Etiqueta: periodismo

redes sociales: dar en el blanco.

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Corre por la red esta perla de Umberto Eco (muerto en 2016): «Las redes sociales generan una legión de imbéciles» –entre los cuales, es de creer, me cuento yo y se cuenta el amigo que me remite al hombre autor de Apocalípticos e integrados (1964), libro de referencia para el estudio de la cultura de masas. [1]

Eco no nos dejará mentir. Antes, el imbécil era uno, y ese fue Moisés. La expansión de la prensa (siempre ligada a la política) abrió el quiosco de la imbecilidad a imbéciles tipo ABC o imbéciles tipo El País. Llegó a haber la España de Cuadernos para el Diálogo, de Triunfo, de Interviú; la Cataluña de La Vanguardia; la Sevilla del ABC, frente a la de El Correo; la España de la Cope o de la Ser. Hasta la prensa deportiva respiraba o por el Real Madrid o por el Barcelona, y nadie veía el mismo partido con los mismos ojos. José María Carrascal, Jiménez Losantos, Carlos Herrera, Luis del Olmo, colmaron la hemeroteca con sus opiniones sobre lo humano y lo divino. Estos señores ¿habían sacado oposiciones?, ¿ciencias políticas o filosofía?, ¿qué cátedra era la suya? La objetividad únicamente se conseguía (con permiso de Fraga y de la Ley de Prensa) mediante revista de prensa con un poco de todo lo que había en el quiosco. Y todavía. Un ventilador de aspas cada una de un color, al final, da en el blanco. A esa paleta de colores han venido a sumarse Facebook, Túiter o WordPress. ¿Cuál es el problema?

Las nuevas tecnologías podían hacernos periodistas (gráficos y sonoros con micro y cámara en el móvil) a usted o a mí. Es la era digital, querido Watson. Y díganme a qué rama de actividad no hemos llegado imbéciles que hagamos sombra a la imbecilidad de turno. Úber, al taxi. Amovens, al autobús. Wallapop, a la tienda. AirBnB, al hotel. Vivimos tiempos de cambio y alguien no quiere que cambie nada.

Si no es por internet, ¿quién iba a discutir su monopolio al imbécil Gobierno, a las imbéciles Atresmedia o Mediaset, al imbécil Donald Trump? ¡Wikileaks!, naturalmente, último gorrión del Si se calla el cantor calla la vida. [2] [3]

Umberto Eco, quien criticaba las redes sociales por cuanto daban voz al tonto del pueblo como si fuera premio nóbel, estaría del lado de Julian Assange. Vamos palante.

/ a Luis Martínez Quirosa /

[1] La última novela de Umberto Eco, Número cero (2015), levanta una sátira sobre el periodismo como bulo, chantaje y supervivencia. La acción, en Milán 1992, debió elegirla el autor por no chocar con el periodismo digital, demasiado extendido, para su argumento, en 2015.

[2] Si se calla el cantor es canción de Horacio Guaraní para Mercedes Sosa, 1972. Estrofa 2: “Si se calla el cantor se quedan solos los humildes gorriones de los diarios”.

[3] La gran gesta del periodismo de investigación fue el caso Watergate, que obligó al presidente Richard Nixon a dimitir. All the President’s Men (Todos los hombres del presidente), no ficción de Bob Woodward y Carl Bernstein, del Washington Post, película de Alan J. Pakula (1976) con Robert Redford y Dustin Hoffman.


periodismo en raya.

Tres titulares de prensa. Uno dice: «Goebbels tenía razón: la ilusión de verdad explica por qué una mentira repetida nos acaba pareciendo verdad». Otro incendia: «Polémica en Japón: Las trabajadoras que tengan la regla llevarán una chapa para que todos lo sepan». Y el tercero inflama con: «La feminista que cree que el hombre es la única víctima del porno». Los tres artículos merecen el detector de mentiras. Los tres son ciertos como increíbles creíbles.

A lo de Goebbels. La información y la desinformación son patrimonio del poder. Se lleva arremeter contra las fake news y de paso atacar la comunicación directa y al margen del Poder con mayúscula y del poder periodístico. Por acabar pronto: más mentira repetida que la existencia de Dios propagada por la religión no se ha concebido en la vida. Decía Borges que la idea de Dios es una de las creaciones más audaces de la literatura fantástica. ¿Qué pinta Goebbels en todo esto? Solución: la verdad como fake o lo fake como verdad acreditada por el sistema que maneja Poder y Prensa.

