderno y tan criticada es por todo tipo de corrientes de pensamiento, tanto (ultra)conservadoras como progresistas. Esto debe entenderse desde una perspectiva simbólica y, la antropología, puede servir para la comprensión de esos hechos.

Para quien no la conozca, la romería del Rocío es un ritual que se estructura en cinco actos. El primero de ellos es lo que se denomina hacer el camino, un tránsito de peregrinos desde la localidad donde radica cada hermandad hasta la aldea del Rocío, que se realiza a pie, a caballo o sobre un carro tradicional, acompañando a un simpecado colocado en una carreta que es tirada por los animales tradicionalmente utilizados para las labores ganaderas y agrarias principales de la localidad de origen, normalmente, bueyes o mulos de carga. El segundo acto es la recepción y presentación de cada una de las hermandades ante la virgen, donde, por orden de antigüedad, las carretas con los simpecados son recibidas por la hermandad matriz de Almonte, la jerarquía eclesiástica y algunas autoridades civiles, representantes de los poderes que controlan la organización del ritual. El tercer acto es la misa de romeros, a la que asisten los representantes oficiales de las hermandades con los simpecados, siendo el único rito en el que detenta cierto protagonismo la jerarquía eclesiástica. El cuarto acto es el rosario cantado, realizado por el conjunto de las hermandades, que parten desde un punto concreto de la aldea hasta la ermita. Tras éste, tiene lugar el quinto, último y trascendental acto de la romería, lo que Fernando Ruiz Vergara denominó frenético acto de posesión del icono privilegio de los almonteños, con el que da comienzo la anárquica procesión de la virgen del Rocío por las calles de la aldea visitando a cada una de las hermandades. El final de la procesión supone la conclusión de la romería, partiendo cada hermandad en un camino de vuelta a sus localidades de origen.

