Absorbidos por la soberbia, que es pecado de los dioses.
Absorbidos por la luz es una escultura de Gali May Lucas, artista británica. Dice un comentario:
«Es un mensaje potente que pone énfasis en la paradoja que nos acerca a personas lejanas y nos aleja de las que tenemos muy cerca. La escultura muestra tres personas que comparten asiento público absortas en la pantalla de su móvil. Están inmersos en su realidad virtual e indiferentes a las personas que comparten su espacio.»
El argumento es falaz. Si, de esas tres personas, una estuviera leyendo una carta de su madre; otra, viéndola en una foto; y la tercera, disfrutando el vídeo de felicitación que le ha mandado, la interpretación (de la soledad o cercanía en el banco público) cambiaría.
El engreído mundo analógico, primero prepara las pruebas (falsas, si hiciera falta) y después emite el juicio que le interesa. ¿No piden soledad y silencio la biblioteca?, ¿la sala de cine?, ¿el templo?