Etiqueta: enseñanza

soneto gongorino.

Velázquez Retrato de Luis de Góngora (1622)

SONETO GONGORINO
A CULTOS Y ADIVINOS
del tiempo ya pasado, no el destino.

distancia más inmensa
de Dios a hombre, que de hombre a muerte.

De historia antigua, traspasado el pecho
-libro de texto, flexo, codos, sienes-,
dar tus neuronas ímpetu, en rehenes,
a viejas glorias, ese fue tu techo.

El precio fue callar que no hay derecho
que para licenciarte en algo tienes
que papagayear el bien de bienes,
antes que criticar lo mal que han hecho

todo. No más hazaña, escuelas mías,
del tiempo de estudiante clara ofensa,
que ser hoy profesor que de eso coma,

antes que averiguar qué será un día
la vida. Que hay distancia más inmensa
de aquí al futuro, que a la antigua Roma.

 


Daniel Lebrato, Lista de espera (2020)

Portada: Velázquez: Retrato de don Luis de Góngora (1622)

mañana, la enseñanza única.

Publica-Privada

MAÑANA, LA ENSEÑANZA ÚNICA
fábula concertada a la manera de Axa, Fátima y Marién
con toques de Lope de Vega y Bertolt Brecht

Cuando llegaron al poder, los psoecialistas sabían de sobra que tres vías de enseñanza habrían de dar, por fuerza, tres velocidades de aprendizaje, tres discriminaciones presentes, y tres ciudadanías distintas. Recordemos: la clase alta, a la privada (voto al PP); la media, a la concertada (voto Psoe); y la baja, a la pública, pues era intención del Gobierno erradicar el analfabetismo y dar formación profesional a las clases hasta entonces obreras o proletarias y subir, de paso, la nota de España en los Informes Pisa y Ceoe.

La enseñanza privada era difícil de intervenir sin perjudicar la “libertad de enseñanza” como una más de las libertades.

Dijo el Psoe:

–Fomentaremos la igualdad mediante becas y ayudas.

Por su parte, la pública exigía su Red de Centros.

–Concertaremos con la Iglesia el uso de sus colegios y mañana construiremos (para lo mismo construir mañana).


Han pasado cuarenta años.

Cuántas veces la Red de Centros
laica: –Asómate ahora a la ventana.
–Mañana construiremos -respondía-
para lo mismo construir mañana.

Y vinieron leyes orgánicas como sopa de letras y hasta perder la cuenta en cuál estábamos (Lge, Loece, Lode, Logse, Lopeg, Loce, Loe, Lomce). La religión como asignatura continuaba y Selectividad era la única fecha de obligada convergencia entre los tres currículos estudiantiles o las tres vías: Axa, Fátima y Marién.

Hoy hay convocada huelga general con manifestaciones en la enseñanza pública y por la enseñanza pública. Como la convocatoria no decía nada sobre la enseñanza única, no iré a la huelga ni a la manifestación.

Sencillamente, no me moví.


 

huelgas, mufaces y pensiones, la enseñanza o sea.

1ºZ

He vuelto a ver a Javier Montes de Oca (hoy de 30 años, en la foto el primero por la derecha). Fui su profesor en el bachillerato nocturno del instituto San Isidoro de Sevilla, mi último destino docente antes de autoproclamarme emérito y rentista, igual que el Rey.

Recuerdo que al empezar el curso y pasar yo la primera lista, allá en septiembre, mi presentación era más o menos la misma:

–¡Algo habréis hecho para estar aquí! ¡Yo, también, naturalmente!

*[Mi alumnado: pasarse de edad y tener que cursar por adultos; y el profe: impartir en horas de tarde que nadie quería.] Éramos indios en la reserva al margen de la excelencia que lo impregnaba todo.

