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acufanías.

Para desmentir el populismo o demagogia de un mundo en diálogo (de intereses, de culturas, de civilizaciones, de razas, de generaciones) podemos decir que el mundo ni oye ni escucha, ni habla ni deja hablar, o podemos decirlo con tecnicismo apropiado como si estuviéramos en … Continúa leyendo acufanías.

Tu voto:

desmontando las mareas por lo público.

trajes de sevillanas fotos antiguas de Sevilla

Los tres soberbios lemas de la Edad Contemporánea fueron libertad, igualdad y fraternidad (1789). Por libertad se colaba libertad de comercio; por igualdad, igual derecho a voto de la burguesía; y, por fraternidad, la vieja caridad. Lo endeble de esas tres divisas cuajó en Napoleón, un hijo de la Revolución pronto convertido en emperador (1804), quien dio leyes a un Estado policial que lleva su nombre: estado napoleónico. Contra el estado napoleónico se alzó la Internacional de anarquismo y socialismo; ambos fiados en el final de las clases sociales: el anarquismo, por la abolición del Estado, y el socialismo, por la toma del Estado por el proletariado hacia el comunismo.

La Revolución Rusa y dos guerras mundiales configuraron un cuadro inesperado. Las clases obreras, al aceptar servir como tropas nacionales (negarse a la guerra hubiera sido la única opción), renunciaron, de hecho, a la Internacional. Y Rusia se convirtió, como socialismo en un solo país, en un bloque frente al bloque capitalista, que administró a su antojo libertad, igualdad y fraternidad contra una experiencia sistemáticamente presentada como dictadura.

Las clases obreras aliadas empezaron a llamar a la puerta de la patronal reclamando el mejor nivel de vida que podrían permitirse: ser mano de obra cualificada, a costa de mano de obra bruta emigrada y materias primas de países que habían sido (y de esta forma seguían siendo) antiguas colonias, únicamente emancipadas bajo gobiernos títeres. La trampa iba a ser la deuda; deuda de países pobres forzados a comprar tecnología a las metrópolis ricas.

La mano de obra occidental se prestó encantada; su recompensa sería pasar de clase obrera a clase media, a cambio del Estado suministrar servicios que hasta entonces no daba: seguridad social, pensiones, formación profesional, salud, vivienda, transporte, etc. Había nacido el Estado del Bienestar. Soviética y el socialismo por los partidos comunistas no tenían nada que hacer. Vuelvan a 1989 y recuperen las imágenes de la Caída del Muro de Berlín: nunca tanto esclavo aplaudió la consagración de su propia esclavitud.

Lo que falta, ya lo han vivido ustedes. El mapamundi de libertad y democracia para todos, que prometió la Generación Berlín, se vio, en seguida, que resultaba una falacia. Y un anciano Stéphane Hessel dio a los jóvenes su llamamiento al ¡Indignaos! (2010), o sea: haced que se cumplan las promesas que a la humanidad se hicieron al término de la Segunda Guerra Mundial, más Occidente, en fin. Entre nosotros, José Luis Sampedro y el movimiento ¡Democracia real, ya!, que daría en Podemos, picaron el anzuelo. Y ahí los tenemos, a Pablo Iglesias y a Alberto Garzón de ministros de un Gobierno que ya me dirán qué tiene de izquierdas. La misma palabra izquierda está desactivada.

Hoy, una sociedad como la española se divide entre gente pobre y media que pide derechos y aspira a vivir a costa del Estado del Bienestar, y gente rica que no quiere contribuir al Estado (esa es la guerra de los impuestos), entre otras cosas, porque su bienestar ya lo disfruta. De ahí, que la palabra público (sector público, sanidad pública, enseñanza pública) haya quedado, como la palabra izquierda en boba petición de lo que ya se tiene. No es la pública progreso de nada, sino garantía de una privada y concertada con sus respectivas excelencias.

De otro modo. Donde el estado capitalista se hace llamar Estado del Bienestar (no en Estados Unidos), el anticapitalismo obliga a denunciar el Estado del Bienestar. A nivel personal, no fiando que el Estado nos resuelva la vida (ser parasitario ha cundido en la juventud media) y, a nivel ciudadano, activando todo tipo de objeciones de conciencia aceptadas como derechos: derecho a la objeción a las armas y a las fuerzas armadas, a religiones en público, a la natalidad subvencionada; objeción a solidaridades públicas que, en forma de acogida, no hacen más que prolongar la desigualdad, caso del tapadismo islámico en estos tiempos supuestamente feministas. Hay que ser insolidario y coherente con nuestro lugar en el mundo, ya que no lo elegimos. Yo apenas si me hablo con creyentes del bienestar y, a sus partidos políticos (ni a ninguno), ya ni les voto. La España de las Mareas me aburre o me da vergüenza.


lucha de clases y bienvenidos, refugiados.

