Carta a un joven ciclista.

Como sabes (y si crees que no lo sabes, podrás hacer memoria y viajar de memoria a cuando eras más chico), la bicicleta en que te inició tu padre era una bicicleta sin acera bici ni carril bici, no había entonces en Sevilla. Tú ibas en tu bici y yo en la mía y yo te cubría las espaldas de riesgos de accidente por alcance situándome detrás de ti y hacia el centro de la calzada (si fuéramos un coche: piloto intermitente trasero izquierdo). Nunca sufrimos percance.

¿Por qué aquel ciclismo, que también hicimos por Sanlúcar, corre el riesgo de perderse? Yo ya soy muy mayor para discutir con nadie. Si algo he tendido estos días en [eLTeNDeDeRo] (enlace a entradas relacionadas), ha sido por el Plan Urbano de Sanlúcar, que toca redactar, abierto a concurso de ideas. Trato de convencer a ecologistas, izquierdaunidistas y gente sana de Sanlúcar de dos cosas: Que el ciclismo que se implantó en Sevilla no es exportable a Sanlúcar: ese ciclismo segregado por rutas propias y exclusivas exige una obra y gastos públicos que ni Sevilla ahora, en tiempo de crisis y sin ayudas de fondos europeos, podría permitirse. Y que Sanlúcar tendría bastante con devolver la bici a donde siempre estuvo: vehículo DGT y RGC, homologado como lento con tanto derecho a circular como coches y motos particulares. De ejemplo, he puesto la colonia de la Algaida, por donde madres y abuelas aún van a sus recados en bici como han ido sus varones, pasa que, con la urgencia del trabajo, les dio una época por la Vespino ciclomotor o Mobylette, a la que ponían albardas como a borricos. Era un tiempo de ciudades que tú apenas has conocido por postales o películas antiguas, y todo sucumbió bajo las ruedas de los coches que también se llevaron por delante trenes y tranvías. La España del 600 de los años 60 lo barrió todo. No había guerras del petróleo, y del CO2 ni se hablaba.

Aquel mundo de transportes razonables se dejó perder para revendérnoslo hoy envuelto en argumentos medioambientales y saludables, como saludables son los corredores verdes (por donde ya no pasa el tren) o sostenible, el metrocentro, cuando en Lisboa o en Praga se sostienen viejos tranvías. España ha sido víctima de un ataque de nuevos ricos que han coincidido con guiños de una Europa en progreso que la España democrática (por borrar el franquismo) corrió a copiar como el esclavo copia a su boana. Muy Psoe todo. Muy Izquierda Unida. Muy Podemos. Muy del feminismo 8M que olvida que igualdad igualdad, la de atreverse las mujeres, como tú cuando eras chico, a circular por la calzada.

Si la bici hubiera sido el lince ibérico, habrían dado a la bicicleta rango de vehículo en riesgo de extinción y protegido, bien de interés cultural (BIC) y patrimonio de la humanidad. No que, ahora, la bicicleta se iguala al tren y a las vías del tren que hay que ir haciendo por delante para que el tren o la bici circulen. Esa bicicleta de alfombra roja, como yo la llamo, esa no es mi bici.

Abrazos de tu padre en bicicleta.

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