No sé ustedes. Yo ante una criatura llamada bebé, paseada en su carrito y con orgullo por la alameda, pienso siempre lo mismo:
—Ahí va un votante. (Salvo si el bebé es cosa mía, o sea: La familia para quien la trabaja.)
Viene esto a cuento de madres y padres que se lamentan de lo duro que es teletrabajar con hijos a su cargo.
Piensa [eLTeNDeDeRo]:
1º tienen trabajo y
2º tienen casa con luz y conectividad.
3º ¿Hasta qué punto dineros públicos a vidas privadas?
Piensa El País:
España ya era un país de padres quemados. La falta de guarderías públicas y la ausencia de medidas reales para la conciliación llevan décadas poniéndoselo muy difícil a las familias con hijos, sobre todo aquellas con menos recursos que no pueden acceder a cuidadoras o centros públicos o privados que atiendan a los niños de 0 a 3 años. La crisis del coronavirus ha agravado una situación ya complicada y asfixiante. Esta misma semana la Ministra de Igualdad Irene Montero ha puesto sobre la mesa el Plan Corresponsables, con 200 millones de euros de inversión y una mesa de diálogo con los agentes sociales para la conciliación. En declaraciones al diario 20 minutos, Montero ha dicho que la pandemia ha hecho acuciante la necesidad de políticas de conciliación, de que los cuidados sean un derecho, y la importancia de los servicios públicos. Hay que fortalecer lo común y poner en el centro la vida de las mujeres, no frente a los hombres, sino para que todos vivamos mejor.
Piensa mi amiga, madre y sobrina:
Tuve que recordar cuando mi madre nos dejó al cuidado de mis abuelos y mi hermano, jugando (sí, jugando), me clavó unas tijeras abiertas en los sesos, mientras mi abuela (portera) cosía y mi abuelo (portero) limpiaba los zapatos. Se asustaron. Lloré. Me metieron la cabeza bajo la pila de la cocina. Y me tumbaron. Y no pasó más. Salvo si la secuela sea no sentirme exactamente alineada con nadie.
No solo “La familia -como la tierra- para quien la trabaja”. También, “¿La crisis? Que la paguen los capitalistas”. En el primer mundo tener un hijo es deuda en la riqueza. Cada uno se pague sus copas.
Gracias: Paloma Cantero.
Foto portada: Getty El País.