PREPOSVACACIONAL
Pues todos somos en este momento que es anterior a otro momento que vendrá, todos somos antes de haber pasado, antepasado, paradoja circular que nada tiene de nueva ni de original. Nuestro antepasado (él o ella, masculino epiceno) vivencia las vísperas más intensamente que las mismas fechas, y así ocurre que ansiamos o preparamos un plan, una cita, un viaje, una fiesta, pero también un quirófano o un final de vacaciones, y luego nos pasa que el plan, la fiesta o lo que sea tampoco era para tanto. Es el efecto prepós.
Último domingo de agosto. En el hemisferio laboral toca la operación regreso, la vuelta al cole, la depre o síndrome posvacacional, estrés o neura por la que algunos, previsores, ya tienen somatizada la cabeza, la tripa, los recuerdos, el sueño o el acoso laboral. Y aunque hay quien cree que la cita médica que corresponda no te la dan si no has pisado antes el puesto de trabajo, usted pida ya hora con posvacacionología para de aquí al día 1 teniendo en cuenta que lo ideal es presentarse al jefe llevando la baja por delante y, si no, obedezca al despertador, vuelva al trabajo, salude al personal y póngase inmediatamente malo de acostarse. Llamadas por teléfono al jefe o, menos aún, whatsapps se tienen por poco aconsejables aunque siempre habrá un posvacacionólogo de urgencias o de asistencia a domicilio que le extienda a usted la baja y sin salir usted de casa.
eLTeNDeDeRo preposvacacional contribuye con la edición de Historias para no volver Manual de escaqueadores (especialmente compuesto para profesorado de secundaria).
Y que ustedes lo enfermen bien.
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