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los modos, las modas y las bodas.

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completas son las obras escritas y reunidas, a una determinada edad, pero también vivencias. Por alguna razón, ando poniendo en orden y al día mis completas y mis vivencias, lo que es una forma de dejar fuera y de hacer limpieza o antología. Y esto vale para mis libros que fueron libros, para mis papeles y mis objetos y para mi entorno o las personas que todavía me emocionan. Es como si Daniel Lebrato se hubiera puesto en pause, que no es que se vaya a morir, al revés, yo, más vivo que nunca, de cuanto simple amé rompí los lazos (Epístola moral a Fabio).

Un día que pasa a mis completas y a mi antología es el 23 de abril del año dos mil, día que fue ‑además de del Libro, de San Jordi y de Cervantes‑ Domingo de Resurrección. [Según el calendario romano; el protestante entiende que “al tercer día resucitó” significa en Lunes.] Aquel domingo, broche de Semana Santa y víspera de Feria, había toros en la Maestranza; ni más ni menos: Curro Romero (con Morante y Enrique Ponce) y hubo quien, por amor a Curro y a su abono, se perdió la otra cita del día: Pilar y Daniel se iban a casar y a casarse, además, a su imagen y semejanza. Fue Tres trajes traje, como decía la participación. [No invitación: cada uno pagaría su parte en el convite y estaban expresamente prohibidos regalos que no fuesen inmateriales como un dibujo, un poema, un cante, una actuación, cosas así.]

Tantos años después, he montado y corregido la película que nos grabó un hijo nuestro con su vídeo cámara y luego nos pasó en dvd. Por alguna otra razón, parte de mi leyenda negra con mi familia, que no se habla conmigo, tuvo que ver con las bodas: ella sabrá (mi madre o mi familia) por qué o en qué. Es verdad que la gente con 20 años no se casa lo mismo que a los 30 o a los 40, edad que pasábamos Pilar y yo ese 23 de abril primero del nuevo siglo. Y es verdad que una boda es a la pareja lo que miniño, para sumadre: lo mejor del mundo y las críticas son mal recibidas; si hubiera autocrítica, ya sería mucho, pero, en vez de eso: álbum de fotos.

Vean, si les parece, la película Tres trajes traje. No llega a 45 minutos. Y denle a avance rápido y sáltense lo que no les asombre: en cinco minutos tienen ustedes idea cabal de lo que puede ser una boda hecha ni por el cura ni por el concejal ni por la empresa de eventos ni por el cáterin ni por el padrino ni la madrina: por la pareja protagonista, quien toma el mando y pone el ceremonial en su sitio. El nuestro fue Galaroza y Fuenteheridos, Sierra de Huelva, donde vivíamos lo mejor de nosotros. Cuánta agua y cuánto vino nos inunda desde entonces.

–enlace a Tres trajes traje

enlace a Rey de bodas


velas

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Foto eLTeNDeDeRo

◊Noche de sábado, 19 de noviembre, en Bodega San Rafael, La Pañoleta. Tres días antes, en Reus, Tarragona, una vela equivocada incendió la casa de su anciana dueña, víctima de la miseria que también llaman pobreza energética. Hoy, jueves 24, encienden velas de funeral por una alcaldesa muerta que se libra de seguir yendo a juicio, lo cual es otra forma ‑la justicia, se supone‑ de dar luz a lo que estaba oscuro. Solo en la barra del bar, la vela nos hace felices. El justo tiempo. Porque el enfriador del barril también es eléctrico. Bebamos y bebamos, como los peces en el río o como si fuésemos mañana a la Velada Erótica de Galaroza.♦

acta de la mesa redonda sobre La poesía sevillana desde Luis Cernuda a la actualidad.

Cartel Encuentro 2015 web

ACTA de la mesa redonda sobre La poesía sevillana desde Luis Cernuda a la actualidad.

Las preguntas eran seis:

  1. ¿Existe la poesía sevillana?
  2. ¿Qué rasgos comunes y diferenciales tiene?
  3. ¿Por qué desde Luis Cernuda?
  4. Poetas o poesías imprescindibles.
  5. Futuro de la poesía y del oficio de la poesía.
  6. Relaciones Sevilla / Huelva / Sierra.

Las respuestas quedaron así:

1 y 2. Nadie dio características cerradas a una escuela de poesía sevillana. Daniel Lebrato citó la reiteración del endecasílabo y sus metros asociados, heptasílabo y alejandrino, frente a la renuencia al verso libre. Moreno Jurado citó a Fernando Rodríguez Izquierdo. Paso a ustedes el enlace al documento citado.

  1. De Luis Cernuda, Moreno Jurado criticó el mal uso que hace de las preposiciones. Esta parte del debate quedó bastante incompleta.
  2. Nombres imprescindibles, quería decir imprescindibles, no la larga nómina que llevaban Rafael Roblas, Moreno Jurado y Manolo Moya, que intervino desde el público.

