El mundo de las ideas sociales y económicas se divide entre quienes creen que el capital (la empresa) crea el trabajo y quienes creen que el trabajo (la mano de obra) crea el capital, o sea la riqueza. A grandes rasgos, esa sería la línea divisoria entre la derecha y la izquierda clásicas. Hay una tercera vía: superar la maldición del trabajo, siendo el trabajo eso que todos quieren, o para no trabajar o para trabajar lo menos posible, caso de artistas, y élites culturetas o funcionarias, especialistas en intelectualizarlo o politizarlo todo menos cuestionarse la maldición del trabajo.