La noche del franquismo vimos cerrar periódicos que no eran nuestros periódicos, pero salimos a la calle por la libertad de expresión.
La noche del franquismo no éramos ni el Lute ni Eta ni Puig Antich pero salimos contra El crimen de Cuenca, contra las torturas y la pena de muerte.
La noche del franquismo no éramos vascos ni indepes pero salimos contra el Proceso de Burgos cantando La Estaca y al Vent.
La noche del franquismo quién hubiera imaginado —ahora que hijos y nietas deciden con derecho a decidir qué me pongo, qué estudio, qué me tatúo, con quién salgo— tanto silencio, tanto, tanto, porque yo, que ahora no me muevo, ya me moví.