El punto 5, el futuro de la poesía y de los poetas no pareció apasionar a nadie. Moreno Jurado citó a quien le citó la poesía como género muerto y que se pasara a la prosa o a la novela. Ver, por caso, la trayectoria de Juan Cobos Wilkins. En el punto 6 se citaron abundantes conexiones entre autores sevillanos y la Sierra de Huelva.

Y sin más que tratar se levantó la sesión a tantos de tantos de dos mil tantos.

Dicho lo cual, como ponente inspirador del guion, me gustaría añadir que la relevancia de Luis Cernuda es la que le dan sus propios continuadores, algo parecido al reconocimiento de Bécquer, a quien, nos guste Bécquer o no nos guste, posteriores a él elevaron a la categoría de antecedente. Dicho a lo Borges: un clásico modifica su pasado y crea su propia tradición. Lo peor de Luis Cernuda fue sin duda su lenguaje metapoético, que ha contagiado a muchos después de él. Cernuda era de los que usan tal o cual por como, tal un dios, cual un dios, y otras lexicologías que alejan el habla de la poesía del habla de la calle, procedimiento discutible por cuanto fomenta el artificio.

No se dijo en Galaroza la que sin duda fue la gran aportación de Cernuda a la poesía y es mérito puramente estilístico: la escritura homosexual o pansexual, el uso de la palabra amor sin fallos y sin excepciones como receptor interno de los poemas, algo que tardó en hacer García Lorca, quien también lo practica en sus Sonetos del amor oscuro. Daniel Lebrato criticó de refilón a Vicente Aleixandre, homosexual practicante muy falso en poesías como esta del año 1944. Nacimiento del amor. ¿Cómo nació el amor? Fue ya en otoño. /Maduro el mundo, /no te aguardaba ya. Llegaste alegre, /ligeramente rubia. Ese ligeramente rubia es para matarlo (al poema, claro).

En definitiva, Luis Cernuda es grande porque sus seguidores lo han hecho grande, lo que no quiere decir que sus seguidores hayan hecho grandes poesías o grande a la poesía. Se exageró el número de los imprescindibles. Por mí, empiezo, ya que fui incluido en nómina. Más me gustaría pasar a la memoria de los siglos siquiera por un verso por el que se me recuerde. Creo que las listas de Rafael, de José Antonio y de Manuel van absolutamente hinchadas, son como un manual (¡aquel Alborg!) en plan páginas amarillas, donde no falte nadie. Mi bolita de cristal me dice que inolvidables son las palabras, son los versos, no los poetas, y que muy pocas palabras muy pocos grandes versos, imponentes versos, se han escrito en Sevilla y alrededores en estos años como para remontar el paso del tiempo y seguir en la memoria de los hombres en hombros de gigantes.

Comentario de Rafael Roblas. Yo directamente niego que exista una escuela sevillana como tal, no tengo nada que aportar al resumen. Si acaso, que la homosexualidad o pansexualidad en la poesía cernudiana me parece irrelevante por anecdótica.

(Véase la Sextina libelada, de José Antonio Moreno Jurado, y Cáncer de estilo, de Daniel Lebrato.)

ISLAM, EL TERCER PASAJERO (LOS CREYENTES 4)

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ISLAM, EL TERCER PASAJERO (LOS CREYENTES 4)