A lo de las trabajadoras con regla y con chapa. Hay un Japón más acá de Seda (novela de Alessandro Baricco en 1996 llevada al cine en 2007 por François Girard); un Japón cuya vergüenza y límites vimos en la reciente entronización del emperador Naruhito. Dentro de su hermosura y lírica elemental, Seda de Baricco ya dejaba señales de lo que eran dependencia femenina, concubinato y prevalencia del macho en Japón a finales del siglo 19. Entre los goles marcados al feminismo occidental (con diferencia, el único feminismo, por cuanto es laico), el feminismo japonés es fake y, el feminismo islámico, una fake cercana que a diario y tan fresca (y tan tapada) vemos por nuestras calles.

Por último, si tienen paciencia para adentrarse en la feminista (?) que cree que el varón es la única víctima del porno (?), se darán cuenta que la feminista (?) confunde roles de la sexualidad real (algo que corresponde a la sociología de la sexualidad) con el trabajo de actores varones porno. Cito casi literalmente: “Ni el feminismo radical tomaría un trabajo escénico que convierte a un órgano, durante décadas tan ponderado, en una tripa tumefacta y dolorida”. Ustedes mismas.

La clase obrera va al paraíso (Navantia y El Correo de Andalucía).

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La moral del trabajo consiste en que la empresa cree empleo y que no haya despidos. Con Navantia, ya hemos visto. Sin rozar la demencia de los navantios ni la del ministro que justificaba la exactitud benéfica de las bombas láser de fabricación española, la clase obrera no puede apalancarse en su condición de obrera. Olvidan que el interés empresario es ganar dinero y que, una vez ganado el suficiente, puede cerrar la empresa o irse con la fábrica a otra parte. El ministro de turno dirá que eso es, al fin, libertad de empresa. Este absurdo país que es España no fomenta para nada el cooperativismo ni el trabajador autonómo (el que, ante Hacienda y Seguridad Social, cotiza por sí mismo) que a la vez trabaja por cuenta ajena y tampoco obliga a las empresas a pagar en acciones una parte del salario: tres maneras, sin salir del capitalismo, de atenuar la distancia patrón obrero. La clase obrera, que hace tiempo renunció a la Internacional y que tiene en los sindicatos al enemigo en casa, irá haciendo el ridículo de ridículo en ridículo. El último, el de trabajadores de El Correo de Andalucía. ¿Gente con estudios no vio venir que el quiosco de papel tiene los días contados? ¿Hasta cuándo la panoplia de dónde se ponga el papel y la cultura del papel? La irreversible digitalización también dirán que es culpa de la patronal. Mañana cerrarán las librerías.

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–enlace a Juan Andivia La agonía de El Correo de Andalucía.

¿a dónde va el país?

El País

Un informe de la revista Verne El País sobre familias numerosas, me da a conocer a Verdeliss, una mujer de 33 años que se gana la vida como yutúber y concursante (a Gran Hermano Vip), madre de seis criaturas que va por el séptimo embarazo. Verdeliss es auxiliar de clínica sin ejercicio, y yutúber y concursante no dan para siete maternidades conscientes. Será que la unidad familiar con el marido, abogado en ejercicio, lo explique todo. Nada que decir, pues, allá la pareja y quien la siga. Pero ¿qué quiere decir El País?

Un punto de vista, ANÁLISIS DE LA FAMILIA, en [eLTeNDeDeRo]

¡No jodas con las fakes!

Buenas lenguas buen sexo
Foto campaña durante las Carreras en Sanlúcar de Barrameda (24/08/18)

Hablábamos de una de las palabras del verano, la palabra caña, madre de una familia numerosa de palabras que no tienen nada que ver entre sí más allá de su etimología o procedencia. Hoy hablamos de un fenómeno distinto, que es la polisemia o pluri significación. Es el caso de la palabra lengua (casi un centenar de acepciones) y, concretamente, en la campaña Buenas lenguas, buen sexo, que ha puesto en marcha la Junta de Andalucía. ¿Buen sexo oral y buenas penetraciones? ¿Buenas prácticas cunilinguales y buenas felaciones? El prospecto que se reparte a la juventud, con regalo de un preservativo, se presta a esa interpretación.