En la procesión se vivencian emociones intensas: se gritan vivas, se canta, se tocan las palmas, se abraza, se reza, se pelea por coger el paso de la virgen. Entre varias personas suben a los sujetos impedidos físicamente para enfrentarlos a la deidad femenina que todo lo puede; vuelan los niños entre las miles de cabezas arremolinadas en torno al paso para que toquen el manto protector de la fértil diosa. Se llora, se bebe, se suda, se disputa, se disfruta y se siente hondamente en una especie de catarsis colectiva en la que todos los participantes se funden y se confunden. Todo ello, siguiendo la lógica de los estudios sobre la magia contaminante realizados por Frazer, según la cual, las cosas que se ponen en contacto con el objeto sagrado mantienen su influencia una vez separadas. De ahí las prácticas de tocar a la imagen, su paso, sus flores, su ajuar o todo tipo de elemento que haya estado en contacto permanente con ella. Durante los días que dura la romería, se (re)produce todo un imaginario colectivo que sintetiza la imagen de una Andalucía tradicional, en un claro ejemplo de lo que el historiador británico Eric Hobsbawm denominó invención de la tradición. Se pasea a pie, montando a caballo o en carros tirados por mulos; se conquista una aldea con viviendas de tipo rural y cuyas vías son arena; se visten los trajes de flamenco típicos que identifican a Andalucía: el traje corto con sombrero para los hombres y el traje de gitana, de flamenca o de faralaes para las mujeres. Este elemento de arreglo se denomina así por ser el traje de gala de las ocasiones festivas de múltiples ferias y romerías andaluzas y que, como bien ha definido etimológicamente Antonio Manuel Rodríguez, procede de los conceptos árabes farah (alegría) y libss (vestido o traje): farah libss, traje de la alegría que, en Andalucía, es el vestido de irse de farra, de irse de feria (ambos conceptos también ligados a la alegría, al término farah). Es el traje de flamenca (falâh mankûb): falâh significa campesino‑a y mankûb significa marginado‑a, desahuciado‑a o desposeído‑a. En definitiva, el traje de la alegría de la campesina marginada. Todo esto supone, pues, la inmersión en lo que Bajtin denominó carnavalización: la producción de una (contra)cultura apartada de la reproducción de los valores ideológicos dominantes, rompiendo efímeramente con ellos y con sus rígidas estructuras y jerarquías sociales. Se trata de un mundo al revés, de una subversión del orden social a través de una fiesta de vida, de abundancia compartida, báquica, orgiástica y liberalizadora que debe ser interpretada como una exaltación gozosa del existir y de la búsqueda de la felicidad. El salto a la reja, acto de apropiación del icono, supone un discurso simbólico en el que, ante tantos participantes foráneos, los almonteños manifiestan que sólo a ellos corresponde el derecho de poseer y portar a la imagen sagrada. Isidoro Moreno lo ha interpretado como un robo y una inversión simbólica de roles en la que, múltiples jóvenes de Almonte, en su mayoría representantes de clases populares, reivindican rebelde y violentamente que a ellos corresponde la protección y el control sobre el objeto sagrado que simboliza a la marisma (la reina de esas marismas) y a la madre diosa de la fecundidad dadora de vida (la madre de dios, la blanca paloma); objeto sobre el que se sustenta el poder simbólico y comunitario del pueblo de Almonte. Pero esta acción simbólica se trata de un manifiesto evanescente, una socialización del poder que sólo dura unas horas ya que, durante el resto del año, el control del símbolo es detentado por las autoridades de la hermandad, el clero y las distintas élites políticas. El Rocío es toda una dramatización ritual, reflejo de un proceso histórico que debe ser leído en clave simbólica; un híbrido, una superposición de múltiples visiones, funciones y significados que dan lugar a un todo contracultural, inconexo, anárquico, difícil de analizar y percibir. Pero todas esas visiones se concentran en un único icono, enigmático y polisémico. La fiesta que se le tributa (la romería) es un complejo ritual vinculado con la primavera y la reproducción de la naturaleza, que se simboliza en el icono de la mujer exaltada como reproductora de la vida. Esta adoración hacia la figura femenina materna puede hincar sus raíces en la especial atención y culto que recibieron diversas deidades precristianas (Astarté, Tanit, Artemisa, Afrodita, Diana o Venus) en lo que hoy es Andalucía. Lo que se refleja en el icono de la virgen del Rocío y su romería es una suerte de matrifocalidad simbólica que ha sido traspasada al terreno de lo religioso. Esa virgen es paradigma de nuestra rica religiosidad popular, de nuestra etnicidad, de nuestra manera de comprender y simbolizar los procesos ecológicos. Porque esa virgen simboliza todo eso a la vez, todas esas significaciones, que son expresadas al modo de la cultura vernácula de Andalucía. Es el símbolo de la madre en sus diversas significaciones. La madre de un dios, del dios hombre en el sentido cristiano católico. La madre del pueblo, de los hijos del pueblo, es decir, la madre de la patria (la matria). La madre naturaleza, diosa ecológica de la fertilidad y la fecundidad, que simboliza esas marismas virginales donde habita. La madre que es reproducida, en todos estos sentidos, por muchos andaluces que emigraron, vinculándolos a nuestro país, aunque estén ausentes. Ella simboliza la mater Andalucía.

la pistola y el rifle que llevamos dentro.

Bar Taberna Juan Sanlúcar banderas de España (4)

28 de febrero 1981. 18 de julio del 36. La historia del golpismo en España se acumula en la Wiki. ¿Dos repúblicas? Dos que se cargó el ejército. En la hoja de servicios hay que incluir Casa Real, Tribunal Supremo, Policía y Guardia Civil; ahí vieron, en sintonía, contra el referéndum en Cataluña –otra república–, uno de octubre de 2017.

En la percepción del sector armado por la izquierda hay que destacar hitos o etapas por donde el Psoe hizo circular conciencias y posturas:

–la Otan como ejército europeo (1986)

–las guerras como misiones humanitarias (1989)

–las fuerzas armadas, a la medida de las mujeres (1989)

–un Ejército voluntario y profesional (2001).

Añadan la reconversión militar de industrias como CASA (Construcciones Aeronáuticas, 1999), Astilleros (2004), Navantia (2005) o la adopción del programa Airbus Defence and Space (2014). Ya tenemos sindicatos y alcaldías aprobándolo todo. El españolito medio percibe en sus fuerzas armadas una salida profesional por vocación que puede llegar a ser heroica en su lucha por la paz y, para el españolito de izquierdas, una acción inevitable y justificada contra la derecha catalana que quiere romper España.

