Es fotogénica la marisma y he intentado poner mi granito de sal sobre lo casi nunca visto. Estamos en tiempo de vendimia y antes se recoge la cosecha de sal de las salinas. Yo las tenía fotografiadas al atardecer, cuando el sol se va por Doñana y le hace su última morisqueta a estos paisajes de cristal y pájaros hasta el otro día. Pero nunca había disfrutado de un amanecer en la planta de Proasal, que es la compañía que explota las salinas y que cuando llega agosto manda apilar la sal en montañas hasta parecer este paisaje alpino. Las animaciones son de Google Photos, cuyo lema probado es Se acabó Photshop. Que disfruten y descarguen lo que sea de su gusto.
Etiqueta: Sanlúcar
Mercedes (Postal)
Minicorto Mercedes, de la plaza de Sanlúcar.
¿Acaso no matan a los caballos? (Postal)
Sabíamos que los toros han leído a Heidegger. Por eso aceptan encantados ser seres para la muerte. Lo que no sabíamos es que los caballos hubieran leído ¿Acaso no matan a los caballos? (novela de Horace McHoy que Sydney Pollack hizo película que aquí se tradujo Danzad, danzad, malditos). Porque parece que a los caballos no les gustan mucho las carreras de caballos, como aquí vemos en la cajonera de salida de las carreras de Sanlúcar de Barrameda. Cuenten cuántos peones empujan el culo del pacífico animal, mientras el juez de salida decía al fotógrafo: ¡Disculpe, usted no puede estar aquí! Después hablamos de los toros.
Sanlúcar tiene un olor especial
SANLÚCAR TIENE UN OLOR ESPECIAL
No todo huele a bodega ni es manzanilla todo lo que reluce. Prometí a Maestro Liendres un punto de vista sobre los malos olores en Sanlúcar de Barrameda, y me he dado cuenta de que el tema está muy visto, muy traído y llevado a plenos municipales, a medios de comunicación, a páginas de interés medioambiental. Sin contar los contenedores de basura, que a veces huelen, hay en Sanlúcar tres focos perennes de mal olor: la estación depuradora, el vertido de aguas pluviales y las alcantarillas. La depuradora huele mal porque no le echan la química necesaria, las pluviales porque el tanque de tormentas esté infrautilizado y las alcantarillas porque el sistema de sellado se queda seco y por ahí sale un olor a cloaca que los afectados tratan de evitar como buenamente pueden: desde un cartón pegado con cinta de embalaje hasta ingeniosas planchas metálicas que tapan los sumideros en zonas peatonales. En los tres focos de mal olor se juntan un problema económico (las obras de infraestructura y las sustancias depuradoras son caras) y un problema político (con Aqualia hemos topado), con el consentimiento vecinal, porque al final no pasa nada que no dejemos que pase. Un pueblo que tiene en su himno el ¡andaluces, levantaos!, si no se levanta, qué quiere. Locales comerciales del centro peatonal, no he visto que ningún día señalado hayan dejado Sanlúcar sin tiendas ni bares ni cafeterías ni helaítos en protesta contra los malos olores. ¿Se imaginan, aunque solo sea un día, una plaza del Cabildo en huelga de veladores? Locales comerciales del Mazacote, de Espíritu Santo, vecinos de las Piletas, de Capuchinos, ¿cuándo la protesta? Gente que paga sus impuestos, ¿para cuándo el movimiento ciudadano? Mientras la voz de la conciencia la muevan cuatro ecologistas, tres partidos en sus promesas electorales, y el resto siga con lo bien que se bebe y se come y se vive en Sanlúcar, lo mejor del mundo, tendremos peste para rato. Verás el día que venga su majestad Felipe VI cómo la depuradora no huele y cómo le alfombran las calles para que doña Letizia no pierda sus tacones y su nariz ciruplástica. Es lo que dice otra leyenda de Sanlúcar. Que cuando baja el presidente del Gobierno hasta Doñana los moquitos se los fumigan y a los demás, que nos vayan dando. Aután, naturalmente.
Daniel Lebrato, WordPress, 25 del 8 de 2015
Serie Alcantarillas.
Animación Fuente del Cabildo.
El exilio y los caballos (Postal)
EL EXILIO Y LOS CABALLOS
Han vivido la aventura del exilio, dice la voz en off que anuncia en Cuatro un documental sobre el exilio español. Al final, va a resultar que el exilio fue un deporte, de alto riesgo, eso sí, pero un deporte. Si no, ya me dirán a qué viene eso de ‘aventura’. ¡Venga, cariño, coge lo imprescindible que nos vamos de exilión al Sur de Francia! La ética periodística está complicada pero lo peor es el ejemplo que da, la ideología que difunde, el juego a quién se lo hace. Para frivolizar un poco, expongo a ustedes la foto de verano que nos hizo a dos danieles otro Daniel, Daniel Chiri Acosta, fotógrafo para las Carreras de Caballos de Sanlúcar. La ética del periodismo gráfico no varía por fotografiar personas o caballos. Algo caballos somos nosotros, Daniel López Cantero y yo, y algo personas son los caballos.