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Vean, si no la han visto, la película Lucha de clases (Francia, 2019, 103 min). Donde ‘clases’ sociales pongan ‘clases’ de aula de colegio en enseñanzas que pueden ser –como en España (España lo copió de Francia)– pública, privada o concertada. ¿Para cuándo la única?

Sobre esa base se monta el pastel que también nos afecta: la inserción en el aula de población inmigrada: argelinos, negros, africanos, musulmanes, judíos, asiáticos, polinesios, patrias donde Francia puso su bandera y sus cañones coloniales. Recordemos que Francia (la República laica), a rebufo de Inglaterra, fue pionera en inventar estados confesionales (Israel, 1948), repúblicas islámicas o estados islámicos (Pakistán, 1956; Mauritania, 1958).

Por eso contrastan el ¡Bienvenidos, refugiados! con el Bienvenues, réfugiés! o el Welcome, refugees! Mientras Inglaterra y Francia constitucionalizaban Commonwealth y Union Française (antes Imperios inglés y francés) [1], nada igual en España pasó ni pasaría. La última Constitución española que contempló provincias de ultramar que no fueran Ceuta y Melilla, fue la Pepa de Cádiz, en 1812, y esa la barrió a cañonazos el amiguito USA cuando el Desastre del 98 (1898). El Protectorado Español de Marruecos, capital Tetuán, fue acuerdo franco-español contra Marruecos de 27 de noviembre de 1912 (hasta 1958) y fue tan siniestramente llevado que más cuenta la Historia de la Guerra de Marruecos (1859/60), del Desastre de Annual (1921), de la Guerra del Rif (1911/1927 : 16 años) o de África como escuela de dictadores: Primo de Rivera o Francisco Franco Bahamonde. [2]

La inmigración en Francia o Inglaterra se divide en dos: de origen territorios de ultramar y de otros. La inmigración a España no tiene denominación de origen: nuestro ultramar sería la América española que hoy es Estados Unidos o son estados que nada quieren saber de volver a estar bajo la Corona española.

Los problemas de convivencia que Lucha de clases bordea o toma a broma (que si el alumno puede comer cerdo; que si la madre tapada esconde un cuerpazo atlético que puede salvar vidas), como todo en Francia, tiene un sentido más sincero y más hondo, más asentado. Mientras en Francia el burca o el burquini pueden ser preacuerdos metrópoli colonia (consabido que la emigración a Francia traía en su cabeza), aquí en la España de ni fu ni fa (en parte metrópolis y en parte colonia) el ¡Bienvenidos, refugiados! bien podría cambiarse por ¡Descolonización de Ceuta y Melilla!, por ¡Gibraltar, español! o por ¡Bases no, Otan fuera!

El ¡Bienvenidos, refugiados!, que Podemos colgó en los Ayuntamientos que pudo, no tiene pie en la Historia sino en el populismo del Estado del Bienestar, ese que tiene por duda ¿Y a mí, quién me paga? El ¡Bienvenidos, refugiados! (a esta Españavirus, más mísera y con menos bienestar per cápita) tiene la misma relevancia mundial que ‑por la derecha‑ tuvo la presencia de Aznar en el Trío de las Azores ante la Guerra de Irak. [3] PP y Podemos, cada uno desde su lejano extremo, por igual desconocen la Historia de España. Y quien desconoce la Historia, ya saben…

[1] Preámbulo Constitución francesa 1946: «Francia forma con sus pueblos de ultramar una Unión fundada sobre la igualdad de derechos y deberes, sin distinción de raza ni de religión : La France forme avec les peuples d’outre-mer une Union fondée sur l’égalité des droits et des devoirs, sans distinction de race ni de religión.» La Unión Francesa surgió como respuesta a la Carta de las Naciones Unidas del 25 de agosto de 1945 y al modelo británico de la Mancomunidad de Naciones o Commonwealth, también de 1946. Según la Constitución, la Unión Francesa debía procurar el desarrollo de la civilización y cultura comunes así como permitir el acceso a la autonomía y a la democratización de los pueblos, rechazando las prácticas colonialistas.

[2] El Desastre de Annual (1921) fue una importante victoria para los rifeños comandados por Abd el-Krim, entre el 22 de julio y el 9 de agosto de 1921, cerca de Annual, entre Melilla y la bahía de Alhucemas. La batalla ocasionó la muerte de alrededor de 11.500 miembros del ejército español, 9.000 de leva y 2.500 rifeños afectos a España, más de la mitad ejecutados tras rendirse. Esta derrota redefinió la política colonial de España y socavó los cimientos de la monarquía liberal de Alfonso Trece. El malestar por el desastre de Annual fue una de las causas del golpe de Estado y la dictadura de Miguel Primo de Rivera. La amnistía regia de 1924 hizo que no se depuraran responsabilidades y los culpables quedaran impunes. Tras esa derrota, la guerra continuó durante seis años. En mayo de 1926 Abd-el-Krim se rindió y el 10 de julio de 1927 finalizaron los combates, al producirse la pacificación total del territorio, que permaneció bajo dominio español hasta la independencia de Marruecos en 1956.

