VIERNES SANTO MADRUGADA
Ya nadie vela a un muerto. El muerto queda
de córpore insepulto. Sin sepultar o sea.
El duelo recibe en un espacio frío (el tanatorio)
y marchan a cenar, a dormir, a cambiarse
a casa por la noche.
Uno de guardia queda y vela
por todos los cadáveres de turno.
Al otro día, el funeral de tus amigos,
tus hijos o tus compañeros no te olvidan
y acto seguido te prenden fuego.
Si acaso: –Tenga usted, las cenizas.
Así la muerte, no es oficio el de difuntos
ni dios que resucite al tercer día.
*