
◊Noche de sábado, 19 de noviembre, en Bodega San Rafael, La Pañoleta. Tres días antes, en Reus, Tarragona, una vela equivocada incendió la casa de su anciana dueña, víctima de la miseria que también llaman pobreza energética. Hoy, jueves 24, encienden velas de funeral por una alcaldesa muerta que se libra de seguir yendo a juicio, lo cual es otra forma ‑la justicia, se supone‑ de dar luz a lo que estaba oscuro. Solo en la barra del bar, la vela nos hace felices. El justo tiempo. Porque el enfriador del barril también es eléctrico. Bebamos y bebamos, como los peces en el río o como si fuésemos mañana a la Velada Erótica de Galaroza.♦