[3] Previa a la Guerra de Irak (2003-2011), Cumbre de las Azores, 15 de marzo 2003: George W. Bush, Tony Blair y José María Aznar. Ofició de anfitrión Durão Barroso, presidente de Portugal.

la pistola y el rifle que llevamos dentro.

Bar Taberna Juan Sanlúcar banderas de España (4)

28 de febrero 1981. 18 de julio del 36. La historia del golpismo en España se acumula en la Wiki. ¿Dos repúblicas? Dos que se cargó el ejército. En la hoja de servicios hay que incluir Casa Real, Tribunal Supremo, Policía y Guardia Civil; ahí vieron, en sintonía, contra el referéndum en Cataluña –otra república–, uno de octubre de 2017.

En la percepción del sector armado por la izquierda hay que destacar hitos o etapas por donde el Psoe hizo circular conciencias y posturas:

–la Otan como ejército europeo (1986)

–las guerras como misiones humanitarias (1989)

–las fuerzas armadas, a la medida de las mujeres (1989)

–un Ejército voluntario y profesional (2001).

Añadan la reconversión militar de industrias como CASA (Construcciones Aeronáuticas, 1999), Astilleros (2004), Navantia (2005) o la adopción del programa Airbus Defence and Space (2014). Ya tenemos sindicatos y alcaldías aprobándolo todo. El españolito medio percibe en sus fuerzas armadas una salida profesional por vocación que puede llegar a ser heroica en su lucha por la paz y, para el españolito de izquierdas, una acción inevitable y justificada contra la derecha catalana que quiere romper España.

Y dijo el Psoe a su gente:

–¡Que se vean esas banderas de España por los balcones!

Esas percepciones arrojan un saldo a favor que ha generado un segundo fachismo, de estirpe psoecialista, que ha venido a sumarse al viejo franquismo: Valle de los caídos, Vox o el Barrio de Salamanca: un ejército enaltecido mires donde mires. Quien lo dude, contemple lo de Pablo Iglesias con quien fue Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Julio Rodríguez, Secretario General de Podemos Madrid.

Ante la algarada que ahora tengan el ministro de Interior Grande-Marlaska y el coronel Diego Pérez de los Cobos (Yecla, Murcia, 1964), ministerio al que está adscrito en junio hará 14 años (desde Rubalcaba), la pregunta es ¿qué falta hace a la nación española un cuerpo armado como la Guardia Civil?

Otro día hablamos de la Legión, de Regulares de Ceuta y Melilla, del Servicio de Vigilancia Aduanera o de la Policía Portuaria.

España, paraíso de la pistola y el rifle.


 

Lorca: Fábula y rueda de tres amigos.

Lorca
historia de un hilo.

☞ pruebe a leer en horizontal ☜


FÁBULA Y RUEDA DE TRES AMIGOS

Cuando se hundieron las formas puras
bajo el cri cri de las margaritas,
comprendí que me habían asesinado.
Recorrieron los cafés y los cementerios y las iglesias,
abrieron los toneles y los armarios,
destrozaron tres esqueletos para arrancar sus dientes de oro.
Ya no me encontraron.
¿No me encontraron?
No. No me encontraron.
Pero se supo que la sexta luna huyó torrente arriba,
y que el mar recordó ¡de pronto!
los nombres de todos sus ahogados.


□ enlaces:

Fábula y rueda de tres amigos (Enrique, Emilio, Lorenzo)

en Universo Lorca (versión corta)

en Trianarts (versión larga documentada)

en la zamarra de Gustavo [Sierra Fernández] (versión larga y explicación previa sobre los tres amigos)

en fragmentos para olvidar (versión larga)

Comentario de texto por Ángela Bernardo (en Hipertextual)

No me encontraron (fragmento), cantado por Miguel Poveda (3:52)


historia de un hilo
hilo de tuits

Del vario glosario que nos deja internet, el más duro y desviado a mis oídos me ha parecido siempre muro de Facebook (en lugar de mural o tablón), y el más acertado y próximo, hilo, hilo de Twitter, con su amplio campo semántico, seguir el hilo, perder el hilo, hilvanar (una conversación) o (armonizar discursos o palabras) deshilachadas. En sentido amplio, hilo puede ser también la secuencia o el hipertexto que como en salto de rana nos lleva de un texto a otro, de un vínculo a otro vínculo.