Y dijo el Psoe a su gente:

–¡Que se vean esas banderas de España por los balcones!

Esas percepciones arrojan un saldo a favor que ha generado un segundo fachismo, de estirpe psoecialista, que ha venido a sumarse al viejo franquismo: Valle de los caídos, Vox o el Barrio de Salamanca: un ejército enaltecido mires donde mires. Quien lo dude, contemple lo de Pablo Iglesias con quien fue Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Julio Rodríguez, Secretario General de Podemos Madrid.

Ante la algarada que ahora tengan el ministro de Interior Grande-Marlaska y el coronel Diego Pérez de los Cobos (Yecla, Murcia, 1964), ministerio al que está adscrito en junio hará 14 años (desde Rubalcaba), la pregunta es ¿qué falta hace a la nación española un cuerpo armado como la Guardia Civil?

Otro día hablamos de la Legión, de Regulares de Ceuta y Melilla, del Servicio de Vigilancia Aduanera o de la Policía Portuaria.

España, paraíso de la pistola y el rifle.


 

periodismo en raya.

Tres titulares de prensa. Uno dice: «Goebbels tenía razón: la ilusión de verdad explica por qué una mentira repetida nos acaba pareciendo verdad». Otro incendia: «Polémica en Japón: Las trabajadoras que tengan la regla llevarán una chapa para que todos lo sepan». Y el tercero inflama con: «La feminista que cree que el hombre es la única víctima del porno». Los tres artículos merecen el detector de mentiras. Los tres son ciertos como increíbles creíbles.

A lo de Goebbels. La información y la desinformación son patrimonio del poder. Se lleva arremeter contra las fake news y de paso atacar la comunicación directa y al margen del Poder con mayúscula y del poder periodístico. Por acabar pronto: más mentira repetida que la existencia de Dios propagada por la religión no se ha concebido en la vida. Decía Borges que la idea de Dios es una de las creaciones más audaces de la literatura fantástica. ¿Qué pinta Goebbels en todo esto? Solución: la verdad como fake o lo fake como verdad acreditada por el sistema que maneja Poder y Prensa.

A lo de las trabajadoras con regla y con chapa. Hay un Japón más acá de Seda (novela de Alessandro Baricco en 1996 llevada al cine en 2007 por François Girard); un Japón cuya vergüenza y límites vimos en la reciente entronización del emperador Naruhito. Dentro de su hermosura y lírica elemental, Seda de Baricco ya dejaba señales de lo que eran dependencia femenina, concubinato y prevalencia del macho en Japón a finales del siglo 19. Entre los goles marcados al feminismo occidental (con diferencia, el único feminismo, por cuanto es laico), el feminismo japonés es fake y, el feminismo islámico, una fake cercana que a diario y tan fresca (y tan tapada) vemos por nuestras calles.

Por último, si tienen paciencia para adentrarse en la feminista (?) que cree que el varón es la única víctima del porno (?), se darán cuenta que la feminista (?) confunde roles de la sexualidad real (algo que corresponde a la sociología de la sexualidad) con el trabajo de actores varones porno. Cito casi literalmente: “Ni el feminismo radical tomaría un trabajo escénico que convierte a un órgano, durante décadas tan ponderado, en una tripa tumefacta y dolorida”. Ustedes mismas.

Soneto en prosa sobre lo mujer.

(cuarteto introducción)

Siempre me ha hecho gracia (ninguna, en realidad) el empeño del profesorado de historia por explicarnos las causas de las guerras. Las tenían delante: la paz armada, los ejércitos, la industria de armamento, también Airbus, Navantia o similares.

(cuarteto planteamiento)

Aplicando el mismo son a la violencia machista (sexista, doméstica, de pareja, sentimental, familiar o como la quieran llamar), llega uno a las mismas causas y consecuencias internas, con una observación: la prevalencia física del macho sobre la hembra. El resto: la convivencia en casa, la pareja, la sentimentalidad y, sobre todo, la familia como unidad económica y fuente de prestaciones, pensiones y herencias. Por celos se mata y por dinero, mucho más.

