Etiqueta: Juan Andivia

aplausos al atardecer.

aplausos al atardecer

No sabemos si este es el último baile.
Sí sabemos quién dirige la orquesta.
Sí sabemos cuándo empezó.

La gente de mi edad y mentalidad (hombres y mujeres de 60 años arriba; de formación realista, poco dada al género de ciencia ficción, y ajena a vídeo juegos de exterminio) estamos viviendo Vicod 19 (esa que llaman crisis, ¡qué bien les viene la palabra crisis!) con ojos suspicaces.

El mileurismo era para nosotros la profecía apocalíptica del fin del mundo por cambio de siglo o de milenio. El arte figurativo nos tenía acostumbrados a la muerte a mogollón, nada más verla en iglesias y en Semana Santa, en el Dante o en el Bosco.

Nuestra cínica juventud se aplicaba al ¡Cuán largo me lo fiáis!, de Don Juan Tenorio, o al Marqués de Bradomín de pecar y pecar hasta el perdón que nos permitiera el doble disfrute de esta vida y de la otra. Y el tiempo se llevaría a papas y a emperadores.

La muerte nos sentaba bien si no fuera por la leyenda cierta que nos llegaba de cuarteles y comisarías de la dictadura y de otras dictaduras (Salazar, Pinochet, Videla) donde la vida, literalmente, no valía nada.

Ahora, y con esa experiencia, nos quedan muchos reflejos.

1) Todas las voces contra el Poder siguen siendo nuestras, desde Marx, hasta Chomsky.

2) Detrás de todo esto podría estar (la duda ofende) una demencia mundial que está jugando con lo que no se debe jugar.

3) Sería muy grave que España (sus votantes, sus Gobiernos) estuviera, de una forma u otra, cerca de ese juego como daño colateral por fuego amigo.

4) El estado de alarma nos recuerda otros estados de excepción.

5) El llanto por la muerte del Estado del Bienestar, que traerá consigo Vicod 19, nos enfrenta con el mileurismo dominante de la Generación Podemos; generación que creyó en el Estado del Bienestar sin preguntar quién paga derechos y libertades que les habían puesto en la cabeza. Con tanto Sí se puede, la generación de nuestros hijos, hoy en el Gobierno, no ha podido nada.

6) La teorización del capitalismo (a título de humano, flexible, afectivo o inteligente) nos da náusea o risa tonta. Riamos pues.

7) Esperemos que, además de reacciones sentimentales como solidaridad o bien común (esos aplausos al atardecer), de ésta salga una sociedad más dispuesta a pensar con ojos de otra España, de otra Europa y de otro mundo.

Mientras, el Decamerón, de Boccaccio, La Peste, de Camus, o la Numancia, de Cervantes: literatura de asedio ya que no podemos esperar que de ésta salga nada que valga la pena.


BREVE HISTORIA DE ESPAÑA

No sabemos si este es el último baile.
Sí sabemos quién dirige la orquesta.
Sí sabemos cuándo empezó.

El día que tu país y el mío firmó convenios,
tratados de amistad, alianzas, concordatos,
y mandó cónsules y abrió embajadas
para estar dónde: ¡democracia y libertad!

(se descojona el coro)

Y el día de la bomba todos fuimos
Charlie Hebdo, como antes Once Ese.
Y, antes, España, Roma, y, español,
el último emperador.


Aplausos para el atardecer es un título de Juan Andivia Gómez (Alhulia, 2018).

/ a Juan Andivia y a Paca Jiménez Huelva /

gurumelos y palomas: una lectura de Ibn Hazm.