Cuento esto, tan obvio para quien anda en redes, por contarles la historia de un hilo que empieza en Julio Anguita y va saltando de clic en clic hasta acabar en si García Lorca –como el aviador de Justo Navarroalcanzó a prever su propia muerte en Fábula y rueda de tres amigos, Poeta en Nueva York, 1929. En el hilo intervienen Luis Pizarro (Luispiz), Pive Amador, Félix Molina y David Fernández-Viagas, contactos de @daniellebrato o de eLTeNDeDeRo. El artículo se llama Luces de pandemia y en él se hilvana un hilo donde desfilan Benito Moreno, Pura de Ucelay, Valle-Inclán, Alberto Garzón, Juventud y madurez del 98, Antonio Machado, Alejandro Amenábar, Unamuno, los Premios Goya, la película Campeones, los programas El Ministerio del tiempo y Cuéntame cómo pasó, de TVE, Federico García Lorca, José Monje Cruz Camarón, PCE, Izquierda Unida, Podemos, y, como secundarios de lujo, Goethe, Picasso, Fellini, Beethoven, Kundera, Vila-Matas, Giles Deleuze, Gil de Biedma, Carlos Blanco Aguinaga, Guillermo González Arenas y Pedro Pubill Calaf Peret.

Todo era por comentar los pasos del tiempo (físico, ideológico, histórico)  desde la juventud hasta la madurez, la vejez y la muerte, y si conviene a la edad asentarse en ideas conservadoras o si, por el contrario, se debe aprovechar la edad que dicen la tercera para dar salida y palabras a lo que, cuando éramos más jóvenes, no pudimos o no supimos expresar; percepción que [eLTeNDeDeRo] pilló prestada en Envejecer con lucidez, Calle del Orco, de Kim Nguyen Baraldi (nacido en Bruselas, 1985).

Mis conclusiones provisionales son:

Que Anguita el político es un ejemplo de edad perdida.

Que prever la propia muerte es tópico literario y nada más. Todos nos moriremos en París con aguacero. Eso valía también para Lorca el año 29.

Que la inteligencia española representada en TVE o en los Premios Goya, contando con la complicidad de las Academias de Cine y de Televisión y de los guionistas, lleva años maquillando la Historia contra la memoria histórica y a mayor gloria de la Constitución del 78 y de la monarquía.

Que, aparte de renovar vínculos y amistades, los blocs o páginas digitales sirven para, entre otras cosas, recuperar la memoria de la Fábula y rueda de tres amigos de Poeta en Nueva York a donde fue llevada.


 

FÁBULA Y RUEDA DE TRES AMIGOS

Cuando se hundieron las formas puras
bajo el cri cri de las margaritas,
comprendí que me habían asesinado.
Recorrieron los cafés y los cementerios y las iglesias,
abrieron los toneles y los armarios,
destrozaron tres esqueletos para arrancar sus dientes de oro.
Ya no me encontraron.
¿No me encontraron?
No. No me encontraron.
Pero se supo que la sexta luna huyó torrente arriba,
y que el mar recordó ¡de pronto!
los nombres de todos sus ahogados.


Fábula y rueda de tres amigos (Enrique, Emilio, Lorenzo)

en Universo Lorca (versión corta)

en Trianarts (versión larga documentada)

en la zamarra de Gustavo [Sierra Fernández] (versión larga y explicación previa sobre los tres amigos)

en fragmentos para olvidar (versión larga)

Comentario de texto por Ángela Bernardo en Hipertextual

No me encontraron (fragmento), cantado por Miguel Poveda (3:52)


artículo base
LUCES DE PANDEMIA


hilo de tuits

luces de pandemia.

 

Camarón, por Benito Moreno, Lorca, Pura de Ucelay y Valle-Inclán (la foto en Madrid, 1934, preestreno de Yerma)


 

Julio Anguita fue conductor del viaje a ninguna parte que va desde el PCE de 1975, al actual ministro Garzón, en el Gobierno, cero a la izquierda de la izquierda. La reflexión no va sobre política sino sobre las formas de envejecer las ideas o las personas. Estaremos de acuerdo: la realidad no envejece. [1]

Estudiante yo en la facultad y opositor después a profesor de lengua y literatura, recuerdo un tema: «Juventud y madurez del 98».[2] El enfoque era perverso por cuanto daba por sentado que los del 98 maduraron y porque la madurez parecía que tenía que ir siempre hacia una renuncia a los primeros radicalismos de juventud, a sentar la cabeza, o sea[3]. Excepciones fueron Antonio Machado y Valle-Inclán, cada uno a su deriva.