En el reciente encuentro de Escritores en la Sierra, este moderador de la mesa redonda sobre La poesía sevillana desde Luis Cernuda a la actualidad planteó una reflexión previa colectiva sobre la religión. Esto era a medido día del sábado 14 y el viernes 13 habían sido los atentados en París. La vida seguía, la poesía esperaba, pero no podíamos empezar como si nada. El moderador Daniel Lebrato dijo: «No propongo un minuto de silencio ni una condena del atentado. Este moderador, ya que vamos a entrar en el abstracto poesía, propone que todos y cada uno reflexionemos sobre la religión.» Fue todo. Estaba presente Ángel Manuel Rodríguez Castillo, profesor, escritor y cura amigo, a quien doy en llamar Ángel Bueno, como si fuera un personaje de Unamuno. Terminada la mesa redonda, Ángel Manuel me preguntó aparte a qué venía aquello de la religión. Había movimiento de gentes, había que ir a comer y la conversación quedó pendiente. Dos días después recibí una carta. «Querido Daniel: No es la religión la culpable de los males del mundo ni del terrorismo, más bien ayuda a la solución. No es la religión la que hace las matanzas, sino su ausencia. No tengo que recordarte cómo regímenes ateos como el nazismo, el estalinismo, el maoísmo o el de Pol Pot en Indochina son los momentos más sanguinarios de la historia de la humanidad. Y eso de que compares a los suicidas yihadistas que se inmolan con los mártires cristianos es una falacia total, por cuanto los primeros cristianos no se suicidaban ni mataban, sino que eran matados sin ofrecer resistencia, como pasa hoy con los cristianos que son masacrados en Irak o en Siria, o en los lugares que domina el Estado Islámico. Los momentos y lugares de la Historia donde se ha intentado suprimir a Dios han sido los momentos más sangrientos. Y es que, cuando el hombre no cree en Dios, al convertirse él mismo en la referencia del bien y del mal, la arbitrariedad y el dominio del fuerte sobre el débil (persona individual, ideología o Estado) es capaz de las mayores atrocidades. El buenismo de pensar que el corazón del hombre no tiene maldad; el rousoniano pensamiento del buen salvaje, al que corrompe la sociedad (o la religión), se ha demostrado que es una falacia. En definitiva, como escribía Chesterton, cuando no se cree en Dios, se cree en cualquier cosa, por ejemplo, en el dominio y el derecho del más fuerte, sea persona, ideología o pensamiento seudoreligioso. En fin, Daniel, no creas en Dios si no te parece bien, y dilo, que estás en tu derecho. Pero deja que los demás creamos en Él y lo digamos y manifestemos, en privado y en público que, no sólo no hacemos daño a nadie con ello sino que contribuimos a hacer una sociedad algo mejor, más plural y más libre. Y por supuesto que los del Estado islámico no son religiosos, yo creo que ni musulmanes. Un abrazo en una cita que me encanta: La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos. Ángel.» Días después aparecieron en eLTeNDeDeRo ¡Guerra!, ¡Arde París! y ¿De qué se quejan los cristianos? A su manera, los tres artículos están pensados para un lector parecido a Ángel, un hombre bueno y razonable, y también para su contrario, mi querido Rafa Iglesias, maestro del anticlericalismo gráfico a través de su revista satírica Teveo. Imaginariamente he tenido una reunión con los dos, con el cura y con el anticura, e imaginariamente he pedido a los dos, a los tres si me incluyo, que paremos el juego, que cambiemos de rumbo. A los cristianos razonables hay que pedirles que cambien su alianza. Que abandonen las tres culturas, que dejen de ir en el mismo barco que las otras dos religiones, la islámica buena y la judía buena, que, por muy buenas que sean, sus estatutos los echarían para atrás en el Registro de Asociaciones. Y que miren los católicos sus propios estatutos: tampoco pasarían por el Registro. Lo que sí puede el catolicismo es alegar un pedigrí que las otras dos religiones entre nosotros no tienen. En España, mentarle a la gente su patrona, su Gran Poder o su Rocío, es mentarle a la madre y provocar un rechazo que nos llevaría a épocas pasadas de intolerancia y de persecución, victimismo que les viene de perlas a las religiones. No. Nadie va a prohibir ni a actuar contra los grandes iconos, contra las devociones ni contra las fechas señaladas. Lo que se propone es que el Estado redefina su relación con la Iglesia como ahora está, subvencionada de una manera que no se puede consentir. Se trata de proponer al creyente (en realidad, a todo el mundo) que cada cual financie y costee sus propias creencias, no, que ahora, en nombre de la cultura, de la costumbre, de la tradición o del interés turístico, dineros públicos van a religiones privadas. Ese es el cambio que se propone, bien asumible por la sociedad española. ¿Qué yo quiero educación religiosa para mis hijos? ¡De mi bolsillo! ¿Procesiones por Semana Santa? ¡De mi bolsillo! ¿Un hijo, dos, tres hijos? Desde el primero, ¡de mi bolsillo! Se trata de acabar con las vidas privadas subvencionadas y a costa del Estado, que fue del Bienestar y ya no es nada. En cuanto a los creyentes de otras religiones, la solución es muy fácil: España da carta de ciudadanía a quien cumpla con los requisitos constitucionales. La pareja de varón destapado y hembra tapada es incompatible con un Estado de derecho que consagra coeducación e igualdad. Si el paisa no lo entiende, hay otros países de Europa donde les reciben encantados, ¿cuál es el problema? El problema es que la católica, incapaz de postularse como la única religión verdadera, lleva años jugando a ser democrática, una más entre las religiones por cuotas. Ese ha sido el truco al que se ha prestado el Psoe de la Alianza de culturas y civilizaciones. Pero la deriva que está tomando el islam bueno (no, el islam terrorista; no, el yihadista) hace del islam un alienígena, un tercer pasajero con el que no se puede viajar. Creo por eso que los cristianos razonables deben cambiar su alianza y volver a tenerla con quienes la tenían antes de Woitila y de los integrismos papales: con los laicos o laicistas, con agnósticos y ateos que, por muy fuera de la Iglesia que estemos, somos cristianos ambientales porque católico cristiano ha sido el envoltorio de nuestra vida. Lo que yo rece al Gran Poder es cosa mía. Por vecino lo tengo en San Lorenzo y nos hemos llevado siempre, iba a decir, divinamente. También con el cura Ángel y con su Virgen de la Fuente, mis vecinos en Fuenteheridos.