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Luego, nos enteramos por la red de que “la Junta de Andalucía ha puesto en marcha la campaña Buenas lenguas, buen sexo #SexoSinFakes [sexo sin feiks] para la prevención de infecciones de transmisión sexual entre la juventud, que, junto con la difusión del uso del preservativo, hace frente a la desinformación y a las leyendas urbanas relacionadas con la sexualidad y las infecciones de transmisión sexual. El lema relaciona el uso de la información correcta (sin fakes) con la práctica de un sexo seguro (buen sexo)”. (Noticias de la Junta de Andalucía, 23/06/2018)

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Lo cual, que no sabe uno si el tonto es uno o el tonto es quien diseñó la campaña o la Junta de Andalucía que así dosifica su información: una, sobre el papel que se distribuye en la calle y, otra, sobre el Boja o internet.

Otro día hablamos de la españolidad que demuestra esta Junta de Andalucía frente al referundismo en Cataluña (de ¡España! ¡España! ¡España!, y cierra la muralla) y frente al destrozo del español ante el barbarismo fake, se supone por agradar los oídos tontoesnobs, archinfluéncers, masterchefs o boboselfis de la pedantería del inglés y del estar a la última. Yo diría que chavales y chavalas que no están a la última en materia de sexo oral y del preservativo, de embarazos indeseados y de infecciones de transmisión sexual, tampoco estarán en fake news, invento de la inteligencia occidental para censurarnos en redes, para imponer su prensa nacional y para disimular que las primeras fakes contemporáneas se las inventó George Bush, con Tony Blair y Semaría Aznar, contra Sadam Husein cuando la Guerra del Golfo (2003) y, más atrás, qué fueron, sino fakes, las declaraciones de los profetas que habían visto a Dios y que extendieron las religiones de libro, incluyendo estos curas pederastas a quienes al presente sería muy fácil desde el Estado decirles algo muy parecido al fake: Don’t fuck!, ¡No jodas!, mediante la prohibición legal de asociaciones que impongan el celibato o la abstinencia origen de sexualidades salidas o perversas. Iglesia: Don’t fuck! Junta de Andalucía: ¡No jodas! Y, gente joven: donde se ponga follar, que se quite joder.


 

la prensa del Titánic.

Coinciden dos noticias que tienen que ver con el grado de aceptación de la Guardia Civil en dos paisajes donde la Guardia Civil es un cuerpo discutido o percibido directamente como fuerza de ocupación: País Vasco y Cataluña. En el País Vasco, Alsasua, la fiscalía ve un delito de terrorismo en lo que podía ser una pelea de fin de semana por una agresión en un bar a guardias fuera de servicio y con sus parejas. Y en Cataluña, en un colegio de La Seu d’Urgell, se ve un delito de incitación al odio contra la Guardia Civil ante escolares hijos del Cuerpo. En ambos casos la luz de los informativos alumbra, más que a los profesionales del orden, a sus mujeres y a sus hijos. Mujeres que no pueden convivir en vecindad y críos que se sienten mal si en clase entran en dónde estuvo el papá de cada cual aquel 1 de octubre de referéndum por la república. El Benemérito Cuerpo (bueno hasta el epíteto), que cuida por la unidad de España, está siendo maltratado por quienes no quieren la unidad de España.

Otras veces lo subliminal o implícito se carga en las noticias buenas, positivas. Tres titulares. Canal Sur: Presos de la cárcel de Huelva, al Rocío.  Correo de Andalucía, extra día del libro: ¿Qué libro le regalo por su comunión? El País: Adrián, el niño con cáncer que quiere ser torero. En las tres tomas se presenta algo objetivamente bueno (la libertad, los libros, querer a un niño y que venza al cáncer) a lo que se une algo objetivamente discutible: la religión católica y la tauromaquia. Sirvan para ilustrar, si alguien lo duda, cómo la prensa ha pasado de ser el cuarto poder al primero que sustenta la clase política, eso sí, con la misma elegancia que el Titánic. ¡Las mujeres y los niños, primero!

subliminal. Que está por debajo del umbral de la consciencia. Dicho de un estímulo: Que por su debilidad o brevedad no es percibido conscientemente, pero influye en la conducta. Que es percibido sin que el sujeto llegue a tener conciencia de ello. La publicidad subliminal, insertada en solo algunos de los fotogramas de una película, está penada por la ley. Que está aparentemente implícito y sugerido. Pero hay otra cuestión que debatir, y que hasta ahora solo ha estado presente de forma subliminal.

implícito. Incluido en otra cosa sin que esta lo exprese, lo diga o lo especifique. El contenido semántico de una imagen puede articularse mezclando mensajes explícitos y mensajes implícitos.