Ahora que el San Isidoro cumple 175 años de edad y recibe con orgullo la medalla de oro de la ciudad, me pregunto si alumnos como Javier Montes de Oca (hoy, ejemplar en su oficio de aparejador o delineante) figuran en nómina de quienes hicieron grande ese instituto: estudiantes que, con voluntad y esfuerzo, sacaron adelante su bachillerato y remando, remando, como Lázaro de Tormes, salieron a buen puerto. No espero, en cambio, mención a Daniel Lebrato (antiguo alumno y profesor, entre otras agitaciones culturales), siquiera por el porculo que dio a la Directiva, entre tanta excelencia, el puñetero.

Cuando Javier y yo nos despedíamos íbamos hablando, él, del lado oscuro del sector de la construcción en Sevilla y, yo, de lo manido de la enseñanza pública en toda España, habiendo en otras patrias enseñanza única.

Otro día hablamos de cómo Izquierda Unida Podemos anda planteando dejar morir Muface, mutualidad y régimen de funcionarios civiles que tanto privilegio esconde. Sin ir más lejos, profesores que nos hemos jubilado cinco años antes que los demás currantes o poder elegir prestaciones de sanidad privada. Nunca lo público, lo privado y lo concertado hicieron tanto daño a la lectura simple de la vida.

Y, ojo, porque sin ser uno partidario de Macron Primero de Francia, las huelgas a la francesa tenidas por la presunta izquierda española como ejemplo de sindicalismo de resistencia, esconden privilegios laborales y de pensiones semejantes a los que aquí representa Muface. Una democracia que mima a su funcionariado vitalicio no es democracia, sino comprada a base de votos agradecidos al Gobierno de turno. Desde Larra, el caciquismo o sea.

para pensar la excelencia docente.

Última clase Jubilación de Daniel Lebrato 02·10·14

No la entrada, la salida hace a los hombres venturosos.
(popular, Cervantes, Gracián)

En centros públicos nada habría que objetar a la excelencia docente (bachilleratos internacionales, etc.), si se publicaran no las altas notas de selectividad, grados, posgrados y currículos egresados del centro público excelente,

sino la cantidad de esos profesionales que, formados con el dinero de España, acaban abriendo despachos, bufetes o consultas privadas o poniéndose al servicio de altas empresas que nada tienen que ver o incluso están en contra de los intereses de España.

Lo llamamos Síndrome de Miami: médicos licenciados a coste cero por la Universidad de la Habana que abren consulta para ricos en Miami.

La excelencia sin ética y sin ideas no es más que un calco, una apropiación (de lo bueno y lo malo) de la privada. A ver si vamos pensando en una enseñanza ni pública ni privada ni concertada ni excelente: única y que forme individuos iguales.


 

de intrusos e intrusismos | el profesorado y las tic.

*Intrusismos 1(vídeo 3:36)

Con la polémica de los másteres y doctorados, todo el mundo sabe, desde el telediario, que internet sirve de policía y juez para combatir el copia y pega y más destaca la obsolescencia del profesorado en tecnologías que son bastante viejas.

Aunque en colegios e institutos se fueron implantando aulas informatizadas y pizarras electrónicas bajo control profesor, al alumnado se le prohibió usar su tecnología personal, pc portátil o teléfono inteligente. Caso real, curso 2005. El día que el profesor Lebrato llegó al instituto de bachillerato Talicual, aquel Departamento de Lengua prohibía a su alumnado ¡presentar trabajos a máquina!, cuando ya las Olivetti habían desaparecido de las casas y no había más máquina de escribir que pc de sobremesa más impresora; más internet también, de donde el profesorado (que empezaba a preparar sus clases con ayuda de Wikipedia) temía que su alumnado copiara o copiase sus trabajos.

Para que se hagan una idea, El Rincón del Vago, estaba desde 1998. En 2007 empezó a extenderse el uso del teléfono inteligente o smartphone. Y al curso en curso, 2018, estudiantes que ingresan en secundaria (con 12 años) no han conocido más inteligencia artificial que la del móvil y quienes acceden al bachiller llevan desde primaria (con 6 años), bajo el dominio y la querencia de su ordenador de bolsillo.

