Todos estuvimos en tu muerte,pero nadie contigo(José Antonio Moreno Jurado) Para que yo escribiera sobre la Semana Santa que conocí y viví tan intensa como para contagiarla al círculo de mis círculos, yo tendría que haber sido (y ustedes, que leerme como si yo hubiera … Continúa leyendo Daniel Lebrato, autor de la Semana Santa según Sevilla.
Solo una España que ejerza su derecho a decidir podrá dejar que Cataluña, que Andalucía, que usted o yo, decidamos. ¡Otan no, bases fuera!
Detengan a Trump. Rompan con Estados Unidos, guardián y gendarme. No teman qué será de España. La España que merece no es la España que se vende por las bases de Rota o de Morón; a la Otan, por Gibraltar.
Hagan patria, señorías, y prueben a que los Estados Unidos incluyan a España en el Eje del Mal junto a Cuba, Venezuela, Irán o Corea. Y no personalicen en un loco llamado Trump. Fue así con Kennedy y con Obama, presidentes demócratas. Desde que se independizó de Inglaterra, Estados Unidos es siempre lo mismo: Imperio y, el resto: gobiernos títeres o Astérix y Obélix en su aldea gala, más global sin portaviones de la Sexta Flota.
Manden parar a Trump y detener el armamentismo usa con la colaboración del glorioso Ejército español, con Navantia y con Airbus.
Manden parar las costosísimas misiones de paz en las que España está involucrada sin que nos vaya nada en ello.
Hagan que se regule el tráfico de drogas y personas no al dictado de la voz de su amo desde Washigton y el Pentágono.
Hagan que España se declare neutral en el concierto de unas auténticas Naciones Unidas con renuncia a la guerra como forma de resolver conflictos. Por la paz y el desarme, ¡Otan no, bases fuera!
Pride and Prejudice (1813), de Jane Austen, hoy se reformula al revés, prejuicio y orgullo, pues toda causa justa acaba en orgullo, que es una forma de no ir al origen, a las causas. Orgullo light, orgullo down, orgullo clown. Prejuicios patronales contra la clase trabajadora los Primero de Mayo acabaron en el orgullo sindical el Día del trabajo. Igual hicieron con el Día de la mujer trabajadora, ya Día de la mujer, incluidas rentistas y holgazanas. Las bicicletas, incapaces de enfrentarse a los coches, se acogieron al orgullo bici por aceras y zonas peatonales. En orgullo Obama terminaron los prejuicios contra la raza negra y en orgullo ha terminado la lucha por la libertad sexual ‑cuyos prejuicios eran intimidad y privacidad‑, primero Orgullo gay, luego Orgullo de gays y lesbianas y Orgullo lgtb, con transexuales y bisexuales, hasta el Orgullo lgtbiq, con i de intersexual y q de queer, raro, en inglés. Tanta inicial, abusivamente la abrevian en Día del Orgullo, sin más. Lo chocante es que ese orgullo emerge cuando los varones machos se cuestionan o cuando el feminismo está desaparecido desde que aceptó el velo islámico como cultura, orgullo, y no como supeditación. Mientras los varones no se sienten orgullosos todos de ser varones ni las hembras todas, de ser hembras, viene el mariquita o la mariquita o la persona rarita con qué orgullo tengo, solo por ser quien soy. (Lloran intimidad y privacidad.) Íbamos quitando etiquetas, y este colectivo exterioriza lo peor del primer mundo: la cosificación del cuerpo y la pleitesía a la moda y al dinero. De no hay más paraísos que los perdidos, hemos pasado a no haber causas, más que las perdidas.