Al repasar las idas y venidas del nombre del instituto de Valverde del Camino, la guerra entre gurumelos y palomas del collar de Ibn Hazm, hay que mencionar a un profesor fundamental aquellos años, que fue José Juan Díaz Trillo, quien, con mano en el Servicio de publicaciones de la Delegación, con un ojo para El Fantasma de la Glorieta y otro para Condados de Niebla, sirvió de enlace rico y fecundo para la conexión Valverde Huelva, sin la cual no hubiéramos salido de unas gafas de ver ombliguistas o pueblerinas. J.J. Díaz Trillo nos llevó a Juan Cobos Wilkins en Condados de Niebla y a Félix Morales en El Fantasma de la Glorieta. Obligado es mencionar también a Salvador Mora Villadeamigo y a María Paz Sarasola, delegada que fue de Educación. Dioses protectores.

/ por los cinco /

20180825_184901

En junio 2015 Daniel Lebrato puso un anuncio en [eLTeNDeDeRo] recabando información y materiales sobre los años 82·86, cuatro cursos que ejercí, como Daniel Lebrato y otros heterónimos, en el intenso instituto de Valverde del Camino. El profesor cuenta en su currículo que, gracias a lo que no tiene gracia, la muerte de Diego Angulo Íñiguez (1901·1986), el instituto se libró de llamarse IES Gurumelo, que era el nombre ganador entre la asociación de madres y padres (Ampa) hasta octubre del 86, cuando murió en Sevilla el historiador de arte y valverdeño ilustre a quien el instituto debe su nombre. He contado también que, por nuestro gusto y el suyo, el IES de Valverde del Camino se hubiera seguido llamando así, hasta la o de Camino, o, en todo caso, El collar de la paloma, a honor de su autor, Ibn Hazm (994·1064), quien, aunque nacido en Córdoba, perteneció a familia onubense convertida al islam (muladí) con casa y tierras entre Huelva y San Juan del Puerto (km 3,5) en lo que fue Manta Lisham, Motlícham, Montíjar o Montija, diócesis o condado de Niebla, hacienda donde Ibn Hazm regresó para morir un 15 de agosto, día de la Virgen de la que había renegado. ¿Collar de la paloma? ¡Valiente mariconería!, dijo un macho ampa. (Ponerle Ibn Hazm lo teníamos descartado: nada más escribirlo y pronunciarlo en fonética andaluza, ¿se imaginan?) Si Ibn Hazm pasó por Valverde o por el Andévalo, era lo de menos: la revista Condados de Niebla, que dirigía Juan Cobos Wilkins, y Niebla y el Condado eran, como se decía en pedantería, caros a nuestro corazón y, caro, el Ibn Hazm que había escrito Si me preguntas si hay cielo, digo que sí, y que sé dónde está la escalera. Por último, todo pasaba y todos pasábamos entonces por Valverde, peligro para caminantes; yo en una casa de tango luminoso: Barrio Viejo Uno. Hoy, releyendo los números custodiados de la revista Condados de Niebla, me sale Ibn Hazm con esta otra perla: Trata a los hombres como tratas al fuego: te calientas con él pero no te metes en medio de sus llamas. El artículo titula Otoño onubense y lo empaqueta Juan Drago (1947·2017). Otro Juan entrañable, Juan Andivia, escribió hace poco sobre lo que va de la nostalgia a la melancolía. Sostiene Andivia, mi Dupont y Dupont, que con la nostalgia se vive y con la melancolía nos abatimos. No podrá con ninguna mi persona, este que ha desobedecido a Ibn Hazm. Me he quemado y me quemo y, aparte algún peldaño o palitroque, sigo sin saber dónde está la escalera.

20180825_183612
Abenházam por Juan Drago en Condados de Niebla nº 6, Huelva, octubre, 1988, páginas 19 a 34

Trata a los hombres como tratas al fuego: te calientas con él pero no te metes en medio de sus llamas.
(página 25)
*
20180825_183654


Dupond et Dupont pasean por el Cabildo.

