(apostillas a Hacia, teoría de la ciudad) Cuando Umberto Eco con su equipo parió la Historia de la belleza, en 2004, concibió a la par su cómplice o gemelo: Historia de la fealdad, de 2007. Lo feo y lo bonito (como la oscuridad y la … Continúa leyendo La Belleza según Sevilla.
Por no confundir cola, cola de rabo o de toro, con “lo añadido al final de una obra musical”, la cultura fue hasta Italia y se trajo la palabra coda, que allí sigue significando cola o rabo de toro, pero el pueblo qué sabe de italiano. Es el varón que acude al médico y prescinde del polla o carajo y lo que le lleva a consulta es su pene (de pana o de pena), de pen penis, cola o rabo otra vez, estilográfica en inglés (no ingles, sino english).
Esto es coda –y no digresión– porque discurre detrás de un hilo que viene a mi ovillo desde Gonzalo Rivas, pasando por Tres estampas de Ronda (Málaga); Ronda donde echó Gonzalo su infancia y, con él, su hermana Carmen, Carmen Rivas Rubiales, la del Viaje al sur Rilke en Ronda. En ese libro que me ha venido como un pájaro anillado a este lado de la playa
(“Para Daniel, por nuestro hermoso coincidir en tus estampas de Ronda: Rilke, Vilima, tu libro Hacia y Gonzalo. Con todo mi cariño, Carmen Rivas Rubiales, Ronda, julio de 2019”)
se puede leer:
«A primeros de año se compraban fanegas de picón de orujo, se subastaba el estiércol del matadero y se acordó aumentar el alumbrado en la Plaza de Lamiable para las fiestas de carnaval que ya estaban cerca. En las primeras semanas de 1913 en la misma Ronda que estaba siendo para Rilke un ‘apartado retiro’ se libraba una partida en el capítulo de “calamidades” por socorros facilitados a pobres transeúntes. No había celebración que no incluyera 100 hogazas para los indigentes e, incluso, en ocasiones se les ofrecía pan en sufragio del alma de algún finado. Pobres mendicantes a los que debió encontrar el poeta en sus paseos por Ronda como ya antes lo había hecho en Toledo o en Córdoba. De cuantos pudo cruzarse en las calles de entonces, guardará la imagen que desde París le describe en marzo de 1913 a Katharina Kippenberg: El mendigo es en España como una mano que intentase detener el destino que irrumpe embozado por todas partes; en París es sencillamente como un arbusto en donde la miseria florece antes de echar hojas.»
Concluye [eLTeNDeDeRo]: Si no queda satisfecho de biografía y geografía y conciencia social; sabiduría y compromiso, le devolvemos su dinero. Gracias, Carmen. Gracias, Gonzalo. Y gracias, Álvaro Martín y Zafarrancho Vilima que los trajo a mi vida, esta es su coda entre el jardín de senderos que se bifurcan y ríos que van a dar en la mar.
Daniel Lebrato, 31 de julio de 2019
coda de la coda.
Todos los 31 de julio son el día cristiano de Ignacio de Loyola, muerto tal día como hoy en 1556 (hace 463 años), día de vísperas (palabra antónima de coda) cuando las vacaciones valían un mes y ese mes era, en nuestro hemisferio laboral, el caluroso agosto. Sobre esa base, queden ustedes con esta Teoría del sismógrafo:
Ignacio de Loyola, sacerdote vasco y santo, prototipo del noble caballero de la cruz y la espada, fundador de la bulliciosa Compañía de Jesús, privilegiada por bula pontificia del mare magnum, como decir nostrum pero de los siete mares y cinco continentes para la mayor gloria de Dios, aconsejaba a los suyos no hagáis mudanza en tiempos de mudanza, no os mováis cuando todo se mueva, lo que viene a ser un modo, y seguramente el mejor, de inventar el sismógrafo. Nacido al mundo en Azpeitia, 1491, y bautizado Íñigo López de Recalde o Ignacio d’Óñez y Loyola, murió en Roma la tarde del 31 de julio 1556 años después de su señor Jesucristo, de quien fue peregrino. Los ángeles del Vaticano repartían propaganda del cielo en vacaciones.