–enlace a caso Cataluña

–enlace a caso País Vasco

análisis del diario ABC.

El sensacionalismo de ABC empieza por la portada monográfica, a foto por número, a veces foto información (noticia), a veces foto opinión (editorial) y a veces foto promoción, como es el caso. Se podría hacer un estudio del “efecto portada de ABC” en nuestras vidas, muy notorio en Madrid y en Sevilla. Lectores y no lectores saben, nada más pasar por un quiosco (aunque sea a comprar El País o tabaco o simplemente de paso), lo que ABC piensa y quiere que pensemos.

Otro estudio merece el “efecto grapa” en su lectura, primer diario del mundo, el ABC, que no permite deshojar y compartir lectura simultánea entre más de un lector (páginas centrales para uno, páginas exteriores para otro). Añadan la adecuación de grapa y menor formato a emisor / receptor en busca del arquetipo usuario: varones trabajadores de cuello blanco y voto conservador que leen el ABC apretujados en la barra de un bar en lo que dura el café con tostada de media mañana.


la castaña de Cotarelo contra ABC.

ABC Susana Díaz

el medio y el mensaje

Portada de ABC de 1 de mayo 2017, Día del Trabajo. El paradigma Psoe/Ugt no pasa desapercibido: mucho votante anda suelto en las calles ese día. Texto: “Díaz espera derrotar a Sánchez por 20.000 votos”. Foto: Díaz vestida modosita y andando decidida hacia el espectador, perspectiva ascendente. La luz de un coche que podría ser de escolta finge un dorado objeto o bolsito en su mano izquierda: Susana Díaz, portadora de algo mágico (como los Reyes Magos).

comentario de texto

El sensacionalismo de ABC empieza por la portada monográfica, a foto por número, a veces foto información (noticia), a veces foto opinión (editorial) y a veces foto promoción, como es el caso. Se podría hacer un estudio del “efecto portada de ABC” en nuestras vidas, muy notorio en Madrid y en Sevilla. Lectores y no lectores saben, nada más pasar por un quiosco (aunque sea a comprar El País o tabaco o simplemente de paso), lo que ABC piensa y quiere que pensemos. [Otro estudio sería el del “efecto grapa”, primer diario del mundo, el ABC, que no permite deshojar y compartir lectura simultánea entre más de un lector (páginas centrales para uno, páginas exteriores para otro). Añadan la adecuación de grapa y menor formato a emisor / receptor en busca del arquetipo usuario: varones trabajadores de cuello blanco y voto conservador que leen el ABC apretujados en la barra de un bar en lo que dura el café con tostada de media mañana.]

segundo texto, crítico con el ABC

Ramón Cotarelo. Artículo La caudilla, 2 de mayo, en su página web. En un texto de 775 palabras, diez veces (nueve, más el título) usa Cotarelo la palabra caudilla (epíteto). Está claro que le interesa que cunda la palabra y que se identifique a Susana Díaz con segunda Franco. Son recurrentes derecha (11 veces) e izquierda (4). Abundan subjetivismos: señoritingos, casposo, pepera, el caballero (por Jordi Pujol), esta señora (por Susana Díaz), etc. Perlas escogidas: –Neocomunistas de Podemos ladran lo que no muerden.[1]La castaña que le ha arreado Podemos (a Susana Díaz) con la moción de censura. Cotarelo se muestra tan sensacionalista como el ABC que critica: califica y descalifica. Opinar en exceso es desinformar.

para eLTeNDeDeRo

una España sin PP ya sería algo. Hay que apoyar la moción de censura como en política de frente o unidad popular: para empezar un tiempo nuevo. El efecto moción es superior al efecto Susana Díaz, que pasaría a un segundo plano si la moción prosperase. No lo ve así Cotarelo, quien tacha la moción de castaña. O sea, la castaña es él. Dicho lo cual, eLTeNDeDeRo había dejado la política de nombres propios y pequeño formato. Malo es creer en la clase política y, peor aún, en profesores de ciencias políticas. No nos hagan reír.

[1] Comunismo no ha conocido la humanidad; sí, partidos de ese nombre, que es contra lo que se está. Ni Izquierda Unida es comunista; mucho menos, Podemos.


bibliofilias.