(terceto nudo)

Mientras la ley consienta parejas o matrimonios con bienes gananciales, bajas incentivadas, prestaciones por familia o natalidad…

mientras sigan siendo desiguales personas solas frente a personas con Libro de Familia…

mientras sigamos llamando cultura o civilización a machas costumbres y machas prácticas, como el tapado islámico, de machos países de donde nos llega inmigración no coeducada en origen…

(terceto desenlace)

…seguirá habiendo maltrato y violencia machista, digan lo que digan mareas feministas, IU Podemos, 016 o quienes por hacer del maltrato cuestión de Estado nos convocan a manifestaciones de repulsa, minutos de silencio o días de luto por cada agresión.

(estrambote)

Cuestiónense lo cuestionable, empezando por el Estado protector de la familia, con Iglesia y Enseñanza concertada al fondo, bases de toda desigualdad. Y ya compensaremos la prevalencia física del macho músculo mediante discriminación positiva –ahora sí– a favor de lo mujer.


 

casting y castigo.

Rosalía Las uñas como arma del feminismo

Mecano en los 80, con letra de Nacho Cano: No me mires, no me mires, déjalo ya, que hoy no me he puesto maquillaje y mi aspecto es demasiado vulgar para que te pueda gustar. Sombra aquí, sombra allá, maquíllate, maquíllate. Y de aquellos polvos, estos lodos: Sostiene la cantante Rosalía que las uñas simbolizan la feminidad y son un arma. Oído lo cual y sin entrar en el origen y evolución de (pues no es propio de [eLTeNDeDeRo] justificar lo presente por que haya sido historia), parece indudable que todo lo que llamamos maquillaje (del francés maquiller, jerga teatral del 19 cuando actores y actrices se aderezaban en el camerino) o cosmética (del griego ‘adorno’) ha llegado a la España del hombre y el oso (cuanto más feo, más hermoso) en soporte femenino y sería estupidez o demagogia sostener otros antecedentes, como causas médico sanitarias o como distintivos de tribu urbana. Hablamos de una idea de la belleza (sea o no saludable) y Rosalía tiene razón: las uñas simbolizan la feminidad, no el feminismo (tampoco ha dicho del arma: ¿para atacar o defenderse de quién?).

El caso es que alguien podría hacer –la ha hecho ya– una lectura feminista más allá de Rosalía. Pintarse la cara, las uñas, calzar tacones o lucir escote son marcas de mujer y lo siguen siendo aun cuando varones por orgullo gay o culturizados por la igualdad de sexos hayan adoptado esos usos, también la coleta a imitación del largo pelo de las mujeres. Todo, todo, es resultado de siglos de hegemonía masculina sobre una población femenina que o quedaba al margen (mujeres de clases populares) o acentuó sus rasgos para triunfar sobre, o medirse con, el macho dominante (caso de las mujeres sabias o de alta nobleza). Solo dos modas recientes se han trasvasado del macho a la hembra: el tatuaje y el pirsin, pero ese trasvase, signo de una homogenización característica, no anula lo esencial: los roles son roles y están hechos a la medida de quien mandaba en el resto: el machismo como precipitado histórico que fue haciendo una doble construcción a partir de la división primordial entre la falda y el pantalón, entre el rosa y el azul, entre la muñeca y el balón. Y dentro de esa gran división, como en dos poderosos bandos o ejércitos, el detalle de un toque personal, de un adorno o pintado más o menos, pierde relevancia: lo que importa es el conjunto, quién manda aquí y cómo deberíamos emprender la descorporeización[1] del personaje hacia una sociedad más seria e igualitaria; no, que, después de las campañas y mareas Me too, No es no y 8-M, el feminismo sigue teniendo en la moda su más peligroso aliado. Cuando una cantante se señala por sus uñas, mal le irá y nos va. Y cuando un colectivo, de pronto feminista, quiere seguir siendo feminista sin bajarse de sus tacones, sin que le miren el escote o sin que el largo de su falda signifique nada, es que tacones, escotes y faldas significan, ¡vaya si significan!