El Profesor Lebrato les propone, como clase piloto, una que llama Intrusismos 1, que une lo que estamos hablando con lo que tendríamos que hablar. Es intrusismo esa palabra que más allá del neologismo y del tecnicismo, sumando barbarismo, se ha colado de polizón en la lengua de don Quijote, que ve pajaritos. Y Sancho Panza, en plan castizo, corrige a su señor. Empezamos por las palabras *blog, *muro (de Facebook), *post y *podcast.

blog debería ser bloc (bloc de notas, bloc del cole).

muro (de Facebook) debería ser mural o tablón.

post debería ser nota, apunte, comentario o artículo (entrada, en todo caso).

podcast debería desaparecer para que siguieran audio y vídeo (en diferido o a la demanda) o, aprovechando que *post quedaría libre, llamar al *podcast post, de ‘puesto’ y de ‘después’ (hasta poscast, sería preferible).

Si quieren, Intrusismos 1, la clase, está grabada como para un curso de bachillerato a distancia de apenas 3 minutos y medio y se puede simplemente escuchar mientras se hace otra cosa. Si están de acuerdo, pásenlo por ahí. A ver si, aunque tarde, hacemos algo.

□ enlace a vídeo intrusismos 1 (3:36)

□enlace a etiqueta ‘tecnología’ en [eLTeNDeDeRo]Neologismos y tecnicismos por un tuboNeologismos y nuevas tecnologías

la bola de cristal y los dispositivos móviles dentro de la escuela y para estudiar.

retrete como bola de cristal

maneras de ver el mundo hay dos, hacia atrás y hacia alante. esto ha sido siempre así. hacia atrás es la mirada de la cultura, de lo cultivado y que se cultiva. la cultura es siempre conservadora (aun la que se considere a sí misma como muy rompedora, revolucionaria o desobediente) porque, por la cultura, optan personas que al presente (en un presente determinado) viven de un cuento y quieren seguir viviendo de él.

la mirada de futuro, en cambio, incluso la que proceda de la persona más reaccionaria, es siempre revolucionaria o de cambio porque por muy facha o conservadora que sea esa persona, su mirada es, cuando menos, un aviso o un anticipo de lo que nos vamos a encontrar. yo la llamo la bola de cristal (por esa como pecera iluminada donde la pitonisa de barraca o de tugurio leía el porvenir). hace tiempo soy no culto (inculto no lo puedo ser) y, sin ser pitonisa, eso no, consulto la bola de cristal continuamente.

esa mirada al futuro me ha dicho cosas que ustedes pueden saber. no habrá corridas de toros porque no se consentirá el maltrato animal. habrá derecho a decidir por pueblos o comunidades porque en la aldea global lo que no habrá serán fronteras ni onus ni estados como hay ahora. tampoco habrá oenegés, hijas de un tiempo que cambió la cáritas por caridades semejantes.

hoy, al preguntarle a mi bolita de cristal, que es la de ustedes, me sale un futuro escolar sin libros de texto y sin mochilas donde todo se hará por lo que hoy llamamos terminales o dispositivos móviles. francia y macron prohibiendo los móviles en la enseñanza son el pasado, están muertos de muerte natural.

un profesorado al frente de lo que usan y está en los hábitos de su alumnado, sería un profesorado punta y de vanguardia y, en todo caso, corrigiendo fallos y riesgos que indudablemente trae consigo todo lo novedoso.

ya les pasó a los clérigos que vieron la invención de la imprenta como un invento del demonio. ¿para qué estamos el mester de clerecía?, se preguntaban los muy espabilados frailes guardianes de la cultura.