Ya lo decía Félix Morales Prado en la introducción del primer número de El Fantasma de la Glorieta en internet (año 2000): «La costumbre, perfectamente (y hasta comprensiblemente) arraigada en los lectores habituales de textos literarios, a consumar y consumir su vicio sobre soporte de celulosa, conlleva en ellos una reticencia, incluso un absoluto rechazo, ante las manifestaciones literarias que flotan en la red. A veces, se trata de una actitud romántica que yo comparto plenamente. Una defensa de los libros impresos, con su olor, su tacto, con su valor como fetiches, esos objetos que nos acompañan sin protesta ni queja, a la cama o al retrete… ¡Sí! ¡Llevan toda la razón! Pero mucho me temo que, en un plazo más o menos largo de tiempo, van a tener que agachar la cabeza ante la evidencia como lo hicieron los contemporáneos de Gutenberg. O tempora, o mores. Pero, en fin, eso es lo que hay. Para duelo y quebranto de las editoriales y de todos aquellos que basan su beneficio pecuniario en ese proceso que comienza con la tala de bosques y culmina en los escaparates de las grandes superficies y, cada vez menos, de las librerías tradicionales.» Y apostilla: Hoy, erre que erre, siguen en sus trece mientras la realidad, poco a poco, avanza y se impone. Lo digital le echa la pata a lo impreso y eso es tan inevitable, con sus ventajas e inconvenientes, como que lo impreso, en su día, desbancara a los viejos y preciosos manuscritos, lecturas de sólo unos cuantos privilegiados.

Acudid, héroes, a la derrota
(Carmelo Guillén Acosta)

Bibliofilia ha sido siempre la pasión por el libro y, especialmente, por ediciones antiguas o raras. Desde la competencia de internet y del libro electrónico, bibliofilia es también aferrarse al libro encuadernado, modo superior de la literatura de pago de la que se gozan editoriales al reclamo de un tipo de lector, de la vanidad del autor, del isbn y del copyright. Un amigo mío historiador me invitó a la presentación de su libro; invitación, entre la buena sociedad, a que yo comprara su libro. Publicado por la Editorial Cualquiera, y con ayuda de la Junta de Andalucía, las 205 páginas del cuerpo del trabajo, con su guarnición de prólogo y de ilustraciones, cuestan 15,90 euros; 15,11, en Amazón; 9,49, en electrónico (este último precio me pareció especialmente elevado)[1]: mi amigo ponía a prueba mi bibliofilia. Otra cara del nuevo coleccionismo consiste en lo que se llama en inglés crowdfunding (corofinanciación)[2], microfinanciación, micromecenazgo, cooperación colectiva o suscripción previa. Por ofrecer un producto competitivo, estas ediciones suelen incluir detalles tipo edición en rama (pliegos sin encuadernar), libro intonso (sin guillotinar ni refilar) o lámina de artista gráfico más o menos conocido. Se trata de tiradas limitadas, numeradas, firmadas y no vendibles (no venales) y hasta pueden obligar al suscriptor a adquirir dos ejemplares, dos: uno de lujo y otro en rústica (se supone, para regalar). Lujo o normal, las cuentas son que el libro se venda cuanto más. Entonces el editor ganará un dinero que, en rigor, tendría que repartir como dividendos entre los socios suscriptores, algo que nunca se hace. Como siempre, quien paga es el público, el público micromecenas o el público de librerías. Yo, el de mi amigo el historiador, por no comprarlo, ni aparecí por su presentación: me pareció injusto, teniendo él mis publicaciones gratis por internet. Días antes, otro amigo poeta y otro amigo novelista me invitaron a suscribir sus publicaciones corales. A los dos dije que no y, salvando nuestra amistad, les aconsejé no prestarse al juego. Bajo el menosprecio de la lectura en pantalla y bajo la alabanza de la lectura que huele a imprenta, de la página que se subraya a lápiz y exquisiteces parecidas, el negocio editorial está cual entre flor sierpe escondida. El tiempo que sobreviva la literatura de libro convencional, no lo sabemos; sí, que el futuro es digital con tendencia a la literatura cero cero: emisores y receptores que intercambien sus productos sin más ánimo que universalizar sus ocurrencias estéticas o sus ideas. Lo cual no quita que cuidemos y veneremos nuestra biblioteca de papel, nuestra bibliofilia y nuestra bibliografía.

