El título se le ocurrió a Andrés García Díaz. Las basuras de Hércules. La foto habla sola. La playa vacía y los contenedores llenos. El final de la rampa o rampla, que de las maneras se oye decir, marca la frontera entre lo que sirve para mañana o ya, mejor, lo tiramos. Nunca falta una sombrilla desvarillada por el viento o una silla rota por la ley que más se cumple, la de la gravedad.