El curso 2005/06 dos profesores del departamento de lengua del instituto Martínez Montañés, de Sevilla, se repartieron, dos para cada uno, las cuatro horas lectivas de un grupo de 4º de la Eso. Por razones de horario, a los dos les venía bien para cuadrar el suyo, así que uno daría la mitad de lengua y otro la literatura, de donde Dupont y Dupont, dos profesores para una sola asignatura, dos por uno en las sesiones de evaluación, en fin, algo un tanto irregular pero, leída con lupa la normativa, la directora Carmen Calderón lo aprobó con su firma, total: para ella era su último curso y uno de los dos iba a ser el nuevo director, qué problema había, jefa.
Pero se ve que aquel septiembre entre papeles y campañas, y el estreno de despacho, claustros y consejos escolares, al nuevo director debió de írsele la cabeza. Muchas caras nuevas en muy poco, y no supo reconocer las viejas. Nunca sabremos si aquel primero de bachillerato cojeaba más por lengua, que dio Dupont, o por literatura, que dio Dupont. El caso es que, vistos los pésimos resultados en la prueba inicial del que ya era primero de bachillerato, a Juan Andivia, nuevo y flamante director, se le ocurrió reprochar:
—¿Pero quién os ha dado clase el curso pasado?
—Tú mismo, chérif. -Y desde entonces se dice ¡que me traigan al imbécil! por significar que el imbécil, que el capullo c’est moi, soy yo. A un Rey de los antiguos le pasó algo así y sus lacayos le llevaron un espejo. De su enfado, arrancó aquel grito tremendo:
—¡A la guillotina con él!
*Cata editorial de Françoise Vaslin. Dupont y Dupont son en Tintin Dupont et Dupond, avec de, para Hernández y Fernández de la versión española. No obstante se respetan las dos tes del original, por confundir algo más.
Ser mandón no era un delito pero sí relajarse uno en sus clases. Tampoco las fechas encajan. Después de Carmen Calderón fue director Ángel González Gálvez, profesor de griego, y se acabó aquel tipo de horario a dos manos, también llamado chanchullo, apaño, comidilla o mamoneo.
Reparto. Juan Andivia Gómez como Dupont y Daniel Lebrato Martínez como Dupont.
—¡Que me traigan a este par!
Texto: Tinta de calamar, piso 592. Fotos: Juan Andivia «Siempre nos quedará París»