Criado en el ¡Otan, No; Bases, fuera!, y en lo común del comunismo, crecí antiyanqui en las ideas de democracia y libertad, y en la supremacía de lo estatal sobre lo privado.
Y ahora, que la democracia es el Caso Kitchen y una Casa Real a quien se da el derecho a decidir y la presunción de inocencia que a todo un pueblo se le niega; y que el Bienestar consiste en que todos paguemos la vida de todos, partidos como el PP, Banca, Ejército, Iglesia y Casa Real, más me convence la american way of life, donde cada uno se paga sus copas. En Estados Unidos -al revés que aquí- quien apoya a un partido lo apoya con el cheque sobre la mesa, no con dinero de todos a través de impuestos. Y, a votantes de Psoe IU Podemos, que andan en alboroto con Kitchen, les parecería normal que proyectos capitalistas que van a dar al PP, o que prosperarían si el PP triunfa, den dinero al PP. También la izquierda necesita su financiación y no presuponer que yo, un particular, quiero pagar sus campañas.
Otros casos, entre lo público y lo privado, hemos visto en el año del Covid. Por citar uno, y quitando daños y molestias por el virus, el verano sin Carreras de Caballos en Sanlúcar de Barrameda ha resultado un gran verano. Y la ciudad está obligada a elegir:
un veraneo sostenible por pueblo y forasteros en Sanlúcar, gente y economías que no han de faltar,
o que quienes se lucran con las Carreras las financien igual que amigos del rifle financian la campaña de Trump.
Si usted, el del bar o el chiringuito, el del hotel o del taxi, tanto gana con las carreras, pase por caja y no quiera que el Estado (Junta, Diputación o Ayuntamiento) ponga la pasta para usted llevarse la pasta gansa. Así, cualquiera es empresario.
Las concejalías de fiestas de toda España deberían dejar a España como Codid la ha dejado este año: sin procesiones, sin ferias y sin Rocíos, sin fiestas del agua o de los tomates o sin jornadas medievales. Quien participe y se lucre (o se divierta y las goce) que pida licencias, corra con gastos (de montaje, organización y desmontaje) y deje la ciudad tal como estaba. Si el saldo es positivo, saldrá con beneficios.
Aunque también podrían llevarse hipódromo y pistas a otra parte sin baños y sin bañistas habituales. ¡Ese viejo truco de lo bien que se lo pasan las criatura con sus casetas de apuestas infantiles! ¡Que paguen sus mayores, que les ríen las gracias y les inducen a la ludopatía de tanto pones, tanto vales, o sea, escuela de votantes para el PP!