[1] P.V.P. por página: 0,07 euros en papel y 0,46 como libro electrónico.

[2] En español podríamos hablar de coroedición, corolibro, coroautor, etcétera.

apostillas a bibliofilias o bibliomanías

Antonio Narbona publicó hace casi 40 años (y en papel, naturalmente) un comentario de La mosca sabia (1881), cuento de Clarín en que se critica la bibliomanía, que a veces se confunde con la bibliofilia. Apostilla Antonio: El futuro digital del libro va a obligar a redefinir la frontera entre ambos términos o, quizás, a acuñar otros nuevos.

Ángel Manuel Rodríguez Castillo recuerda un artículo que hace 117 años publicó José Nogales en La Vanguardia de Barcelona. Se titulaba La fiebre gárrula (1900), y allí el autor serrano onubense denunciaba la abundancia de ediciones: “Un diluvio de tinta nos ahoga; el papel impreso nos sepulta: la imprenta es un monstruo al revés: no devora, ¡vomita!”. Entonces la disyuntiva no era, por supuesto, edición en papel o edición electrónica, sino algo que merece la pena o algo que no. “Hay que pensar; hay que madurar; hay que sazonar el fruto antes de arrancarlo y entregarlo como pasto a la especie. Lo demás es garrulería, ruido de sonajas, esquilmo inútil de la masa cerebral, desequilibrio de esa máquina moral tan admirablemente dispuesta para fabricar el poco saber humano”. Termina Ángel Manuel: Lo importante no es el canal, sino el mensaje.

–enlace a La mosca sabia, de Clarín, en Ensayistas.org, página de © José Luis Gómez‑Martínez.

–enlace a Ángel Manuel Rodríguez Castillo, José Nogales. Biografía crítica y problemática literaria. (Universidad de Sevilla, 1998).

la voz de su amo.

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Nigger the dog, óleo de Francis Barraud (ya en 1909)

His master’s voice, La voz de su amo, es una discográfica inglesa desde 1899. En su logo un perro escucha atentamente un gramófono. Algunos tenemos la suerte de no depender demasiado del dictado del amo y de no padecer más presiones de empresa que las precisas. eLTeNDeDeRo no puede criticar a hombres y mujeres que tienen que ganarse la vida en medio de las altas presiones, pero sí podemos criticar el infame periodismo generalista y de papel que se hace en España[1], prensa canallesca donde las haya y donde lo más progresista es El País, ese manifiesto de la peor derecha: la que se disfraza de izquierda. Vean hoy en los kioscos las fotos del encuentro Bush Trump: en ninguna los personajes se miran o se sonríen o se muestran cordiales. Si ven, en cambio, el vídeo se dan cuenta de que el tono fue diplomático y dentro del protocolo. O sea que han buscado la instantánea canalla. No cabe duda de que los jefes de sección han puesto todo su empeño al servicio de algo. También los telediarios abren en portada con las 25 manifestaciones anti Trump que se han sucedido en los Estados Unidos. Estamos hablando de un bloque política‑prensa que juzga por la masa y dictamina qué es democracia y qué no. Estamos hablando del bloque mediático que creyó que el Brexit iba en broma y al día siguiente siguió dándole cancha a la permanencia, casi hasta hacernos creer que el Brexit había sido ilegal o traería repercusiones catastróficas, sin duda porque aquí en España el derecho a decidir podía aplicarse a Cataluña. Estamos hablando de periodistas que a Venezuela llaman dictadura y dictador al presidente Nicolás Maduro y al pueblo que lo apoya chavistas (como si dijeran terroristas o miembros de una banda), cuando Maduro gobierna con más apoyo en las urnas que aquí Mariano Rajoy. Y estamos hablando de reportes sobre Siria que parecen dictados por la agencia del Pentágono. Periodistas: no le llamen libertad de prensa; digan la voz de su amo.

[1] La prensa digital respira otra independencia. Leer periódicos de papel es un país de viejos, como El País o La Razón, que leen personas mayores.

gente. análisis de una noticia

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GENTE
análisis de una noticia

La gente mata últimamente con una ligereza(1)

EL JUEZ MANDA A PRISIÓN ACUSADO DE ASESINATO
AL DETENIDO POR EL CRIMEN DE PLAZA NUEVA.