 

por una enseñanza única.

la escuela única

El sistema educativo, dependiente del sistema económico, lo mismo es causa que consecuencia, lo mismo sirve al individuo para salir del hoyo que para caer en él. Este doble efecto de la educación caracteriza todo lo que llamamos cultura o arte, áreas reservadas a las clases privilegiadas que con educación más cultura y arte han justificado y dado bibliografía a sus privilegios y dominios. Además todo sistema educativo se concibe como un sistema de formación profesional, siendo el mercado (la oferta y demanda de puestos de trabajo) quien dicta programas y currículos que no están diseñados para subvertir el orden de las clases sociales sino para prolongarlo bajo la especie de que la democracia y el Estado del Bienestar funcionan: ley que dirige a unas personas a los trabajos más duros y peor pagados y a otras las pone al frente de la política, de la magistratura, del ocio o de las bellas artes.

Sobre esa realidad, una corriente docente ha querido hacer de la enseñanza un arma de transmisión colectiva de conciencia, de enseñar a quien no sabe: dar formación profesional y enseñar a la vez los entresijos del sistema, darle al alumnado una conciencia de clase. Han sido las misiones pedagógicas. Frente al bien común de las misiones pedagógicas, se nos sigue vendiendo como heroico el caso de quienes estudiando llegan a buen puerto, algo que, desde el Lazarillo, siempre ha sido de alabar, más cuando el estudiante empieza desde abajo y sin recursos: es la versión optimizada de la enseñanza: la excelencia docente. Mientras en misiones pedagógicas lo importante es que la mayoría de un curso vaya para adelante, en excelencia lo que importa es la máxima nota de los mínimos estudiantes, lo que en la enseñanza pública se consigue imitando o usurpando vicios y virtudes de la enseñanza privada.

La equidad, que últimamente ha dado la vuelta al mundo educativo, es otra cosa. La equidad ni cuestiona el sistema de excelencia ni cuestiona la igualdad de oportunidades. Ha dicho el joven Tomás y Valiente que “no solo son excelentes quienes obtienen óptimos resultados sino quienes consiguen progresar desde circunstancias menos ventajosas, en ocasiones, con problemas familiares, aprietos económicos o dificultadas de aprendizaje”. El joven mezcla en su discurso discapacidades y circunstancias del alumnado emisor que no cuestionan el sistema receptor.

Oído lo cual, la enseñanza tiene que ser, ni misión ni excelencia ni equidad: única y la misma para toda la población en edad de estudiar. Enseñanza única que es incompatible con las tres vías educativas, la pública, la privada y la concertada: Algo de lo que casi nadie quiere hablar ni aun en los foros docentes más progresistas. Se nos olvidaba que, entre tanto lema majadero, el más de lo más es el que fija y establece como un derecho el llamado derecho a la libertad de enseñanza.


violencia en las aulas.

violencia sexistaEl sistema educativo consagra y no corrige (porque es falsa la igualdad de oportunidades) la desigualdad. Y la desigualdad es raíz y fuente de toda agresividad. Lean, para entendernos, Análisis del sistema educativo y luego hablamos.

Niños y niñas, pero sobre todo los niños, se educan para vencer entre balones y pistolitas y entre conductas agresivas disfrazadas de defensa, de superación o de autoayuda. Y eso es así desde los reyes magos y el pacífico ajedrez hasta el día de la patria, desfile al que asisten los menores con sus mayores. Deportes, libros, cine, anuncios, vídeo juegos o telediarios familiarizan a la chavalería con matar y ganar. ¿Se ha movilizado el profesorado por campañas estatales contra esa bélica o beligerante educación?

Ahora visualice usted la competitividad según clases sociales. Entre escolares de clase media alta (con destino a las mejores salidas profesionales) la competitividad se canaliza vía excelencia docente: estudiante peleando con estudiante por una décima en un examen, nota de la que puede depender el acceso a tal o cual carrera. De esa violencia, disimulada entre estadísticas y cuadros de honor, nadie habla.