Sepan más sobre labios maquillaje ojos pirsin tatuaje uñas tacones y quédense con el corto Rabo de toro (0:46), rodado en los estudios Palacios Malaver de Cenarte en Sevilla; con la actuación de Eli Finberg bajo la dirección de Pablo Ruiz Sánchez, quien realizó The Fog (La Niebla), con música de iAmDive y con nuestra participación y contra la pesadilla de los medios que tienen machacadas a las criaturas que dan su vida ante la cámara por un buen casting.


[1] desomatización no valdría por cuanto significa transformar problemas psíquicos en síntomas orgánicos.

La España del “todos y todas”.

Una nueva estulticia, “la dictadura del desdoblado”, ha venido a instalarse en ciertas mentalidades de esta hora: el español del “todos y todas”, frecuente en la lengua hablada y máxima en mítines de partidos de izquierda. (Otra estupidez menor, y por fortuna solo escrita, es la España de la equis: “queridxs niñxs”, equis que a ver quién lee en voz alta.)

Vean ustedes en APÉNDICE el preocupante artículo de opinión que hemos leído en Diario 16. (En ese apéndice, pueden ver los desdobles subrayados así como la mejor redacción alternativa.)

(disponible en pdf a dos columnas, muy fácil de cotejar original y corregido)

Y queden con los artículos de [eLTeNDeDeRo] tocantes a EL ESPAÑOL DE LA E, lenguaje cien por cien académico y sin ponernos a prueba ni a nosotros ni a nuestras ideas. Ojalá les sirva y aproveche.

El español de la e (sept. 2015)

Del lenguaje de géneros al lenguaje sin género: el español de la e (nov. 2016)

Cinco aportaciones al español de la e (nov. 2016)

lxs amigxs (a vueltas con el español de géneros) (sept. 2017)

El español de querides (jul. 2018)

 


APÉNDICE 1. EL TEXTO ORIGINAL
(subrayados, los desdobles)

Manuel Domínguez Moreno, Diario16, 18/05/2019

Podemos pudiera estar creando, desde su comportamiento intelectual, una nueva «casta».

En 2014 entró Podemos en la actualidad política con una serie de propuestas que hicieron que muchos españoles se ilusionaran con la llegada de estos jóvenes cultos, casi todos profesores y profesoras universitarias o procedentes del activismo social, que parecía que iban a sanear el aire viciado de la vieja política. Sin embargo, esos mismos ciudadanos y ciudadanas han visto cómo sus esperanzas se rompieron porque Podemos, a pesar de que ha influido en algunas de las medidas sociales adoptadas por el gobierno de Pedro Sánchez, no ha conseguido asaltar los cielos, ni siquiera ha dado un brinco para agarrarse a una nube. Más aún, dentro de Podemos ha habido una cierta relajación de responsabilidades en la relación con los y las ciudadanas y con los medios de comunicación. Se ha pasado del afecto a la falta de empatía y a la irritabilidad, en algunos casos a la soberbia, algo que confirman algunos de los periodistas de este medio en referencia a personas, líderes y lideresas de Podemos con responsabilidad y representación electoral en las próximas elecciones del día 26 de mayo. Es una pena que un partido político, heredero del 15M, con unas propuestas y un programa dirigido a las necesidades reales del pueblo, esté perdiendo el apoyo de los y las ciudadanas por una falta de comunicación y empatía con las ciudadanas y ciudadanos, incluidos los y las profesionales de medios de comunicación progresistas, independientes y libres desde una línea editorial basada en la conciencia social y la igualdad real. Nunca conseguirán un liderazgo efectivo si no lleva consigo una fuerte carga de empatía con la que puedan trasmitir respeto e igualdad a sus votantes y a quienes trabajan de manera directa o indirecta con ellos y ellas. En muchos casos han llegado a rozar la prepotencia en los comportamientos de algunos líderes, de algunas lideresas o de sus equipos de trabajo. La incapacidad que demuestran algunos y algunas líderes y lideresas progresistas para transmitir la igualdad, vía sus comportamientos con el pueblo, se está convirtiendo en un grave problema, se está transformando en uno de los aspectos más importantes de la política y están mermando la capacidad de transmitir a la ciudadanía sus proyectos políticos para conseguir que los ciudadanos y ciudadanas, lo entiendan con tal claridad hasta el punto que lo hagan suyo. Muchos ciudadanos y ciudadanas esperaban ver a unos políticos y políticas que tuvieran el gesto de abrazar a las personas, de estar con ellas, de hablar de tú a tú, de escucharlas, de llorar y reír con ellas y de tener el valor de mirarlas a los ojos para hacer un pacto tácito por el cual iban a luchar por todos, que iban a ser los diputados y diputadas de todos y todas, de cada uno de los hombres y mujeres de este país. Eso es empatía e igualdad y, por desgracia, algunos y algunas de quienes abanderaron un proyecto de ilusión y esperanza han elegido el camino que les aleja del corazón del pueblo creando un nuevo peligro social irreversible, una nueva casta: la de los y las intelectuales