En la casilla 701 de Tinta de calamar puede leerse: «Digno del Guinness es boicotear tú mismo el acto de presentación de un libro tuyo. Eso pasó el jueves 4 de noviembre de 1999 en la Casa de las Columnas de Triana. Daniel Lebrato sale en los periódicos del día siguiente interrumpiendo, como un espontáneo, su propia presentación y dejando sin voz a la concejala de turno que quería ponerse las flores por un libro cuya tirada, tangada, serviría apenas para callar la vanidad del autor, que no se calló, y para cubrir los cuatro compromisos de la institución. Se trataba de una obra fantasma, agotada y bibliófila antes de salir. Busquen, si lo encuentran, HACIA, Premio La Torrecilla de Poesía del Ayuntamiento de Sevilla, Qüásyeditorial, 1999.»
Veinte años después, y a propósito de una entrevista a Gonzalo Rivas Rubiales –quien fue Director general de personas con discapacidad de la Junta de Andalucía– como Íntimo Vilima de Álvaro Martín, Cadena Ser, me entero de que Gonzalo echó su infancia en Ronda (Málaga) y de que su hermana Carmen tiene investigado y publicado en libro Viaje al Sur, Rilke en Ronda, 1912-13 (Unicaja, 2019).
Inmediatamente lancé al mar de Gonzalo y Carmen mis Tres estampas de Ronda. Lo leyó Félix Molina y colocó este tuit: «Qué buen libro HACIA. Se descubre cada día.»
Finalmente –entre la vanagloria y quien tiene un lector tiene un tesoro–, tampoco he de negarle a HACIA sus veinte velas de cumpleaños. Para la tarta, en camino me viene el Viaje al Sur, Rilke de la mano de Carmen Rivas Rubiales. No puede uno corresponder a tanta coincidencia (a tanto amor) en las ondas, en las redes y en la tinta de los viejos libros, tintas que son y han sido Tinta de calamar.
NOTAS
En realidad, la extraña ceremonia tuvo lugar en la sede del Distrito Triana (San Jacinto, 33), no en el Centro Cívico Casa de las Columnas (Pureza, 79).
HACIA, en mayúsculas garamond, reproduce el nombre del libro, título idea de Pilar Villalobos.
Formaron el Jurado: José Marrodán, Antonio Morato, Antonio Cáceres, Javier Salvago y Manuel Trancoso.
Aprendo del Guadalevín, que en la constancia se hace mayor, trïunfa. Y aunque a tus ojos mísero, mal- oliente souvenir de minolta y luces nunca usadas, no te asomes al balcón, no me mires o acaba- ré contigo igual que las ciudades que un río, un amor, orografía.
[ Hotel Reina Victoria ]
Rilke. Ronda
Fuera de la alfombra mágica celosa del pelo de tu abrigo, no titubeen tus pasos sobre la cera Álex, si a su delicia se deslizan pasillo adelante. Ve ahí la puerta y el pomo de otra noche de Ronda. Gíralo: te propongo no hablar del ángel del abismo ni del raro huésped de la doscientas ocho.
[ Ralie Rilque-Ronda ] ensayo sobre la fama
Al joven Rainer María le leen en Linz su porvenir, prefiere la leucemia y abandona la escuela militar de Mährisch, vuelve a Praga, publica Leben und Lieder con ayuda de tu madre, enamórate de Lou Andreas, dedícale el Diario Florentino, cágate en los muertos de Nietzsche, de Clara Westhoff, de Rodin, escribe Elegías a Duino, Sonetos a Orfeo, hazte un sitio en las enciclopedias, vete al Sur y que le den en Ronda, Málaga, tu nombre a una droguería, a un puesto de masa frita y calentita o a un puticlub, chimpa pumpa, ¿Ril qué?