Se habla de la violencia en las aulas en barrios pobres o zonas marginales. Y ahí se produce un choque de sensibilidades entre un profesorado que sueña con la excelencia y un alumnado con el que no sabe qué hacer; profesorado que no está preparado para unas misiones pedagógicas que piden más de acción humanitaria que de materia específica. ¿Inglés, para quien no saldrá del barrio? ¿Literatura, para quien vive y vivirá sin libros? ¿Matemáticas, para quien con la maquinita tiene bastante? ¿Música sinfónica, a quien no saldrá de la rumbita y del pincho? Salvo si el profe se aviene a ser un perfecto animador o una animosa cuentacuentos, capaces de transmitir, la clase acabará siendo una guardería, un tutelar de menores, un desperdicio o un infierno. Y, sobre esa escena, lo raro es que no haya más brotes de violencia. Cuando la esperanza profesional y el horizonte laboral son basura y donde la rebeldía está en el ambiente y casi casi bien vista, demasiado dóciles críos y adolescentes a quienes no se enseña asignatura tan importante como es la rebelión.

El resto, cuchareo de cafelito, escritos de protesta, manifestaciones o cambios de cargos directivos, películas donde no han de faltar, en versión macho o hembra, el bueno, el feo y el malo.


 

escolares y extraescolares.

ies-martínez montañés

Ayer día 29 participé en Cosas de poetas, acto organizado por el Cincuentenario del Instituto Martínez Montañés, de Sevilla. En la mesa redonda estábamos Juan Andivia, Jesús Cotta, Daniel Lebrato, Clara Rivero y Antonio Rivero Taravillo. Moderaba Manu Martín. Tan buen cartel me hacía pensar que habría abundante audiencia. No fue así. Muy poco público. El Martínez Montañés tiene nocturno. Antes, cuando por la tarde se organizaba alguna extraescolar, la extraescolar dejaba de serlo y se hacía escolar para los cursos interesados en la materia. Quiero decir: estudiantes que a esa hora tuvieran clase de lengua y literatura bajarían de su aula con su profe hasta el salón de actos. No bajó grupo. Mi lealtad con el MM me impide criticar o echar la culpa de la escasa asistencia a nadie. Delegación, Consejería andarán por ahí con sus criterios que la Junta sabrá. Lo cierto es que, sin juventud, la mesa redonda, que brilló a veces a gran altura y polémica, ya no fue lo mismo que yo esperaba que fuese. Una lástima para pensar: a quién le extraña que la vida cultural de esta ciudad languidezca, languidezca.


 

sindicatos de clase y sindicatos profesionales.

Obreros muertos

El sueño de la unidad (de las fuerzas del trabajo y la cultura) fue el sueño del Pce y de las Comisiones Obreras, quien luego se maridó, por un puñado de locales, con Ugt. Después de ese infame bisindicalismo, todas las siglas sindicales vinieron a desunir y no a unir, y el agrupémonos todos quedó para la Internacional.

La sinrazón de (los sindicatos profesionales de) la enseñanza pública está en no reconocer su carácter secundario al servicio del primario (la economía capitalista, de la cual dependen por igual clase obrera y clase docente). Y, en concreto en España, en permitir la enseñanza peor que privada (que, al menos, esa se la pagan las familias pudientes de su bolsillo), concertada (que la copaga el laicismo mediante impuestos y presupuestos públicos a mayor gloria de curas y monjas). Vistas las luchas profesorales de estos cuarenta años, no consta en primer término la abolición del Concordato con la Santa Sede, de 1979. Se dice (o se calla) pronto.


 

antiguos alumnos, por Juan Andivia.

Las fotos de 5º y 6º de bachiller nos representaban con edades de los quince a los diecisiete; y mejor no calcular el tiempo que ha pasado. Así que empezamos a mandar fotos de la actualidad. No importará quién ha llegado más lejos, quién es quién en la actualidad, sino que compartiremos la felicidad de un instante, que es la única que existe, porque hemos descubierto que teníamos una gran excusa: la añoranza.

Origen y artículo completo: VENTANA DEL AIRE: Añoranzas

de la necesidad de ideas sostenibles y de un centro de interpretación de nosotros mismos.

