eLSoBReHiLado 12×12 y 9.

El jueves 8 de marzo de 2001, Diario de Sevilla, sección cultura literatura, página 52, publicaba a toda página, cuatro columnas, artículo de Tomás Monago, foto Juan Carlos Vázquez:


NACE EL SOBRE HILADO, LA EDITORIAL DEL BIBLIÓFILO.
 El proyecto, que nació en el instituto La Paz,
propone la edición de pequeños textos inéditos
de forma cuidadosa y detallista.


T. Monago. Sevilla. En los primeros tiempos de la reforma educativa, hace diez años, algunos jóvenes profesores de un instituto de la periferia se preguntaron cómo hacer más atractiva la literatura a los alumnos. Y decidieron llamar a sus amigos escritores y proponerles que de un texto suyo se fabricaran algunos ejemplares para el uso del alumnado. La factura del pequeño libro sería totalmente manual; los propios estudiantes participarían, en un auténtico taller de bibliofilia, en ese proceso. Al final, el protagonista se sometería a una sesión de preguntas en el aula.

Dicho y hecho. El instituto La Paz, de Sevilla (situado entre el Parque Amate y Rochelambert, en el distrito Este) fundó en el curso 90/91 la colección El Sobre Hilado, nombre que hacía referencia a la costura manual de los textos. Los profesores Daniel Lebrato y Pilar Villalobos fueron los promotores de aquel proyecto, para el que colaboraron en su lanzamiento autores como José Antonio Moreno Jurado (del que se fabricó un inédito), Juan Lamillar, Rafael Adolfo Téllez y José Julio Cabanillas.

En su décimo aniversario, El Sobre Hilado da un salto de calidad al introducirse en el mundo de las librerías. Lo que antes era una colección limitada al terreno académico celebra así su nacimiento como sello editorial. “Esto significa que tenemos un escaparate ‑señala Lebrato‑; la colección estará en librerías para que pueda ser adquirida por la gente que lee en Sevilla. Es la puesta de largo. Ahora podemos publicar a alguien de Zaragoza, porque no hay necesidad de traerlo a las aulas para que explique su obra”.

Con los ahorros acumulados, las pequeñas subvenciones y los ingresos obtenidos con la edición de libros anteriores, se han editado doce cuidados textos, más otro del propio Lebrato: La trama de los afectos, de Carmelo Guillén Acosta; La metamorfosis de Avellaneda, de Eliacer Cansino; Versos custodios, de Elías Hacha; Historia general, de J.J. Díaz Trillo; Estreno de nostalgias, de José Antonio Moreno Jurado; La mano costurera, de José María Delgado; El suicidio como una de las bellas artes, de Juan Cobos Wilkins; Navegación a vela, de Juan Gómez Macías; El libro de Almudena, de Juan José Espinosa Vargas; Pasionaria, de Juan José Téllez, periodista del grupo Joly; Cuerpos, de Miguel Florián; Relicario, de Pedro A. Cantero; y Alimañas, de Buly / Daniel Lebrato.

La mayoría de estas obras están realizadas en verso, excepto la de Eliacer Cansino (que escribe relatos) y la de Juan Cobos Wilkins (prosa poética). Hay autores que son absolutos desconocidos: es el caso de Elías Hacha, que hasta ahora había permanecido inédito (espera publicar en las próximas fechas un libro de relatos en la editorial Renacimiento). También hay un hueco para la plástica: así, Juan Gómez Macías ha ilustrado sus versos con acuarelas y el pintor Buly ha pintado en óleo los poemas de Daniel Lebrato. El propio Lebrato ha sido quien ha diseñado y configurado los libros, con la ayuda de su hermano José y utilizando el programa informático Pagemaker. El objetivo es fomentar la bibliofilia: “Queremos hacer del libro un objeto de lujo, en el que estén cuidados todos los detalles. Jugamos con los colores, a cada libro le corresponde un color distinto. Es para coleccionistas”, asegura Lebrato.

La nueva andadura de El Sobre Hilado fue presentada ayer en La Carbonería. De momento, la editorial, que cuenta con la colaboración de la librería Padilla, acogerá a los literatos que han colaborado con ella en alguna ocasión, pero está abierta a todos los autores, incluidos quienes no hayan publicado nunca. Para tal fin hay una dirección de correo electrónico, daniellebrato@gmail.com.