APÉNDICE 2. EL TEXTO CORREGIDO

En 2014 entró Podemos en la actualidad política con una serie de propuestas que hicieron que muchos españoles se ilusionaran con la llegada de estos jóvenes cultos, casi todos PROFESORADO DE UNIVERSIDAD o procedentes del activismo social, que parecía que iban a sanear el aire viciado de la vieja política. Sin embargo, SIMPATIZANTES Y VOTANTES han visto cómo sus esperanzas se rompieron porque Podemos, a pesar de que ha influido en algunas de las medidas sociales adoptadas por el gobierno de Sánchez, no ha conseguido asaltar los cielos, ni siquiera ha dado un brinco para agarrarse a una nube. Dentro de Podemos ha habido una cierta relajación de responsabilidades con LA CIUDADANÍA y con los medios de comunicación. Se ha pasado del afecto a la falta de empatía y a la irritabilidad, en algunos casos a la soberbia, algo que confirman algunos de los periodistas de este medio en referencia a DIRIGENTES de Podemos con responsabilidad y representación electoral en las próximas elecciones del día 26 de mayo. Es una pena que un partido político, heredero del 15M, con unas propuestas y un programa dirigido a las necesidades reales del pueblo, esté perdiendo el apoyo de LA CIUDADANÍA por una falta de comunicación y empatía con ELLA, incluidos PROFESIONALES de medios de comunicación progresistas, independientes y libres desde una línea editorial basada en la conciencia social y la igualdad real. Nunca conseguirán un liderazgo efectivo si no lleva consigo una fuerte carga de empatía con la que puedan trasmitir respeto e igualdad a sus votantes y a quienes trabajan directa o indirecta con PODEMOS. En muchos casos han llegado a rozar la prepotencia en los comportamientos de DIRIGENTES o de sus equipos de trabajo. La incapacidad que demuestra LA DIRECCIÓN DEL PARTIDO progresista para transmitir la igualdad, vía sus comportamientos con el pueblo, se está convirtiendo en un grave problema, se está transformando en uno de los aspectos más importantes de la política y están mermando la capacidad de transmitir a la ciudadanía sus proyectos políticos para conseguir que EL ELECTORADO lo entienda con tal claridad hasta el punto que lo hagan suyo. Mucha GENTE esperaba ver a UNA DIRECCIÓN que tuviera el gesto de abrazar a las personas, de estar con ellas, de hablar de tú a tú, de escucharlas, de llorar y reír con ellas y de tener el valor de mirarlas a los ojos para hacer un pacto tácito por el cual iban a luchar por todos, que iban a ser los diputados y diputadas de cada uno de los hombres y mujeres de este país. Eso es empatía e igualdad y, por desgracia, QUIENES abanderaron un proyecto de ilusión y esperanza han elegido el camino que les aleja del corazón del pueblo creando un nuevo peligro social irreversible, una nueva casta: la INTELECTUAL.

(disponible en pdf a dos columnas, muy fácil de cotejar original y corregido)


El español de la e (sept. 2015)

Del lenguaje de géneros al lenguaje sin género: el español de la e (nov. 2016)

Cinco aportaciones al español de la e (nov. 2016)

lxs amigxs (a vueltas con el español de géneros) (sept. 2017)

El español de querides (jul. 2018)