Es fotogénica la marisma y he intentado poner mi granito de sal sobre lo casi nunca visto. Estamos en tiempo de vendimia y antes se recoge la cosecha de sal de las salinas. Yo las tenía fotografiadas al atardecer, cuando el sol se va por Doñana y le hace su última morisqueta a estos paisajes de cristal y pájaros hasta el otro día. Pero nunca había disfrutado de un amanecer en la planta de Proasal, que es la compañía que explota las salinas y que cuando llega agosto manda apilar la sal en montañas hasta parecer este paisaje alpino. Las animaciones son de Google Photos, cuyo lema probado es Se acabó Photshop. Que disfruten y descarguen lo que sea de su gusto.