20171209_145545-ANIMATION.gif

Conocí a Juan Andivia Gómez (Huelva, 1952), profesor y poeta, durante mi etapa en Valverde del Camino. Años más tarde, en el Martínez Montañés, de Sevilla, empezó una sólida combinación que todavía perdura, ahora ya los dos eméritos de la enseñanza. Pueden seguir el rastro (dicho pinchar los vínculos) y refrescar la memoria de estos pájaros (de Dupond et Dupont Extraescolares, desde que un curso se repartieron las clases de aquella manera y desde el Homenaje a Carmen Calderón en el Alcázar de Sevilla); pájaros, para unos, a mano y, para otros, a tiro. En nosotros se cierra y se abre el triángulo de la vida (Montpensier) entre Huelva, Sevilla y Cádiz, esta vez Sanlúcar.

Dupond et Dupont pasean por el Cabildo (fotos)

Dupont et Dupond en el Martínez Montañés (mini relato)

Algunas poesi.as de Juan Andivia

Juan Andivia en HuelvaYa.es

Juan Andivia, capturas de artículos y de opinión en [eLTeNDeDeRo]


antiguos alumnos, por Juan Andivia.

Las fotos de 5º y 6º de bachiller nos representaban con edades de los quince a los diecisiete; y mejor no calcular el tiempo que ha pasado. Así que empezamos a mandar fotos de la actualidad. No importará quién ha llegado más lejos, quién es quién en la actualidad, sino que compartiremos la felicidad de un instante, que es la única que existe, porque hemos descubierto que teníamos una gran excusa: la añoranza.

Origen y artículo completo: VENTANA DEL AIRE: Añoranzas

malos tiempos, por Juan Andivia.

Bertold Brecht escribió el poema “Malos tiempos para la lírica” en 1939 y, en los años ochenta, el grupo “Golpes Bajos” compuso una canción con el mismo título. En realidad, ni uno ni otro aludían únicamente a la lírica, sino a cualquier creación estética anulada por las penalidades de lo cotidiano.

Parece que es tiempo de dejar el temor que que las estructuras caigan (que, al final, no caen) e intentar cambiarlas, para que todos nos salvemos.

O todos o ninguno, también de Bertold Brecht, por cierto.

Artículo completo en Huelvaya.es.

Si yo fuera humorista, por Juan Andivia

Sí, la ofensa reside en la sensibilidad del receptor, pero el código penal debe intentar ser más objetivo, no vaya a ser que acabemos ahogándonos en un marasmo de querellas y, como en esa isla de hermanos que tanto demonizan esos “defensores de la libertad”, nos vigilemos unos a otros, para defender el honor de los muertos y de los que mandan.

 

Origen: VENTANA DEL AIRE: Si yo fuera humorista

el perdón, por Juan Andivia.

Mis respetados profesores me enseñaron que para que existiese el perdón de una falta, la expiación tenía que ser proporcional a las características de la ofensa; y que si se trataba de una afrenta pública, la reparación debería ser pública también. Desde entonces, uno ha hecho lo que ha podido al respecto, pero no ha olvidado aquella fórmula mágica de la proporcionalidad necesaria para la absolución.

Pues bien, el expresidente George W. Bush declaró en una entrevista concedida a la cadena estadounidense ABC News, en diciembre de 2008, que “el mayor error de sus años en la Casa Blanca fue hacer caso a los informes de inteligencia que decían que había armas de destrucción masiva en Irak”.

En octubre de 2015, Tony Blair confesaba a la CNN que “no supo prever el caos que se desataría tras el derrocamiento de Sadam Husein” y admitía también sus “mistakes” (errores).

En efecto, era evidente que la razón esgrimida como fundamental para invadir aquel país se desvaneció como un azucarillo, y no en agua precisamente. Y de los protagonistas de la foto de las Azores, solo uno queda por admitir que, en esa ocasión al menos, se equivocó.

Sus correligionarios le han ayudado a salir de lo que sería un gran aprieto para la mayoría de los mortales, aclarando que España no fue a esa guerra, pero no es necesario recordar cuánto dolor y muerte nos ocasionó nuestra “no-participación”.