Me pregunta Álvaro Martín si soy algo exhibicionista. Le respondo que no. Que exhibicionista (macho) es quien se abre la gabardina (no lleva más ropa debajo) y enseña a las adolescentes de instituto lo que él llama su muelle de las delicias, su cosita. El episodio está en Hacia (1999) y recrea a un tipo real, entre voyeur y exhibicionista, que por los años 70 se descubría desde el Parque de María Luisa ante las niñas del Instituto Murillo (femenino) cuando éste radicaba enfrente, en el Pabellón de Argentina al final del Paseo de las Delicias, comienzo de la Avenida de la Palmera. A aquel tipo, enfermo de soledad, yo le hacía decir: «Rechaza imitaciones, que es calidad, chiquilla. Bajo mi gabardina, el auténtico, el único muelle de las delicias.» Soy tímido -sigo diciéndole Álvaro- y nada exhibicionista. Lo que sí soy: histriónico.
histriónico [334.000 gugles] de histrión (1613), latín histrio, comediante, actor, mimo. Sustantivo y adjetivo. 1. Actor teatral. 2. Persona que se expresa con afectación o exageración propia de un actor teatral o que resulta falso o efectista. Me molesta su comportamiento histriónico. Sinónimos: exagerado, fingido.
histrionismo. Trastorno de la personalidad no tan grave ni tan raro de encontrar, que consiste en ver el mundo como un escenario donde el sujeto actúa. El exhibicionista presume de una mercancía que le gusta enseñar; el histrión ejerce con más profesionalidad y quizás con menos ego, su defecto es la sobreactuación, extremo que el verdadero actor profesional repudia y teme. El exhibicionista es parecido a Narciso; el histrión sería como el bufón, un enano entre gigantes que es enano todas las horas del día y por eso interpreta le toque o no actuar: de todas formas, se van a reír de él; digamos que su naturalidad es su artificio, que en lo falso consiste o encuentra su verdadera autenticidad.
El impostor, en la foto de la Generación del 27.
En su libro Hacia, publicado en Sevilla por Qüasyeditorial en 1999, y desde entonces disponible en Internet, tres episodios autobiográficos dan cuenta del histrionismo según Daniel Lebrato. Arranca con cinco citas de autoridad que conviene recordar aquí:
A veces me tropiezo sin querer con el que fui y apenas me saluda.
(José Antonio Moreno Jurado)
¿Soy yo o soy el mendigo que rondaba mi jardín?
(Juan Ramón Jiménez)
Con la barba afligida, sin afeitar y feo.
(Miguel Florián)
Lo más profundo que de ti conoces: la piel.
(Juan Cobos Wilkins)
A la larga, la máscara se convierte en rostro.
(Marguerite Yourcenar)
[AFTER SHAVE]
Lo has leído en autores más sabios y respetables: el aire de extrañeza de quien se mira al espejo y no se reconoce, como dudando si es él quien tose, quien asoma tras las ojeras. La idea no está mal. Sin embargo, tú cultivas sin escrúpulos la impostura que alguna vez -Manolito y el lobo- será más cierta, y haces del espejo un camerino. Negándote, te afirmas: no se visten los actores, se disfrazan. Quien no te conoce piensa: «de otro», y no: no hay más papel que al que das vida, el que detrás del vaho te devuelve y te sostiene la mirada. Celebras los chalecos y el sombrero y el bastón que presumido eliges antes de que todo sea verdad, verdad el lobo.
[SEGUNDO AUTORRETRATO]
Afeitado. Duchadito. Con el pelo y las uñas impecables, a prueba de fotógrafos. El traje, ni más ni menos que la etiqueta exige. Saber llegar. Que los tuyos te reciban como suyo. No pudo César morir de otra forma.