Explicación de la foto Doce por Doce, 12X12, en librería Padilla Libros Impresores & Editores, Laraña, 2, 41003 Sevilla. Diario de Sevilla, foto de Juan Carlos Vázquez, 7 de marzo 2001. De izquierda a derecha: Buly | Juan Cobos Wilkins | Juan José Téllez | Elías Hacha | J.J. Díaz Trillo | Daniel Lebrato | José María Delgado ↔ Carmelo Guillén Acosta | Miguel Florián | Eliacer Cansino | Juan José Espinosa Vargas | Pedro  Cantero | José Antonio Moreno Jurado. En el centro y con la mano abierta extendida: Pilar Villalobos. En el ángulo inferior izquierdo, mirando al grupo, Pepe Lebrato.

La foto por Juan Carlos Vázquez para Diario de Sevilla, sobre las 12 horas del miércoles 7 de marzo de 2001 en librería Padilla Libros, calle Laraña, número 2, Sevilla.


La noticia la recogió Daniel Lebrato al teclado de Tinta de calamar 691:

«La Guinness World Records asegura que su organización surgió un día de 1951, cuando Hugh Beaver, director ejecutivo de cervezas Guinness, estaba de caza debatiendo con sus colegas qué pájaro volaba más rápido, si el chorlito o el urogallo. Se le ocurrió entonces que un libro que proporcionara la respuesta a este tipo de preguntas podría llegar a ser muy popular. Lo de los récords vino enseguida. De la curiosidad a las cifras no hay más que un paso. Para el Libro Guinness, Daniel Lebrato y Pilar Villalobos organizaron el miércoles 7 de marzo de 2001 una presentación única en su género. Su editorial, El Sobrehilado, publicaba aquel día, que llovía, doce libros a la vez. Doce por doce, doce títulos presentados por sus autores a la prensa en la escalera de Jacob de Librería Padilla, en la calle Laraña, y al público en general aquella misma noche en La Carbonería. Los Doce por doce eran Carmelo Guillén Acosta, Eliacer Cansino, Elías Hacha, J.J. Díaz Trillo, José Antonio Moreno Jurado, José María Delgado, Juan Cobos Wilkins, Juan Gómez Macías, Juan José Espinosa Vargas, Juan José Téllez, Miguel Florián y Pedro A. Cantero, Antao da Rocha. Para hacer el 13, seis Alimañas de Buly. ¶ Toro. Manda el artista. Cabras, vacas, bisontas, búfalas disputan sus afectos contra los mayorales que aprecian lo esencial: macho. Y él mientras tanto sueña con la marisma y con ser actor de crucigramas. Antílope africano. Dos letras. Ñu.»


En Historias del sobre hilado Daniel Lebrato fabula bajo Vocaciones, vacaciones, mismamente (2003) lo que fue la aventura de eLSoBReHiLado.

Los finales imaginarios de eLSoBReHiLado son dos:

uno, una metedura de pata del corrector de pruebas que dejó a una consagrada Maica Espín sin la mitad de su libro;

y, otro, un misterioso Doble Erre entre heterónimo y espía a la caza de lo que había sido Daniel Lebrato, corrector de pruebas de la colección.

El final no imaginario, sino real, fue el agotamiento multifuncional y previsible por cambio de convivencia en los institutos,

y, unido a eso, por cuanto había sido La Paz y fue a sumarse al proyecto Escuela: Espacio de Paz, paz que Daniel Lebrato no estaba dispuesto a consentir ni a callar.

Pasarían dos años y el jueves 12 de junio 2003 se presentaba entre El Taller y Padilla Libros, en la calle Feria, el último Sobrehilado, revista libro con vocación y número de delantero centro, con el 9 a la espalda y con nueve autores invitados: Abelardo Rodríguez, Adrián González Acosta, Agustín María García López, David González Lobo, Diego Vaya, Félix Morales Prado, Juan Drago, Paloma Fernández Gomá, Víctor Jiménez y Maica Espín.

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