Daniel Lebrato, autor de la Semana Santa según Sevilla.

Todos estuvimos en tu muerte,
pero nadie contigo
(José Antonio Moreno Jurado)

Para que yo escribiera sobre la Semana Santa que conocí y viví tan intensa como para contagiarla al círculo de mis círculos, yo tendría que haber sido (y ustedes, que leerme como si yo hubiera sido) Jorge Luis Borges, autor de Pierre Menard, autor del Quijote en 1939, quien, a su vez, hubiera creído tener veinte años en 1975, cuando la muerte de Franco; treinta, en 1985, años de la Movida; y haber seguido a Gramsci en cuanto al bloque cultural hegemónico, militado en el PCE por la alianza de las fuerzas del trabajo y la cultura, y contemplado la Semana Santa como algo popular que no debía ser combatido con lupa anticlerical, sino con ojos de cristianos por el socialismo (1971), de Isidoro Moreno (La Semana Santa de Sevilla, 1982), de Vázquez Montalbán (Crónica sentimental de España, 1969), de Umberto Eco (Apocalípticos e integrados, 1964) y de un montón de conformaciones, mixtificaciones y significaciones previas al Estado del Bienestar y a los orgullos, desde el orgullo gay, al de las tapadas de las tres culturas o del carril bici, al de oenegés, misiones de paz, 15-M o el Sí se puede de Obama y de Podemos.

Hoy sabemos que el mundo de unas creencias, que para mí se derrumbó, exige que se derrumbe también el de otras, sea el que sea que ustedes tuvieran entonces: jipis, roqueros, alternativos, nudistas o catedráticos. Todos estuvimos en aquellas semanas santas, unos en la ciudad de Sevilla y otros, por Caños de Meca o por Tarifa. Todos estuvimos en aquella Semana Santa, aunque nadie, hoy, conmigo.


Imaginería para el paso.
—repaso—

Todos estuvimos en el papa Juan Pablo II. Todos, en la ofensiva polaca contra el comunismo que vino de Soviética. Todos, a la caída del Muro de Berlín. Todos, Por el Cambio con Felipe González. Todos, con la Movida y con Tierno Galván con sus réplicas provinciales. Todos, con Curro Romero, en la Feria, en el Rocío y en el Corpus. Todos, antes de decirse todos y todas, en la corriente miseria por donde han ido las pocas luces que en nuestro mundo han sido siempre bajo el adorno de tradición, folclore, arte, cultura o literatura, filosofía o antropología.

/ a José Antonio Moreno Jurado y Juan Lebrato /
Con Sonia Tena en mi paso de Semana Santa

Ilustración de portada: cerámicas de Sonia Tena tomadas de Antonio Delgado Cabeza. Sobre este pie de foto: Sonia Tena, segunda por la derecha, entre Manolo Mendoza, Juan Cobos Wilkins y Curro Tena, Jerez de la Frontera 11/03/87. La anécdota del paso de Semana Santa y Daniel Lebrato es cierta. Alguna vez Sonia Tena, ceramista, pidió a Daniel, calvo privilegiado, un posado como santo cartel de canastilla para un paso de hermandad malagueña, que se lo tenía encargado. El posado, como era normal, nunca se realizó.

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