[DE LA SINCERIDAD DE LA INFANCIA retratada según se entra en la Poesía]
Se nace o se pace, pero a casi todos da tiempo a manipular el borrador y a falsear las pruebas del alma, sus recuerdos. Son cromos de un álbum de otra vida, no nuestra vida, y son también una coartada. Hagan juego o poesía, los dados -manda el crupier- van a su imán, van a su ayer y a los ayeres supedi- tados a condición de la bío- grafía que, como un crimen, preme- dito. Podéis dudar del que fui, no del que soy: maté a los testigos, borré las huellas, me di a la fuga.
O sea que, al final, mi puesta en escena es buscada, rebuscada, un miedo a la vejez y a la muerte como otro cualquiera y una manera, acaso digna, de no contribuir a la fealdad de este mundo.
Así habló Zaratustra. En el desarrollo de la obra, la segunda y tercera parte se centran tanto en las conductas del personaje como el matiz histriónico de la doctrina.
Cesário Verde. Une a ambos autores la temática urbana y el interés por la vida bohemia; les separa, en cambio, el tono, frecuentemente exaltado y casi histriónico en Baudelaire, reposado e irónico en Verde.
Charles Laughton. Durante este tiempo, el trabajo en el cine de Laughton pasó a un plano secundario, y a veces, como en The Strange Door actuó de modo deliberadamente histriónico.
Debra Paget. Quedó encasillada en papeles de mujer exótica, delicada, debido a su gran belleza muy particular y su carácter histriónico.
Dmitri Shostakóvich. En la n.º 9 adopta en máximo grado la actitud de bufón o, dicho menos claramente, el uso histriónico, humorístico y sarcástico de la música. La Novena de Shostakóvich parece ser interpretable en clave de burla, no sabemos si de la muerte, de los políticos del Kremlin, de la comunidad mundial de compositores o quizá de todos ellos.
Entre bobos anda el juego. Don Lucas del Cigarral es un personaje histriónico y estrafalario, al que adornan todos los rasgos negativos que puedan imaginarse: retraso mental, fealdad, avaricia, necedad y masoquismo.
Fausto (película). De igual importancia, la técnica fotográfica y de imagen, la utilización necesaria del blanco y negro y del contraste fuerte entre las zonas ensombrecidas y las iluminadas, para destacar el dramatismo histriónico e incluso los cambios climáticos.
Francisco Franco. Personaje histriónico que fundó la Legión a imagen de la Legión Extranjera francesa, reclutando a proscritos sin importar su nacionalidad, a los que les redimiría su permanencia en la Legión: «Os habéis levantado de entre los muertos, porque no olvidéis que vosotros ya estabais muertos, que vuestras vidas estaban terminadas.
Hay que nombrar el histriónicoMundo Idiota (Neat Stuff. Fantagraphics, 1985-89) de Peter Bagge, donde se critican despiadadamente los modelos sociales.
Hermanos Marx. Chico fue un excelente e histriónico pianista, y Groucho tocaba la guitarra.
Ian Keith. También tuvo facilidad para la comedia, y su rico retrato del histriónico actor Vitamin Flintheart en Dick Tracy.
John Travolta. Ha desarrollado papeles muy diversos en multitud de géneros, lo que le ha dado la reputación de actor extremadamente histriónico y versátil.
José López Portillo. Lloró frente a millones de mexicanos y golpeó impotente con su puño el atril de la tribuna principal del Palacio Legislativo aceptando su responsabilidad personal al fallarles; un despliegue histriónico que conmovió a muy pocos, enfureció a los más y fue motivo de parodias y burlas.
Mala Rodríguez. Un álbum que empieza con el desparpajo histriónico y existencialista de Esclavos y llega la infecciosa melodía de Hazme eso.
Narcisismo. Así se incluyen también en este grupo el trastorno límite de la personalidad, el trastorno histriónico de la personalidad y el trastorno antisocial de la personalidad.
Necrorama. Juego de rol independiente (Javier Arce, 2007). Sus pilares son el pulp, el cine negro y el humor ácido e histriónico.
Peter O’Toole. Aportó un elemento histriónico que constituye a la vez su principal virtud y su mayor defecto.
