
ANTES DEL NUEVO ARTE DE COMER (CUCHARA Y PLATO
para no meter los dedos en la sopa
puesta al centro de la mesa), la derecha era
la mano de la espada y la que daba Dios
a los justos en la Comedia del Dante,
a Adán en la Sixtina y al buen ladrón en el Calvario.
Se hizo diestro el canon, lo maestro y hábil,
lo astuto, lo sagaz, lo chic y lo torero,
dice el vulgo. Y zurdo, sinónimo de atroz
y mal nacido, cosa del diablo o mal augurio,
como los pájaros que a despedir salían
por su siniestro lado al héroe hacia el destierro.
Y así, a los nuevos tiempos y cabildos
(pues no era plan quemar a tanto hereje:
¿quién araba los campos?, ¿quién pagaba los diezmos?),
se dio a los pobres un espacio hasta entonces
vacío o de servicio, para legos.
–Yo era el rey de la corte y soy ahora
rey de las cortes -iba pensando el bobo
camino del discurso de la corona.
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LA INVENCIÓN DE LA IZQUIERDA
Daniel Lebrato
en La Corte del Rey Bobo
Foto en el Bar Casa Rafita, Miguel Cid, 82, Barrio de San Lorenzo, Sevilla.