Se llama destripar (o hacer spoiler) a anticipar el desenlace de una ficción o representación. Y se llama intriga a la trama o nudos de un relato. Tiempo hubo que la humanidad se planteó nudos o alternativas apasionantes: viejo o nuevo régimen, capitalismo o socialismo, nacionalismo o internacionalismo, patria o muerte. Que, de aquellas pasiones, hayamos pasado a la pasión por Obama Clinton (con Merkel) por rechazo a Donald Trump (Bréxit y ultra derechas); que la sola intriga consista que si Iglesias o Errejón, que si Susana Díaz o Pedro Sánchez, significa que los de arriba se frotan las manos (Bertolt Brecht) mientras los de abajo se expresan por la sociedad de oenegés que administran sus derechos ante las oficinas de Occidente; y venga el tema refugiados sin el verdadero tema, que es la guerra y ejércitos y soldados y armas y oenegés en pleno siglo 21, ¡menuda antigualla! Todo eso, unido a que no hay clase revolucionaría como, en su día, la burguesía o el proletariado, apunta a que esta historia (la que nos están, estamos, contando) tiene un final previsible. Lo que no quita seguir militando en el terreno de las ideas y, aprovechando que Trump pasa por la Casa Blanca, exigir la neutralidad de España como país no alineado, la salida de España de la Otan y la devolución de las bases de Rota y Morón a soberanía española. No que, ahora, la España que abomina de Trump comparte bases militares, diplomacia y política exterior con Trump. ¿O es que el argumento consiste en desmontar al pato Donald Trump, por destitución o impeachment, para poner a Clinton y para que sigan los refugiados, la acogida, la Onu, la Otan y la madre que los parió con lo bueno que es el islam bueno y lo malos que son los rusos? No me digan que por ahí va tanta tertulia y tanto telediario que se rasga las vestiduras, democráticas, faltaba más, para que el muro de México distraiga la atención de los muros que España tiene en Ceuta y Melilla y Gibraltar. Descolonización y neutralidad, o sea, sin injerencias en cuestiones internas de otros países. Y que el pueblo estadounidense se las apañe o se las ventile, que de las dos maneras se puede decir, también, y visto desde aquí: la paja en el ojo ajeno o la viga en el propio. eLTeNDeDeRo, desde luego, no entrará en el juego. Hasta que la actualidad mande otra cosa, adiós, política, adiós.
Fue Nobel de la Paz. Ocho años justos
fue justo con los justos. Exportando
misiles, portaviones, drones, miles
y miles de marines que volvían
de Afganistán, de Irak, de la misiones,
zumbados, club del rifle. Que la emprenden
a tiros como un juego en los colegios,
iglesias, puntos de ocio y multitudes.
Que la poli va, mientras, disparando
contra negros que acaso lleven armas.
Que en sus años crecieron extremismos
islámicos. Que estalla Oriente Medio.
La ola de atentados por Europa.
Creyente, como era: –In God we trust!
HILLARY CLINTON EN EL MUSEO
(estatua previa)
Este santo varón Barack Obama
hizo un milagro y fue darle la vida
a quien estaba muerta, como Lázaro,
con levántate y anda, Secretaria
de Estado. Y esta fue Hillary Clinton, (estatua)
¡Con ustedes después de la batalla
demócrata de razas contra sexos,
para, al final, ganarla un rico hortera
con lenguaje de chulo, de ir de putas,
que ni querían los republicanos! (termina el coro)
Nunca a la Casa Blanca tan derecha
fue una mujer tan lista tan torcida
‑verán, se dice pronto‑
por un blanco y un negro y un sexista.
BARACK OBAMA HACE BALANCE
Mandé en la Onu. Más mandé en la Otan.
En realidad, mandamos los de siempre
y no me obedecieron más naciones
por culpa de los rusos. Veis que bien
que me aprendí el papel del hombre blanco.
Mi lema Yes, we can! cundió en mi gente,
y en Podemos y en Primaveras Árabes.
Me deben haber sido, que no es poco.
Me vienen con la paz y con Guantánamo.
El nóbel ahí lo tienen, si lo quieren.
Un poco Luther King, Sidney Poitier
y el Michael Jackson fui de la política.
Nadie más convencido que un converso.
Obama bwana fui del mundo entero.