
José Antonio Moreno Jurado
CAMPO DEI FIORI
Como si ardiera el mar * en compañía del río * hasta la Isla Tiberina * el cielo se derrite lentamente * cae como cera o parafina dulce * y voy a lomos de todos mis sentidos * perdido en el aire
Águila o Pegaso * sin poder extender mis alas hasta la orilla lúcida * de las constelaciones
Me han traído desnudo * para mi vergüenza * por el Trastévere * risas llantos aceptación * atado a un poste de madera * criminal * inocente de la razón y la inteligencia
Por orden de la Bestia Triunfante
Mi lengua adherida a una especie de trampa * casi informe * para que no justifique mis actos con palabra alguna
Liberación del vicio y de las supersticiones * dije una vez * sin pensar en consecuencias posibles * frente al ser en la naturaleza * en la que reside la pasión de la verdad
Sólo la lluvia podría endulzar la sequedad del aire * la fiebre encarcelada de mi degradación matinal
Oigo a lo lejos * puesto que no hay arriba ni abajo * en la distancia del corazón a las cerezas * un canto infinito * dulce y de esperanza * que sólo entonan los labios * no contaminados * de los que conceden valor a la inmanencia
No existe sitio en mí * para la no ética * aunque un amigo me traiciona
Me pongo a arder * por orden de la Bestia triunfante
Arden mis pies * mi vientre se despliega * se encoge como papel quemado * por la esfera perfecta del dolor * a qué la vida * el pensamiento
Quisiera soñar * pero no puedo * que voy hacia la muerte.
JOSÉ ANTONIO MORENO JURADO (Sevilla 1946), ÚLTIMAS MAREAS (2012).
Campo dei Fiori es un monólogo dramático interiorizado en Giordano Bruno (1548‑1600), al que llevaron desnudo y con la lengua clavada en un madero desde el Trastévere al Campo dei Fiori. Acusado de blasfemia, herejía e inmoralidad, allí murió en la hoguera el 17 de febrero de 1600 sin exhalar un grito y después de rechazar al sacerdote que quiso darle a besar un crucifijo.
En 1889 por suscripción popular internacional se erigió una estatua en el lugar, hoy matinal plaza de mercado y lugar apasionado de encuentros y conversaciones. La lápida dice: «A Bruno il secolo da lui divinato qui dove il rogo arse» Algo así como «A Bruno, el siglo que vio venir, aquí donde fue quemado».
Curioso es que el mismo 17 de febrero une a Gustavo Adolfo Bécquer, nacido ese día de 1836, y Giordano Bruno, muerto el 17 de febrero de 1600.
No descanse en paz la Bestia Infame.