Una Feria de Abril en condiciones.

La proyección de jornadas para la próxima Feria de Abril no es plan entre dos planes, o de lunes a domingo (como estaba antes) o de sábado a sábado (como está ahora). Los dos están superados por lo que ha sido práctica demostrada. Se trata más bien de plantearse (o plantear a la ciudad) quién manda aquí: si la tradición (desde 1846), si la comunidad de feriantes (desde 2016 para empezar el 17), o si, como manda y se impone, la lógica de los días laborales y festivos, que es a saber: una feria entre dos findes con sus diez días, de un primer viernes, noche del alumbrado, hasta el segundo domingo a las doce de la noche, con sus fuegos artificiales, despedida y cierre. Y con una fiesta local fija, siempre los lunes del primer finde, es decir un calendario igual igual que el Carnaval de Cádiz, con dos tramos perfectamente equilibrados para feriantes y visitantes bien recibidos con paquetes turísticos fáciles de entender y homologables por el quejoso gremio de la hostelería.

Otro día hablamos de una portada fija y la misma para todos los años que perdure y de la abolición de unos fuegos artificiales que podrían ahorrarse en beneficio de obras sociales para la ciudad.

 

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