Trastorno histriónico de la personalidad. Trastorno de la personalidad del grupo B (desórdenes dramáticos, emocionales, o erráticos).
Un tranvía llamado Deseo (teatro). Por primera vez en la historia del arte histriónico norteamericano se abordan temas antes considerados tabúes.
XDComics. Monroe ha ido volviéndose más histriónico con el tiempo, este hecho sumado al de creerse por encima de todo tipo de convención social y mejor que cualquier humano, le han convertido en un tipo que no necesita al resto de la sociedad, con cierta reciprocidad por parte de ésta.
Lo avisaba la Unesco allá por 2012. La Unesco no quiere que se eclipse a la Giralda. Sevilla dejará de ser Patrimonio de la Humanidad si no modifica la altura de la Torre Pelli, de 178 metros. Según la Plataforma Ciudadana Túmbala, había sobradas razones para oponerse al complejo de oficinas, comercial y de ocio llamado Puerto Triana, con su rascacielos estandarte de casi 180 m de altura. Una labor en la que se ha esforzado la Plataforma Ciudadana contra la Torre Cajasol ¡Túmbala!, nacida en 2009, que aglutina una veintena de entidades sociales patrimonialistas, ecologistas, universitarias y vecinales. Como puede verse en la fotografía (tomada por Alicia Domínguez Albarrán al atardecer del sábado 11, segundo sábado de Feria de Abril en mayo 2019), la Torre eclipsa, ¡vaya si eclipsa!, a la Giralda en una época del año próxima al solsticio de verano y, por geometría astronómica, seguirá eclipsándola.
Dejando aparte lo que decida la Unesco y las reclamaciones que pudieran hacerse, las dos torres están, y no queda otra que buscarles la armonía con las lecturas que vengan al caso:
1. Desde la participación ciudadana. El impacto de la Torre Pelli sobre la geografía urbana (como el impacto de Las Setas o del Plan Bici) debió haberse sometido a referéndum, consulta municipal igual a la que se realizó para alargar la Feria “de sábado a sábado”.
2. Desde la política social. Hace siglos que Sevilla como otras ciudades históricas tiene un problema con la propiedad del suelo y de la tierra y con la calificación y recalificación de lo construible y lo protegido, lo público y lo privado con las expropiaciones que pongan límites a la especulación.
3. Desde la ciudad eterna. No es menos bella la Luna el día que el Sol la eclipsa. Ya puestos, una Giralda eclipsada podría servir de atracción turística y promoción fotográfica.
4. Desde la ética de la estética. La Giralda es soberbia hija de muchas soberbias. Romana en sus cimientos, árabe en su fundamento, cristiana en su cuerpo de campanas. Si la Giraldilla representa una invicta Fe, la sombra que le hace la torre Pelli (Caja Sol o Sevilla) es lección de humildad adecuada a los tiempos. ¿O es que los rascacielos (todos los rascacielos de este mundo, también la Torre Eiffel) no vinieron a las ciudades para hacer sombra a lo que había? Cuando se levantó el remate cristiano sobre el morisco, alguien –a favor del alarife– dejó escrito:
El árabe no pudo equivocarse tanto.
No haber previsto su derrota.
Ahora la ensombrecida es la victoriosa Fe contra la herejía. La próxima, cuando otra la ensombrezca, será la Torre Esa.