Ahora que la película de Amenábar Mientras dure la guerra ha vuelto al Unamuno de madurez, ya me dirán qué madurez demostró el rector de Salamanca aquellos días terribles que se le vinieron encima. Solo una cultura política pordiosera de aquella que refleja, pudo ver en don Miguel ejemplo de algo y altura de miras y, sin embargo, ahí lo tienen: 17 nominaciones, 5 goyas y ¡mejor película! Se ve que España 2020 premia la ambigüedad, el titubeo, la agonía; y se disculpa el golpismo en nombre de un hombre bueno con fe en la extrema unción. La España de los Goya se retrata en los Goya, como en Campeones, un año antes, se retrató la España Down y Provida y sin preservativo ni anticonceptivos.

Lo cual, que no nos vengan con la película de los últimos días de Julio Anguita. Ya ven lo que nos quiere decir El Ministerio del tiempo, según TVE:

–España, ¡no pasó nada! Nosotros le juntamos a Federico García Lorca (que no estaba muerto, que no) con José Monje Cruz Camarón (que estaba tomando vinos). [4]

Antonio Machado y Valle-Inclán supieron defender sus Termópilas. Unamuno, un poseído de sí (un energúmeno), no supo qué defender. Y Anguita no alcanzó a ver que el viejo PCE envejecería mejor, como un buen vino, que echándole seven-up al rebujito de Izquierda Unida, como Anguita le echó, y no digamos su yayoflauta y pagafantas admiración por la gaseosa que fue Podemos.

Que ustedes se rodeen de luces de madurez y que ustedes lo envejezcan bien.

[1] El motivo para este artículo viene de la lectura de Envejecer con lucidez, por donde desfilan, con sus casos, Goethe, Picasso, Fellini, Beethoven, Kundera, Vila-Matas, Giles Deleuze; y cada quien que aporte lo que sabe del envejecer, morir, como único argumento, Gil de Biedma.

[2] Carlos Blanco Aguinaga, Juventud del 98 (1970).

[3] Quizás la madurez del 98 se nos proponía como modelo a estudiantes en edad de dar problemas. ¡Y cuántas personas no maduran jamás!

[4] Recreo la canción El muerto vivo, del colombiano Guillermo González Arenas, 1965. En España fue repertorio de Peret, por rumba catalana.

España: la hora buitre.

marlaska y militares

La mejor opinión sobre el papel del Ejército en esta crisis es la que dijo: acudir al ejército prueba la sobra de militares y la falta de sanitarios (entiéndase: personal de Protección Civil) que hay en España.

La gente olvida que tenemos reconocidas dos objeciones de conciencia: derecho a la objeción religiosa (Constitución, artículo 16) y derecho a la objeción militar (artículo 30.2).

Ligar misión humanitaria y Ejército, aprovechando que el coronavirus pasaba por aquí, es una provocación en regla y un atraco a nuestros derechos reconocidos. Pues nada más fácil, en tiempo de paz, que suspender (siquiera excepcionalmente) categorías y rangos militares y asimilarlos a su orden civil. Al revés, ya hemos visto: en tiempo de guerra, se moviliza a la población civil.

Lo del Psoe y Podemos con el Ejército no es normal. Y tiene razón (constitucional) quien se haya molestado por tanto militarismo explícito y es injusto echar la culpa a tal o cual rufián o a tal o cual región (País Vasco, Cataluña).

Lo de Pablo Iglesias con el Jemad Julio Rodríguez es de diván. Allá él. Lo de Pedro Sánchez empezó el día que el Psoe se dejó colar la supresión del servicio militar obligatorio (Gobierno Aznar, marzo 2001), algo muy celebrado por la presunta izquierda, que nos libró de la mili, sí, pero nos dejó sin objeción militar.

Después de Aznar, el Psoe de José Luis Rodríguez Zapatero (2004/2011), con el Psoe de Andalucía y con UGT y Comisiones (esos Zipi y Zape de la clase obrera) embarcaron a España en una militarización como no se había visto otra desde el invento de las misiones de paz del glorioso ejército español con Felipe González en 1989. Zapatero, Griñán, Susana Díaz hicieron carrera con el pretexto de mantener puestos de trabajo y militarizaron Astilleros, Navantia, Construcciones Aeronáuticas y (el remate de los tomates) apuntaron a España al proyecto Airbus como si no conllevara el Airbus Military que también nos tocaba la objeción de conciencia.

Yo, como español, no estoy obligado a exponer ni a defender mi postura ante asuntos de religión o fuerzas armadas. Pero el Estado, el Gobierno, sí. No se equivoque el voto PSOE o PSC, ni se equivoquen Podemos y els Comuns, como Ada Colau. Aprovecharse de enfermedad y muerte para que las criaturas se muestren agradecidas a las fuerzas armadas, es como aplaudir al cura que a la cabecera del moribundo descarriado viene a ofrecer sus servicios religiosos. Es más que salvación de última hora. Yo diría que es buitreo.


¿Nuevos Pactos de la Moncloa? (2).

