EL CIEGO DE PUNTA UMBRÍA
Dale limosna, mujer,
que no hay en la vida nada,
como la pena de ser
ciego en Granada.
(Francisco de Icaza)
El ciego de Punta Umbría,
teniéndolo en su poder:
–¡Para hoy el premio!, decía.
Por una vez no mentía
y él se quedaba sin él.
Y no hay en la vida, entonces,
como la pena de ser
ciego en la Once.
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