Daniel Lebrato en Ave clase preferente Madrid Sevilla 31 05 17

En viaje por España se me han juntado tres conversaciones o llantos: llanto por pueblos y aldeas que se vacían, llanto por pequeñas tiendas y oficios que van desapareciendo y llanto por la fuga de cerebros o titulaciones que se subemplean o emigran porque no encuentran trabajo en lo suyo.

Como no podemos vivir del tópico ni quejarnos de lo que no tiene remedio, y hoy que tanto se lleva lo sostenible y hay un centro de interpretación (turística) para cualquier cosa, aconsejo una interpretación de nuestras vidas y de la vida en general bajo principios sostenibles. Así no nos contamos películas ni caemos en romanticismos. Un principio básico es la economía: las ideas son gratis pero no la política entendida como la llevada a la práctica de las ideas. Y otro principio es asumir la responsabilidad personal de manera que cada quien defienda las ideas y la vida que se pueda costear. Seguro que entonces ya no tendríamos opiniones patrióticas nacionalistas y embotelladas y fáciles de echar al mar de las conversaciones en sobremesa.

Aunque se puedan reinventar con nuevos motivos ‑por ejemplo, el turismo o la ecología‑, pueblos y aldeas y oficios se cierran por motivos económicos irreversibles. Llámenle progreso. Y la universidad española peca de engañosa ambigüedad desde el comienzo: con dinero público se quiere formar un personal que luego, si puede, se forra por la privada: en la Habana, médico y, en Miami, millonario, vida mía. Ese juego no nos podía emocionar y, ahora en España, si tienes que irte al extranjero, te vas, mi vida. Distinto caso sería la fidelización o funcionarización de las titulaciones universitarias, algo que ya sucede con las academias militares, donde ingresar significa egresar para el ejército español. Ese automatismo podría darse en medicina o ingeniería cuando ingresar signifique, primero, que esa plaza de trabajo la necesita España y, después, que usted va a ejercerla si no toda su vida como funcionario público, al menos el tiempo suficiente para devolverle a España el dinero que España invirtió en su formación.

Al final, hablábamos de nosotros mismos y del pie por donde cojeamos. Pero eso en dialéctica da para poco. Saramago en su novela pudo echar a pelear al alfarero contra Porcelanosa. En la vida real, no.


de la necesidad de ideas sostenibles y de un centro de interpretación de nosotros mismos.

En viaje por España se me han juntado tres conversaciones o llantos: llanto por pueblos y aldeas que se vacían, llanto por pequeñas tiendas y oficios que van desapareciendo y llanto por la fuga de cerebros o titulaciones que se subemplean o emigran porque no encuentran trabajo en lo suyo.

Como no podemos vivir del tópico ni quejarnos de lo que no tiene remedio, y hoy que tanto se lleva lo sostenible y hay un centro de interpretación (turística) para cualquier cosa, aconsejo una interpretación de nuestras vidas y de la vida en general bajo principios sostenibles. Así no nos contamos películas ni caemos en romanticismos. Un principio básico es la economía: las ideas son gratis pero no la política entendida como la llevada a la práctica de las ideas. Y otro principio es asumir la responsabilidad personal de manera que cada quien defienda las ideas y la vida que se pueda costear. Seguro que entonces ya no tendríamos opiniones patrióticas nacionalistas y embotelladas y fáciles de echar al mar de las conversaciones en sobremesa.

Aunque se puedan reinventar con nuevos motivos ‑por ejemplo, el turismo o la ecología‑, pueblos y aldeas y oficios se cierran por motivos económicos irreversibles. Llámenle progreso. Y la universidad española peca de engañosa ambigüedad desde el comienzo: con dinero público se quiere formar un personal que luego, si puede, se forra por la privada: en la Habana, médico y, en Miami, millonario, vida mía. Ese juego no nos podía emocionar y, ahora en España, si tienes que irte al extranjero, te vas, mi vida. Distinto caso sería la fidelización o funcionarización de las titulaciones universitarias, algo que ya sucede con las academias militares, donde ingresar significa egresar para el ejército español. Ese automatismo podría darse en medicina o ingeniería cuando ingresar signifique, primero, que esa plaza de trabajo la necesita España y, después, que usted va a ejercerla si no toda su vida como funcionario público, al menos el tiempo suficiente para devolverle a España el dinero que España invirtió en su formación.