Si lo primero sería ir hacia una reubicación geopolítica más económica de España en el mundo (UE, Otan, Onu, Ejército, Jefatura del Estado: todo eso sale muy caro), lo siguiente sería el replanteo del Bienestar, como individual zona de confort.

El Estado del Bienestar fue un farol que se marcó el Psoe de la Transición, bajo el poderoso influjo de la social democracia alto europea (Willy Brandt, Olof Palme), lo que catapultó al poder a Felipe González en cinco años (de 1977 a 1982) con el decaimiento del PC. De entre los encantos del Estado del Bienestar, uno se inoculó para siempre en la ciudadanía progresista, y fue que el Estado dejó de verse represivo [1] para pasar a verse como órgano benefactor. Cundió una doble moral: si me va bien, para mí, y, si me va mal, para el Estado a través de impuestos, vía Presupuestos. Esa doble moral ha traído la mentalidad que vemos en nuestros hijos y nietos, dicho en Manuel Machado: «Que todo, como un aura, se venga para mí y que jamás me obliguen el camino a elegir». ¡Y, luego, nos quejamos! ¡Cuando los hemos criado nosotros, madres o padres, abuelas y abuelos, más/menos yayo flautas!, que picamos el anzuelo del Psoe en los 80 y de Podemos en 2005, a cambio de renunciar a lo que ideológicamente nos definía: la conciencia de clase, que, perdida, ha cuajado en una generación que ha hecho de revolución y cambio una batallita de abuelos cebolletas.

Sea como sea, y diga lo que diga el Estado, del Bienestar se sale en cuanto llega la crisis. Pasó en 2008 (quiebra del sistema financiero inmobiliario; 2007, Lehman Brothers) y pasará ahora. A falta de vanguardia hacia nuevas metas [2], el desempleo y verse en la calle harán a las criaturas espabilar de la zona de confort donde estaban dormidas.

Al final, dos piezas saldrán al tablero. Una, ya lo verán, será otra vez que “estábamos viviendo por encima de nuestras posibilidades”; y, otra, más en serio: que habrá que replantearse familia, trabajo y residencia sin ayuda de los mayores ni del Estado, cuyas ubres se habrán quedado secas. Solo un estado de necesidad puede remover conciencias. Ojalá la gente espabile, empezando por el abandono del narcótico voto útil. Reducir en peso y nómina la clase política (hasta acabar con ella, habiendo Administración) ayudaría a llenar las esquilmadas arcas sociales. Y no haría falta pacto ninguno que, de firmarse, iría contra la gente, como han ido siempre los muchos pactos que en la historia han sido. [3]

[1] represivo veía al Estado la izquierda; la derecha, lógicamente, no. Pero el Bienestar puso a una y otra más de acuerdo que nunca.

[2] No es vanguardia la intelectualidad, que da pena en cuanto la sientan a la mesa de los Príncipes de Asturias; no es el arte; no es IU abducida por Podemos, a su vez, abducida por un Psoe que ni en el 77 fue, ni en 2020 es socialista, sino lo menos facha que se despacha, y por eso a los coalicionistas les gusta tanto, y les viene tan bien, quejarse de las burradas de Vox y de las privatizaciones del PP.

[3] Documentación:

¿Nuevos Pactos de la Moncloa? 1

Jinetes del apocalipsis

Análisis del Bienestar

Carta a un demócrata creyente en el Estado del Bienestar

‘Adelfos’, de Manuel Machado


¿Nuevos Pactos de la Moncloa?

Un pacto es un guiso. Los avíos para el puchero son hoy distintos que en 1977. A la gente que entonces no había ni nacido, no creo que valga la pena removerle una memoria que no tiene ni, por lo mismo, entrar en comparaciones. Los mayores jugaríamos con ventaja y aburriríamos a las ovejas. Lo que sí sería útil es sacar balance y conclusiones del espíritu de entonces en la que entonces fue o quiso ser izquierda bajo Felipe González y Santiago Carrillo. Hoy sabemos lo que estos dos no sabían: que ni Europa ni Otan (año de enlace: 1986, mismo año que el PCE disolvió sus siglas en IU) fueron indiscutibles valores a la causa España ni a la causa democracia, izquierda o progreso. Más bien al contrario.

La generación que hoy pasa de los cuarenta años (madres y padres de la tercera generación, la de nuestros nietos) ha podido ver por el Brexit una Europa sin UE y darse cuenta de que esa Europa (Reino Unido) ni está loca ni está sola. La lógica del Brexit ha sido que, a menos UE, más EEUU, más Israel y más Commonwealth. España no cuenta con Commonwealth, pero sí con Portugal y con un vínculo con América que la España patriótica ha cedido a Estados Unidos (ver España Cuba o España Venezuela), algo incomprensible, mientras aguantamos la mordida inglesa en el Peñón de Gibraltar. En clave España exit, España podría seguir estando en zona euro[1] sin ceder soberanía, como está cediendo, a EEUU, FMI, BCE, ni a la Europa del Norte que tiene pillada a la del Sur por los euros de la deuda.