La canción Noche de ronda(Agustín Lara, 1935) nada tiene que ver con Ronda (Málaga) aunque es inevitable pensar que sí. Para quien viaja desde Sevilla, Ronda amplía el Triángulo Montpensier (o de la Buena Vida) que forman Sevilla, Aracena y Sanlúcar. El triángulo se hace rombo a dos horas de coche entre cada una de sus puntas. A Ronda fueron y de Ronda vuelven estas tres estampas en recuerdo de otras noches de ronda:
TAJO DE RONDA Cernuda Aprendo del Guadalevín, que en la constancia se hace mayor, trïunfa. Y aunque a tus ojos mísero, mal- oliente souvenir de minolta y luces nunca usadas, no te asomes al balcón, no me mires o acaba- ré contigo igual que las ciudades que un río, un amor, orografía. *
HOTEL REINA VICTORIA Rilke. Ronda Fuera de la alfombra mágica celosa del pelo de tu abrigo, no titubeen tus pasos sobre la cera alex, si a su delicia se deslizan pasillo adelante. Ve ahí la puerta y el pomo de otra noche de Ronda. Gíralo: te propongo no hablar del ángel del abismo ni del raro huésped de la doscientas ocho. *
RALIE RILQUE-RONDA ensayo sobre la fama Al joven Rainer María le leen en Linz su porvenir, prefiere la leucemia y abandona la escuela militar de Mährisch, vuelve a Praga, publica Leben und Lieder con ayuda de tu madre, enamórate de Lou Andreas, dedícale el Diario Florentino, cágate en los muertos de Nietzsche, de Clara Westhoff, de Rodin, escribe Elegías a Duino, Sonetos a Orfeo, hazte un sitio en las enciclopedias, vete al Sur y que le den en Ronda, Málaga, tu nombre a una droguería, a un puesto de masa frita y calentita o a un puticlub, chimpa pumpa, ¿Ril qué? *
EL MUSGO ENTRE LAS GRADAS José Antonio Moreno Jurado Bajar a la memoria (1985)
El musgo entre las gradas estos fabio dolor los corredores vomitan todavía el grito del gladiador el guarda te acompaña no debemos aquí la multitud ¡espera! mas no hay nadie por la pared los nombres la suciedad se agiganta el deseo.
Las ruinas se encienden no debemos aquí sobre los muros y la tarde tu cómplice trotaconventos nos ayuda la voz del guarda dice nuestra historia de qué sirvió la dignidad de los cónsules la túnica y el oro y el peinado ¡el guarda!
Qué miran los cipreses si hasta el ave acaricia su nido por las ramas no podemos aquí mi pobreza no os importe qué comeréis qué vestiréis y el guarda el guarda pues mi padre celestial cuidará de vosotros no aquí sobre la piedra.
Y el deseo del labio se vuelve intimidad y no tenemos dónde reclinar la cabeza aquí descansaban los patricios los juegos los combates navales ahora sí furtivamente el guarda se diluye abrázame la soledad la piedra tomo tu cintura nadie.
Quién dirá que tus hombros.
Quién dirá tus columnas,
difusas como un enigma,
fatales como un desastre.
Las armas, diez cuchillos,
los arcos de triunfo,
las cuádrigas del pecho
son viaje y no son nube ni piedra ni morada.
*
[Itálica.2]
Contra el ciprés que afila su perfil
de sombra sobre los ocres aún tibios
de Santiponce, ¿de qué valió bajar
a la llanura inmunda de Hispalis
la infelice y preguntar por ti
en la confusa jerga de mujeres
junto al río?
No te conocen los navegantes
que con la tarde y la marea
vienen de Sanlúcar ‑canta la gente‑
rompiendo el agua,
ni en las tabernas acepta nadie
las monedas con que puedo
pagarte yo, el anticuario.
*
Daniel Lebrato
FEDRO COMO EL ALBATROS
Ses ailes de géant l’empêchent de marcher
Charles Baudelaire
Bajaban de la acrópolis turistas
de dos en dos, en grupo, gente sola.
Traían con el sol en los talones
sus cámaras cargadas de cultura
y democracia. Esto que ven será
‑dijo la guía‑ espejo del futuro:
aquí estudió Protágoras con Sócrates,
aquí fue el Siglo Quinto; aquí, el Banquete
–hoy, musgo y lagartija y una sombra
que desenfoca fotos y elegías:
la explotación del hombre por el hombre.
Y Fedro, el descreído,
duda, como el albatros, de sus alas:
si es él ‑no un dios‑ el que hasta el mundo baja.