Cajonera (Postal)
Google Photos hace por nosotros lo que no sabemos o nos da pereza hacer. La postal animada de hoy es un ejemplo. Primero, se instala Google Photos en dispositivos (PC y teléfono, que actúa de cámara). Después, se hacen cuatro o cinco fotos a cámara fija y GP las monta y convierte las fotos (extensión jpeg) en animación (extensión gif). El resultado lo tiras si no te gusta o lo compartes. En este caso, las fotos están tomadas sobre la cajonera de salida de las carreras de caballos de Sanlúcar. La cajonera, tirada por un tractor, va de recogida, en sentido izquierdo en línea con la playa y, de retirada también, la gente que pasa, en sentido contrario. Por cierto, ganó el caballo número 8, que se negó a entrar en la cajonera, tiró a su jinete al suelo y salió como una saeta de cuatro patas doradas en dirección a Chipiona. Todavía lo estarán buscando.
Las basuras de Hércules (Postal)
El título se le ocurrió a Andrés García Díaz. Las basuras de Hércules. La foto habla sola. La playa vacía y los contenedores llenos. El final de la rampa o rampla, que de las maneras se oye decir, marca la frontera entre lo que sirve para mañana o ya, mejor, lo tiramos. Nunca falta una sombrilla desvarillada por el viento o una silla rota por la ley que más se cumple, la de la gravedad.
Bar Casa Perico
SANLÚCAR SE COME
Bar Casa Perico
(Las verdades del cochero)
–Sanlúcar de Barrameda
tiene dos rutas preciosas
que no se ven en el mapa
mundi, decía el cochero:
del Barrio Alto hasta el Bajo
y de La Algaida a Bonanza,
Bajo de Guía y La Jara.
De tierra y mar, todo un poco,
tomates, papas, pimientos,
carne, pescado, marisco,
picos de aceite y helados
con sus tocinos de cielo,
y ¿manzanilla?, la tira.
–Compadre, su letanía
me ha recordado un pelín
a Pedro Hidalgo Angelín,
allí estuvimos un día.
¿Nos lleva usted, por favor?
–Sí. –Y ya son tres, y no dos,
las rutas que hay en Sanlúcar:
ida del Bajo hasta el Alto,
vuelta La Algaida La Jara,
fin del trayecto: Perico.
Relincharon los caballos
oliendo Doctor Gallardo (1):
«Casa Perico, ¡qué rico!»
(1) Bar Casa Perico, calle Doctor Salvador Gallardo, número 27
11540 Sanlúcar de Barrameda (Cádiz)
PODEMOS
Me preguntan en Elcano por Podemos. Miren ustedes. El medio es el mensaje. Como expresión, cualquier fenómeno Podemos es interesante. Como organización, ya empezamos con los problemas: liderazgo, ejecutiva, financiación, escaños, militantes. Si el mensaje de Podemos no se impone al medio que es la política convencional de territorio, elección y democracia, Podemos no podrá nada. La única estrategia de Podemos sería cuestionar el principio de representación que divide en dos a la ciudadanía, en electores y elegidos, cuestionar las fronteras, y las del mapa de España, y negar de una vez una administración (o democracia) que no responde a la estadística, y esto se vería en justa proporción a una población representada por riguroso, vinculante y transitorio azar. Cualquier política basada en unas ideas, en un programa y en unas personas, antes o después acaba pidiendo adhesiones, lo que se presta a manipulación y a culto a la personalidad. Hasta ahora, los partidos progresistas han querido insuflar en sus clientes naturales (mujeres, trabajadores, minorías) unas ideas tenidas por avanzadas. Pero la prueba del fracaso son las ideas convencionales, religiosas, marujonas o futboleras, de la mayoría de esa población, que por algo elige banqueros, actores, esposas, viudas o registradores de la propiedad para ponerlos al frente del Estado. Dejemos las ideas y vamos a hablar de números. En adelante, con que la política refleje lo que somos y cuántos somos, no lo que pensamos, con que ponga y quite de la cosa pública como ya se hace de las juntas de vecinos, jurados populares o mesas electorales, que van por toca, el resultado tendría la fuerza y la lógica suficientes para abordar la cuestión palpitante que, por supuesto, sigue siendo la economía y el reparto del tiempo libre y la riqueza. La política, como la amistad del socio estafador de los Faemino y Cansado, se la pueden meter por el culo.
Librería Elcano. Sanlúcar de Barrameda.
Daniel Lebrato, Ni tontos ni marxistas en Tinta de calamar, 2014
Próximamente, en Ediciones En Huida