En 1986, y con Europa como anzuelo, la segunda trampa fue la entrada de España en la Otan, operación que Felipe González vendió al pueblo español como la creación de un ejército europeo (?) al que España, como miembro ingresado de pleno derecho, tenía que contribuir sí o sí, de pleno deber. Ante la opinión, se ocultaron los costes reales de la operación militar que la Otan suponía y se camufló que, en diplomacia y política económica, los bloques se contrapesan y la independencia respecto a un bloque se compensa con creces con nuevos acuerdos respecto al otro, o sea: a menos partido España Europa, más partido España América, España Rusia, España China o España Venezuela. En 1977, cuando los Pactos de la Moncloa, la izquierda (harta de oírse llamar estalinista y no democrática) se dejó colar el gol de la democracia y de la libertad que venía del bando aliado (EEUU, Inglaterra, Francia) y el golazo de que, sin ese Occidente, no había vida, España no valía nada. Ahora, ese argumento, con vistas a una España 2021, sería muy fácil de desmontar. Margarita Robles: el Día del Desfile es muy bonito, pero sería más rentable una España como país neutral y no alineado (y por la paz y el desarme), y no al dictado de potencias que al final pasan su factura (ver requerimientos de Donald Trump por los gastos de la Otan). La neutralidad de España facilitaría la reconversión de unas fuerzas armadas, muy engreídas, hacia un Cuerpo Único de Seguridad Nacional que incluiría todos los cuerpos uniformados: bomberos, protección civil, las distintas policías, Guardia Civil. Entre unas cosas y otras (nóminas, escalas de mando, operaciones de mando único), nos ahorraríamos una pasta gansa que, a día de hoy, se está derrochando para nada: para el Doce de Octubre, en la Castellana. Es inconcebible. Y, por supuesto, una España sin Otan se plantearía el desmantelamiento de las bases militares extranjeras en Morón y Rota y Gibraltar, por la parte andaluza que nos toca. Y otro día abriríamos para Ceuta y Melilla la posibilidad del mismo estatus que tiene Gibraltar, y si Ceuta y Melilla quisieran ser parte de Marruecos, plazas autónomas africanas, o provincias españolas de ultramar (como, a la inglesa, es Gibraltar): que Ceuta y Melilla decidan; no, como ahora, que ejercen de forzosa y costosísima gendarmería (en personal funcionario y en vidas humanas) al servicio de la UE y de la política de inmigración que a Merkel le salga de los collares.

Otro día también, hablamos de igual independencia de España respecto a la Iglesia (acuerdos de 1979) y de España respecto a los Borbones (1969), vestigios de un franquismo que no se extingue.[2] Con ese guion sobre la mesa, bien se podría pactar. ¿Iglesias y Garzón (los González y Carrillo de ahora mismo) lo tendrían claro?

Esa es la cuestión.

La otra, la denuncia del Estado del Bienestar como falacia y montaje. Pero eso afecta, más que a los partidos, a mentalidades individuales tipo Generación Podemos que habría que cambiar.

No será fácil.


Daniel Lebrato, 6 de abril 2020

[1] UK nunca adoptó el euro. Y Andorra, Mónaco, San Marino, el Vaticano, Kosovo y Montenegro, sin pertenecer a la UE, sí.

[2] Una España no Reino de España lo tendría más fácil para entenderse con Portugal y con Cataluña: es un argumento imbatible para prejubilar al rey y agradecerle a la Casa Real los servicios prestados.


España, ante la Jura de Santa Gadea.

Jura_de_Santa_Gadea

El sintagma el hombre lo utilizamos a nuestra medida y conveniencia. Cuando se habla de un paisaje o de una naturaleza modificada por la mano del hombre, se sabe lo que es. Cuando se formula la explotación del hombre por el hombre, lo normal es que el hombre o la mujer que soy reaccione de manera distinta, según mi posición en la cadena capitalista. Y quien afronta que El hombre es un lobo para el hombre, seguramente se mirará en los bolsillos:

–A mí, que me registren.

Ser un hombre o portarse como un hombre, ya es sustantivo adjetivo; y está hombre sinónimo de humanidad.

Si mi hombre como parte de la humanidad sospecha que el virus que nos invade pudiera ser acción bélica producto del hombre, es evidente que ese hombre no me incluye ni a usted sino a quien puede y quiere. Y puede una clase médica o científica tan preparada para obrar el bien (salud y ciencia a beneficio de la vida) como para obrar el mal, película que hemos visto demasiadas veces. Y quien quiere, o quienes querrían, son poderes que no reparan en nada por asentar su dominio (guerras económicas, convencionales, secretas). Estas serían las malas compañías o las relaciones peligrosas: algo o alguiénes de cuanto España pudiera estar formando parte como país alineado y no neutral.