El hombre habría asestado varias puñaladas mortales en el abdomen al fallecido después de que éste le empujara durante una pelea. Se trata de dos indigentes habituales de la zona.

Efe, Sevilla, 17.09.2016.
(1) El antetítulo lo redacta Álvaro Martín, con ironía, cómplice de este comentario de texto.



El crimen de Plaza Nueva
suena al semanario de sucesos El Caso o a El asesino de la regañá, novela de Julio Muñoz Gijón (Sevilla, 1981). Notoriedad. Sensacionalismo. Lo que va de un suceso a un caso es tiempo y público: tiempo para madurar un episodio policial, y público pendiente de a ver en qué acaba. No es el caso. No hay caso. No es crimen conocido que por fin se resuelve. No era el Crimen de los Galindos o el Caso Marta del Castillo, hoy, Diana Kerr. El hombre fue detenido a los pocos minutos.

gente (de gens, gentis, pluralidad de personas) tiene una doble aplicación, positiva o negativa. ¡Viva la gente!, Up with people, fue la canción anuncio de Coca‑Cola y de iniciativas altruistas. Gente que no nos cae bien es gentuza y ustedes no serán gente mía mientras yo no diga que son mi gente. Decimos ¡Cómo es la gente!, como saliéndonos, cuando recriminamos un incivismo, una bolsa de chuches abierta y picoteada en el supermercado. Esta visión negativa enlaza con la que entre los judíos tenían los gentiles; nada que ver con el singular gentil, hermoso, agradable, con gracia, gentil caballero[1]. Gentiles son quienes profesan otra religión, los paganos, palabra que mezcla el pago, sembrado de olivos o viñedos, con el pago de pagar y con la paz de quien paga, descansa[2]. En sentido positivo, gente ha recibido el empuje de Podemos, movimiento que ama a la gente y desprecia, o despreciaba, a la casta de la política. Antonio Machado distinguió entre buenas gentes, que viven, laboran, pasan y sueñan, y mala gente, que va apestando la tierra. Seamos buenos o malos, somos gen, adeene, algo en las venas que nos vincula a un colectivo, del que curiosamente se destacan algunos por su genio o ingenio, como el ingenioso hidalgo, no‑gente[3]. | últimamente lo asociamos a últimas tendencias, última moda, último modelo, estar a la última. | ligereza es también algo de tendencia; lo contrario sería sensatez, prudencia o lentitud, antónimos que iluminan la barbaridad que es decir: se mata con ligereza. ¿Sería mejor matar con lentitud, con premeditación y sangre fría?

Diágnostico. Se mata por arrebato, por pérdidas de control, por ofuscamiento, por infiernos en circunstancias atenuantes[4]. Al aplicar categorías de clase media o de personas que viven bien (que se dejan influir por las últimas tendencias) a pobres indigentes sin techo y condenados al vino peleón y a la navaja, estamos lavándole la cara a una ciudad cuya vergüenza es que haya gente que malviva así en la calle y a la rebusca de lo que sale, mientras la ciudad pasa, de pasar, como si no pasara nada. Hasta que pasa, claro. Aclara el periódico que agresor y agredido eran habituales de la zona que dormían en los bancos y en los accesos a locales comerciales u oficinas bancarias. De banco a Banco, lo que va. Ciudades como Sevilla tienen un problema. ¿Lo hablamos? Esa sería la noticia.[5]

[1] la gente suele ser preferible a una gente. En gentiles y gentil influye el derecho romano, ius civile y ius gentium, de ciudadanos y de no ciudadanos. (EtimologíasdeChile). gente se llama la sección de cotilleos de un periódico, la gacetilla, nombres famosos que se escriben con negrillas.

[2] pagano, na. De pagus, aldea, pago, por alusión a la resistencia del medio rural a la cristianización. Que no es cristiano ni de ninguno de los otros monoteísmos. Un impuesto o tributo pagaban cristianos en tierras de moros y, judíos y moros, en tierras de cristianos, para que los dejaran en paz, de pacto. Si querías paz tenías que cumplir lo pactado, pagar. Una hermosura, entonces y ahora, la alianza de civilizaciones, las tres culturas.

[3] Cervantes toma el epíteto del libro Examen de ingenios (1575 a 1603), de Juan Huarte de San Juan.

[4] atenuantes, mejor en femenino, las circunstancias atenuantes.

[5] enlaces a Etimologías (de Chile.net) y a He andado muchos caminos, el poema de Machado que se cita.