A mí, que aproveché muy bien los años de estudio en un colegio religioso, me parece que en esto de ayudar a los iraquíes no se ha aplicado correctamente la receta que equilibraba el agravio y la pena. Y me extraña mucho siendo, como son las implicadas, personas muy conspicuas y muy creyentes, unidas a la divinidad tanto en conversaciones como en caminos. Considero que la explicación de que no les dijeron la verdad, de que se precipitaron o, tal vez, de que se equivocaron tendría que retransmitirse vía satélite desde las Azores o, cuando menos, desde algún foro similar y con publicidad parecida a la que tuvo el pitido inicial de la contienda.

Se podría hacer, además, una bonita foto con un pie que rezase: “No era lo que pensábamos. Nuestros servicios de inteligencia han estado poco inteligentes”, o quizá “lo siento; no volverá a ocurrir”, aunque esto último, estando Mr. Trump en la Casa Blanca, sea difícil de creer.

La intención de querer revalorizar el peso internacional de nuestra nación tampoco ha sido suficiente (además, lo que un presidente gana, otro lo pierde y vuelta a empezar): «España estuvo en las Azores porque no pudo participar en el desembarco de Normandía, que es donde debería haber estado», dicen que fueron palabras del expresidente Aznar. Pues con las otras fotos de los zapatos sobre la mesa del rancho de Busch, tendría que haberle bastado al amigo Ánsar.

HuelvaYa.es, 26/03/2017

Juan Andivia, Wasapinconscientes.

Reconozcámoslo: todos estamos ya un poco hartos de los wasap. Lo que era y es una forma ágil de comunicarse se convierte a veces en lo que nos despierta, nos distrae, nos molesta y si no abandonamos algunos grupos es por cortesía con quienes nos incluyeron.

Origen: VENTANA DEL AIRE: Wasapinconscientes

Juan Andivia: los cadáveres hermosos.

Los escritores de antes morían de tuberculosis, ahogados o con una bala en la cabeza: Como tiene que ser. Algunos, más vulgares, se hartaban de drogas, alcohol incluido, pero no era lo mismo. Para dejar un hermoso cadáver había que no deteriorar demasiado el producto.

 

Origen: VENTANA DEL AIRE: Cadáveres hermosos

VENTANA DEL AIRE: Los mercaderes del templo

El único acto de violencia de Jesús que nos presenta el Evangelio es el de la expulsión de los mercaderes del templo. Qué buen momento para que creyentes y no creyentes lo imitemos y expulsemos de nuestros corazones las relaciones entre comercio, dinero y eso que cada uno llama amor.

(Texto: Juan Andivia Gómez) Igual que la primavera llega antes a El Corte Inglés, las fechas señaladas o inventadas por los grandes almacenes también aparecen con el tiempo suficiente para crear la…

Origen: VENTANA DEL AIRE: Los mercaderes del templo

de dónde viene «el tango, lamento de cabrones»

De dónde viene
EL TANGO, LAMENTO DE CABRONES
Si las lágrimas te dejan ver el teclado

En 1977 escribe Javier Figuero[1] en la revista Exprés Español: «La literatura [erótica] española es lamento de cabrones como el tango porteño.»[2]

En 1988, sostiene Horacio Vázquez Rial, hispanoargentino[3]: «El varón del tango es el engañado sin remedio, en todas sus variantes: herido en el orgullo o en la dignidad, vencido por la traición, el olvido o el desprecio de ella, siempre, o casi siempre, canta una queja. De vengador de su honra. De ahí sacó Valle- Inclán su idea de que el tango es la canción del cabrón.» No consta dónde Valle escribió o dijo eso.