El hombre que plantee esa sospecha (sospecha que circula como certeza entre quienes se las dan de estar de vuelta de todo) no debería ser calificado de conspiranoico, obseso, prochino o comunista; tampoco, como contrario a medidas solidarias en tiempos difíciles. El hombre simplemente sabe que él –que no estuvo en el titular Se cumplen 50 años de la llegada del hombre a la Luna– no ha sido.

–A mí, que me registren (bis).

Si alguna dignidad (no precio: Javier Gomá) le queda a la izquierda que hoy está en el Gobierno, España debería (como Alfonso VI en la Jura de Santa Gadea) jurar:

–España, si fuiste o consentiste en el experimento que está matando españoles.

La pregunta es inquietante. La respuesta, más. Pero no maten al mensajero.

Sobra decir que IU Podemos no tendría nada que ver. Hablamos de responsabilidades de gobiernos Ucd, PP y Psoe que han ido adjuntando a España, mediante acuerdos y tratados, al bloque Usa, a quien ha cedido soberanía y bases militares.

Tanto que se repele una Corona franquista y no democrática, no estaría de más que España revisara sus relaciones diplomáticas, no menos franquistas que el Rey que se quiere sacar en referéndum.

Si estás de acuerdo, pásalo.


 

aplausos al atardecer.

aplausos al atardecer

No sabemos si este es el último baile.
Sí sabemos quién dirige la orquesta.
Sí sabemos cuándo empezó.

La gente de mi edad y mentalidad (hombres y mujeres de 60 años arriba; de formación realista, poco dada al género de ciencia ficción, y ajena a vídeo juegos de exterminio) estamos viviendo Vicod 19 (esa que llaman crisis, ¡qué bien les viene la palabra crisis!) con ojos suspicaces.

El mileurismo era para nosotros la profecía apocalíptica del fin del mundo por cambio de siglo o de milenio. El arte figurativo nos tenía acostumbrados a la muerte a mogollón, nada más verla en iglesias y en Semana Santa, en el Dante o en el Bosco.

Nuestra cínica juventud se aplicaba al ¡Cuán largo me lo fiáis!, de Don Juan Tenorio, o al Marqués de Bradomín de pecar y pecar hasta el perdón que nos permitiera el doble disfrute de esta vida y de la otra. Y el tiempo se llevaría a papas y a emperadores.

La muerte nos sentaba bien si no fuera por la leyenda cierta que nos llegaba de cuarteles y comisarías de la dictadura y de otras dictaduras (Salazar, Pinochet, Videla) donde la vida, literalmente, no valía nada.

Ahora, y con esa experiencia, nos quedan muchos reflejos.

1) Todas las voces contra el Poder siguen siendo nuestras, desde Marx, hasta Chomsky.

2) Detrás de todo esto podría estar (la duda ofende) una demencia mundial que está jugando con lo que no se debe jugar.

3) Sería muy grave que España (sus votantes, sus Gobiernos) estuviera, de una forma u otra, cerca de ese juego como daño colateral por fuego amigo.

4) El estado de alarma nos recuerda otros estados de excepción.

5) El llanto por la muerte del Estado del Bienestar, que traerá consigo Vicod 19, nos enfrenta con el mileurismo dominante de la Generación Podemos; generación que creyó en el Estado del Bienestar sin preguntar quién paga derechos y libertades que les habían puesto en la cabeza. Con tanto Sí se puede, la generación de nuestros hijos, hoy en el Gobierno, no ha podido nada.

6) La teorización del capitalismo (a título de humano, flexible, afectivo o inteligente) nos da náusea o risa tonta. Riamos pues.

7) Esperemos que, además de reacciones sentimentales como solidaridad o bien común (esos aplausos al atardecer), de ésta salga una sociedad más dispuesta a pensar con ojos de otra España, de otra Europa y de otro mundo.

Mientras, el Decamerón, de Boccaccio, La Peste, de Camus, o la Numancia, de Cervantes: literatura de asedio ya que no podemos esperar que de ésta salga nada que valga la pena.


BREVE HISTORIA DE ESPAÑA

No sabemos si este es el último baile.
Sí sabemos quién dirige la orquesta.
Sí sabemos cuándo empezó.

El día que tu país y el mío firmó convenios,
tratados de amistad, alianzas, concordatos,
y mandó cónsules y abrió embajadas
para estar dónde: ¡democracia y libertad!

(se descojona el coro)

Y el día de la bomba todos fuimos
Charlie Hebdo, como antes Once Ese.
Y, antes, España, Roma, y, español,
el último emperador.


Aplausos para el atardecer es un título de Juan Andivia Gómez (Alhulia, 2018).

/ a Juan Andivia y a Paca Jiménez Huelva /