Hermano Ezequiel, una historia de sectas (1982) fue el origen y génesis de Tinta de calamar (2014) de Daniel Lebrato, currículo novelado o novela curricular de la que bien se podría decir que es una historia de bocatas de calamares.
Cuarenta años después, [eLSoBReHiLaDo], revista libro digital identificable por la sola firma de su editor, redactor y corrector de pruebas, Daniel Lebrato, se complace en republicar Hermano Ezequiel [5.000 palabras, diez minutos de lectura] como separata de Tinta de calamar.
Basado en hechos reales y, por eso, nunca autorizado por la familia Lebrato, de la que al fin forma parte y como dueña de los derechos de autor, [HERMANO EZEQUIEL] se beneficia del efecto José Luis Cuerda y de la benevolencia de sus lectores antes de que amanezca, que no es poco, en las oscuridades de este hombre y de su dichoso hermano.
Hay Luna llena. En aviso quedan los avisados.
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