En 1994, leemos en el ecuatoriano Francisco Tobar García[4]: «El tango es un lamento de cabrones. No es mía la definición, pertenece al ogro, al maldito Mario Blanco.»[5]

TRES CONCLUSIONES y un divertimento:

1º) Si el invento (como canción) fue de Valle‑Inclán, su secuela (como lamento) cumple un siglo. Valle pasó un año en México, como periodista, en 1892[6], y en 1910, siguiendo a su mujer la actriz Josefina Blanco, estuvo de gira seis meses por Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay y Bolivia, países donde dio alguna conferencia.

2º) Nada tiene que ver la Marquesa del Tango de Luces de bohemia (1920‑24), donde ella, la portadora del décimo de lotería, llama a su par, el Rey de Portugal, cabrito viudo.

3º) En Luces lo cabrón o cabrona es la Academia. Clama Max Estrella: Yo soy el verdadero inmortal y no esos cabrones del cotarro académico. Don Latino llora a su amigo muerto con estas palabras: ¡Que caiga esa vergüenza sobre los cabrones de la Academia! ¡En España es un delito el talento! Y poco después: ¡Ni una cabrona representación de la Docta Casa!

4º) Habla Mayloba, que debe ser Malena, en un chat a propósito: «Malena es nombre de tango. Yo no sabo ónde leí una de finición de tango: ¡lamento de cabrones! u cornudos. Mismamente. Lesse [Lis] m’acaba de comunicar lo contrariá que ha resibío un mensaje de mi hermana. Pa jartarse de llorar. En cuantito ahora mismo me lo mande, te lo reenvío. Si las lágrimas me dejan ver el teclado.»

Pues eso, que las lágrimas no les impidan ver el teclado ni, si pueden, echarse un tango a la salud del mundo. Total, varones míos, de cabrones, a engañados o a consentidos ‑que en algo consentiremos‑, es poca la diferencia.

/ a Juan Andivia /

[1] (Valladolid, 1947)

[2] Publicada en Fráncfort del Meno en febrero de 1977.

[3] (Buenos Aires, 1947‑Madrid, 2012)

[4] (Ecuador, 1928‑1997)

[5] Queda pendiente saber algo más de este Mario Blanco.

[6] Volvió en 1921 invitado por el presidente de la República, Álvaro Obregón, por mediación del escritor Alfonso Reyes, con motivo de la celebración del Centenario de la Independencia (1821‑1921).

VOLVER, CON JUAN ANDIVIA

Juan Andivia y Daniel Lebrato

JUAN ANDIVIA, VOLVER

Hablando de frases hechas, una de las que más se escucha o se oye decir es “Si volviera a nacer, lo volvería a hacer”, defensa del expediente que nos deja patidifusos. Volver es el tango y la cuestión, si veinte años son nada. La edad consiste en volver y la única sabiduría, en la conciencia de lo bien, lo mal y lo regular que hayamos actuado. Escribe Juan Andivia [foto 1]: De vez en cuando, nuestra vida es una versión de la propia vida anterior, diferente en apariencia, apostillada, pero la misma al fin. Y, como en un texto antiguo que se volviera a leer, se le encuentran los pequeños fallos, las cosas que ahora no dirías o harías y, entonces, lo que parece más razonable es pasar la página y tomar nota. Nuestra historia está llena de lecciones; la nuestra, la personal, la que solo conocemos nosotros. Juan pone por caso a Juan Ramón Jiménez empeñado que estuvo el hombre en la continua corrección de su Obra con mayúsculas. Si la vida fuera nuestra Obra ¿no tendríamos nada que mejorar siquiera? ¿Siempre fuimos justos, generosos, oportunos? ¿Nunca metimos la pata o la gamba en algo? ¿No, verdad? Parecemos el futbolista que recién derrotado su equipo suelta el consabido perobueno y ya nos quiere convencer de que el próximo partido es lo que importa y que, ese sí, lo van a ganar. ¿Nos lo creemos?

Sirvan también de ejemplo del pasado que vuelve las fotos de nuestro álbum Google. Siete años, supongamos, en una Feria de Sanlúcar.