Al final, hablábamos de nosotros mismos y del pie por donde cojeamos. Pero eso en dialéctica da para poco. Saramago en su novela pudo echar a pelear al alfarero contra Porcelanosa. En la vida real, no.

la excelencia en secundaria.

LA EXCELENCIA
en secundaria

Hijos/hijas de papá,
llevadlos a la privada,
que no se mezclen con clases
de ética y proletarias,

y los de la concertada
‑con buenos dineros públicos,
curas y monjas, modales‑,
tres cuartos más de lo mismo,

que luego, en el instituto,
tendrán con cargo al Estado
alto nivel para el título
y sus despachos privados.

Este es el plan. No se ven
los hijos de la efepé.

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neuroeducación.

Publica El País una entrevista que no tiene desperdicio para padres, madres, maestres y educadores en general. El neurólogo Francisco Mora, autor del libro Neuroeducacion. Solo se puede aprender aquello que se ama, retrata indirectamente, pero con nitidez, la artificialidad de la enseñanza que se imparte actualmente y el origen del fracaso escolar. Hay dos frases espeluznantes. Una, que hasta los seis años el cerebro humano no está neurológicamemte formado para descifrar letras y números. Se puede empezar a los tres a leer y escribir, claro, pero como un papagayo y con sufrimiento. Y la otra, atroz también, es que la escuela se ha actualizado tan poco, que un maestro podría tener en su clase a un niño del Neolítico, sin detectarlo. Tan patético como triste y cierto. Antonio Delgado Cabeza.

Enlace a entrevista en El País.

*


La privada y la estatal

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LA PRIVADA Y LA ESTATAL

UNO. La enseñanza pública nació como respuesta al analfabetismo cuando había que sacar a una población de su atraso de siglos. DOS. La derecha no contempla acabar con la enseñanza pública sino con los brotes igualitarios que trajo el Estado del Bienestar. TRES. En el Posbienestar la izquierda no puede seguir cultivando el sueño de la igualdad de oportunidades sin plantear su financiación. CUATRO. La clase empresarial demanda mano de obra cualificada y orienta las leyes de educación hacia la formación profesional. CINCO. Mientras no cambie la sociedad, las clases altas van a seguir copando los mejores puestos de trabajo y de no trabajo[1]. SEIS. El profesorado no puede educar al alumnado pobre en el sueño de que estudiando va a ascender en la escala social, lo que no quita SIETE. Educación y cultura, como instrumentos de conocimiento y de liberación.

Punto de partida: tres vías de enseñanza: la pública, la privada y la concertada. Punto de llegada: una enseñanza estatal que no sea la única, compatible con el derecho a la libertad de enseñanza. Zona de paso: al Estado, lo que es del Estado y, a la Familia, lo que es de la familia.

□ El Estado gestionará su parte en la enseñanza con criterio de rentabilidad: lo que el Estado invierte lo recupera. Estudiantes graduados o licenciados por la estatal irían un tiempo al sector público, al funcionariado, hasta devolver al Estado su inversión.

□ La familia concebirá la enseñanza a fondo perdido y para la libre configuración de sus hijos/hijas hacia la herencia y la empresa privada si lo desean. Premisas y desarrollos:

–Todo sistema de enseñanza depende de un sistema económico.

–Toda educación es formación profesional. Manda el mercado de trabajo.

–Toda igualdad aplicada sobre una desigualdad mantiene o acrecienta la desigualdad[2].

