SEXTINA LIBELADA EN ELSOBREHILADO
PALABRAS PARA FEDRO,
de José Antonio Moreno Jurado,
editado por La Isla de Siltolá
y presentado en la Casa del Libro de Sevilla
el jueves 15 de enero de 2015
por Alberto Guallart y Daniel Lebrato,
con Pilar Villalobos y Jose Marrodán.
PLAZA DE LA ENCARNACIÓN
Cada uno es Cernuda como Dios le ayuda
Daniel Lebrato
Esto que van Padilla y José Antonio
calle Laraña arriba (eso fue el curso
79 y esto es un soneto):
–Ese que ves ahí también escribe.
–Y aquel, y aquel, y el otro, el de la moto:
la ciudad de la gracia o la desgracia
de estos a dedo y ego condenados.
–Si por mi casa pasan con sus gracias,
se las publico, y punto, y de eso vivo.
–Tú, sí, José Manuel, a mí me matan.
–Ven por aquí, que vamos a la plaza
por papeles de estraza y un pirulo
de versos fritos calentitos. –Vamos.
–Y gracias y desgracias: ¡las del culo!
Y luego, en estrambote,
caló el Moreno, requirió el Jurado,
miró al mercado y dijo al hombre: –Póngame
cuarto y mitad de Fedro libelado.
FEDRO COMO EL ALBATROS
Ses ailes de géant l’empêchent de marcher
Charles Baudelaire
Bajaban de la acrópolis turistas
de dos en dos, en grupo, gente sola.
Traían con el sol en los talones
sus cámaras cargadas de cultura
y democracia. Esto que ven será
‑dijo la guía‑ espejo del futuro:
aquí estudió Protágoras con Sócrates,
aquí fue el Siglo Quinto; aquí, el Banquete
–hoy, musgo y lagartija y una sombra
que desenfoca fotos y elegías:
la explotación del hombre por el hombre.
Y Fedro, el descreído,
duda, como el albatros, de sus alas:
si es él ‑no un dios‑ el que hasta el mundo baja.
SEXTINA LIBELADA
de José Antonio Moreno Jurado
Mira, Fabio, la rima e las ideas
atendamos de un viejo et subtil monje
que, mensurando la alma del poeta
a fuer de cierta alquimia, de su boca
sacó et su alambique esta receta.
Fuese del año mil. Fuese en Sevilla.
Parió, pues, la cibdad, venal Sevilla,
babamonstruos del diablo en su receta.
Son cornudos corsarios que en la boca,
por parecer que tienen de poeta,
vomitan la maldad que face al monje
mudar por los conventos las ideas.
Poetastros et locas sen ideas
que más parecen sapos. Cierto monje
les cuece los laureles de poeta
et van ansí diciendo por su boca
versillos de almidón et la receta
la venden por las calles de Sevilla.
Truhanes parlanchines en Sevilla
con aguachirle escrito en la receta.
Parnaso sevillano que de boca
prostituye la luz et de poeta
sólo viste la saya de algún monje,
mas non virtud, empero, nin ideas.
Non es de puridad, pues las ideas
aprendieron dormidas, como el monje
que se durmió leyendo a algún poeta
de la latinidad. Después la boca
–¡cuán fácil ser pastiche o ser poeta!–
llaman fibras e esencias de Sevilla.
Mas todos a la postre, ay Sevilla,
tal el falso doctor, te dan receta
de cómo, sin amarvos, et por boca
et non por corazón, serás poeta.
Ansí alcanzan la mala fe del monje
et la poca visión en las ideas.
Saca, Fabio, del monje la receta:
adula con tu boca et tus ideas
si quieres, en Sevilla, ser poeta.