*
Daniel Lebrato
palabras para Fedro, poemas (1979)
de José Antonio Moreno Jurado,
nuevamente editado por La Isla de Siltolá
y presentado en la Casa del Libro de Sevilla
el jueves 15 de enero de 2015
por Alberto Guallart y Daniel Lebrato,
con Pilar Villalobos y Jose Marrodán.
PLAZA DE LA ENCARNACIÓN Cada uno es Cernuda como Dios le ayuda
Esto que van Padilla y José Antonio
calle Laraña arriba (eso fue el curso
79 y esto es un soneto):
–Ese que ves ahí también escribe.
–Y aquel, y aquel, y el otro, el de la moto:
la ciudad de la gracia o la desgracia
de estos a dedo y ego condenados.
–Si por mi casa pasan con sus gracias,
se las publico, y punto, y de eso vivo.
–Tú, sí, José Manuel, a mí me matan.
–Ven por aquí, que vamos a la plaza
por papeles de estraza y un pirulo
de versos fritos calentitos. –Vamos.
–Y gracias y desgracias: ¡las del culo!
Y luego, en estrambote,
caló el Moreno, requirió el Jurado,
miró al mercado y dijo al hombre: –Póngame
cuarto y mitad de Fedro libelado.
Todas las torres, desde Babel a las Gemelas pasando por las del ajedrez, empiezan o acaban con polémica. Y todas son muy literarias. De la Torre Pelli o Torre Sevilla podría decirse lo que el evangelio de San Mateo (4,9), que narra una de las tentaciones de Satanás a Jesús. Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: –Todo esto te daré, si postrado me adoras.
Pues eso, que de los 178 metros de altura de la Torre, nos basta lo que abarcamos, más o menos una centésima parte, de carne y hueso. Lo cual es una manera de decir que con que me quieras tengo bastante.
El virtuosismo de la araña que concibe
ingeniería como ésta no aventaja
la labor de uno cualquiera de tus peines
de carey, ni su paciencia la mía
por darte la gloria y el imperio
sobre estos reinos si postrándote,
es un decir, me adoras.
En materia de poses cara a la galería hay siempre un componente de vanidad, que nos empeora, y una bondad en la mirada del otro, que nos mejora. El otro en este caso es Alicia Domínguez Albarrán. Ella me hizo esa acuarela, que tiene algo de caricatura, sobre una foto y sin yo saber que me la estaba haciendo: –Para tu jubilación. Fue su regalo. Hoy, debidamente enmarcada, forma pareja con otra acuarela que le hizo a Pilar. Las dos presiden el interior burgués de nuestro apartamento en Sanlúcar. Octavio, viejo y mascota, mira con celos los nuevos cuadros intrusos. A estas alturas de mi vida, y casi siempre sin posar ni yo saberlo, he sido objeto de la curiosidad de Álex Olguín (de Estilo Urbano), Caos54, Chiri Acosta, Clarissa Jacks, Cristina Tapiador (alumna mía), La Niña Chary, LeMonge, Manuel Benito del Valle o Pepe Ortega, que forman mi Galería. Muchos son para un único personaje. Sobre ese asunto, yo escribí un autorretrato cuando mi libro Hacia, que dice así:
Lo has leído en autores más sabios y respetables:
el aire de extrañeza de quien se mira al espejo
y no se reconoce, como dudando si es él
quien tose, quien asoma tras las ojeras. La idea
no está mal. Sin embargo, tú cultivas sin escrúpulos
la impostura que alguna vez, Manolito y el lobo,
será más cierta, y haces del espejo un camerino.
Negándote, te afirmas: no se visten los actores,
se disfrazan. Quien no te conoce piensa: «de otro»,
y no: no hay más papel que al que das vida, el que detrás
del vaho te devuelve y te sostiene la mirada.
Celebras los chalecos y el sombrero y el bastón
que presumido eliges antes de que todo sea
verdad, verdad el lobo.