  1. Corresponde al Estado no malgastar en quien no va a trabajar para él y corresponde al Estado establecer un plan mínimo de estudios, único y el mismo como vía de acceso a la ciudadanía o nacionalidad. Hay que combatir el bipartidismo educativo que fomenta la perpetuación de las dos Españas: la España de la pública y la España de la privada[3]. La igualdad de oportunidades empieza por: que todo español o española ‑por el hecho de serlo, o para serlo‑ curse una base común obligatoria, estatal, mixta, laica, coeducada y gratuita en cuanto sea posible[4].

  2. El Estado debe tomar una decisión no tan traumática: dejar los conciertos con la privada y obligar ‑como se obligaba a la mili o se obliga al carné de conducir‑ a una educación primaria y secundaria homologada y la misma para toda la población escolar.

  3. Niños y niñas cursarían por la mañana en la escuela estatal el plan estatal de asignaturas comunes y dispondrían de toda la tarde para la libre configuración de sus asignaturas optativas: conservatorio, gimnasio, religión, más idiomas, optativas con cargo a la familia y en los centros privados o públicos que se deseen[5].

  4. Las biografías singularizadas por un determinado tipo de Historia (Jesucristo, Napoleón, Picasso) se explicarán en clase como hecho histórico, pero nada más. La estatal no puede orientarse a formar maravillas ni niños prodigio. Si un Einstein brotara de la indigencia, empresas o mecenas (podría ser el propio Estado) acudirán y se disputarán su formación. Se admiten ideas.

[1] no‑trabajo: rentistas, herederos, herederos del viejo régimen. oficios del ocio: intelectuales, artistas.

[2] Medidas lineales como gratuidad de libros, ordenadores para todos, etc.

[3] Actualmente estas dos Españas solo se juntan y se ven las caras en la Selectividad.

[4] La estatal sería gratuita para quien no pueda pagarla y de pago en proporción con los niveles de renta. Lo estatal no admite signos externos religiosos (velos islámicos, crucifijos, etc.) ni excesos de rango sexual, racista o clasista. Entonces se podría plantear la cuestión del uniforme.

[5] Los deberes reglados se ajustarían a este doble reparto horario.



escuela-unica

Los imprescindibles

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Niños viendo cine en las Misiones Pedagógicas (España, 1936)

LOS IMPRESCINDIBLES

En España y en mucho mundo, la enseñanza se divide en (1) privada, (2) concertada y (3) pública, y esta a su vez en (a) pública de la excelencia y (b) pública de las misiones (pedagógicas, por llamarlas de alguna manera).

Centros de la excelencia trabajan en un medio favorable y buscan el tablón de honor, compiten por las notas más altas de su mejor alumnado (para la Selectividad, para la Universidad: ver artículo de Diario de Sevilla). Centros misiones son los que radican en un medio hostil donde importan no las notas altas, sino sacar a la mayoría con nota suficiente adelante.

La experiencia nos dice que estudiantes muy buenos saldrán adelante aun estudiando en centros hostiles y aunque esa hostilidad rebaje un poco sus rendimientos. Si van sobrados, que fortalezcan su formación con clases o profesores extra, de anticipo del programa. ¿Para qué están la familia, que los mantiene, las becas o las empresas que bequen sus estudios con vistas a? En cambio, en barrios de clase baja el colegio o el instituto es el único factor de socialización (no habrá otro, pues ¿qué colegio privado iría allí?), que debe primar, con ética de Estado, por encima de ningún otro objetivo.

Dicho en Bertolt Brecht: Hay maestros (profesores o profesoras) que dan clases a los buenos y son muy buenos; hay maestros que dan clase a los malos, a los torpes, a los marginados de antemano: esos son los imprescindibles.

Dicho lo cual, dirán ustedes, no debería haber barrios ni extrarradios marginales. Tampoco, docentes que ‑salvo excepciones de secreto afán proselitista (casi siempre en posesión de la Iglesia, en curas y monjas)‑ eligen destino en el Centro, antes que en las Tres Mil Viviendas. Nos ha jodido.

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