Arde París.

En Castaño del Robledo, Sierra de Huelva, un grandioso templo inacabado, que hoy llaman el Monumento, da ejemplo de adecuación cristiandad sociedad: Si no hay dinero ni feligresía, porque decae la población, dejamos la iglesia sin terminar y nos vamos. Frente al Castaño, Barcelona está empeñada en concluir una Sagrada Familia que no responde ni a la oferta ni a la demanda religiosa; cierta soberbia a la catalana.

Ahora que arde Notre-Dame de París, varias soberbias y orgullos heridos serán portada. Desde el ¿cómo es posible? (que no se hubiesen tomado medidas preventivas anti chispa o anti incendio) hasta el ¿qué hacer? que debería correr por cuenta de la fe privada, no de la municipalidad ni de fondos unescos o europeos.

Arde Notre-Dame porque Dios lo ha querido, piense el creyente que el ¡hasta mañana! nos lo redondea con ¡si Dios quiere! Dios lo ha querido y, sin nosotros desear a nadie tristeza o desolación, es hora de ajustar los relojes de la sociedad civil y de la sociedad creyente. No estamos en el siglo 12. Dios es un particular. Y hay una belleza especial en la contemplación de las ruinas; tópico muy literario, muy paspartú de la pintura clásica, muy romántico y decadente tan atractivo o más que la catedral impecable que saldría de las obras o que saldrá de la reconstrucción.

La poesía de ruinas de nuestro siglo de oro (aquella que explicaba la derrota de una Roma pagana para el triunfo de otra Roma, cristiana) no sirve ya. Aparte Víctor Hugo, detrás de Notre-Dame de París no había nada que no fuese grandeur o chovinismo, así lo llamen arte, cultura o patrimonio de tal o cual. Déjenlo arder.

Ensayo sobre Luzbel

Un comentario en “Arde París.

  1. A ver, es un tema polémico, pero estoy de acuerdo contigo: dejar la catedral (ruina limpia con la fachada) tal y como el fuego la ha dejado. Porque creo abusiva la cifra que se está manejando para la restauración, y eso que la visité varias veces, aprecio lo que contenía e intento llevar adelante un blog de arte y literatura. Me parece un capricho de arquitecto o ingeniero el reto de parodiar la construcción original (o la restauración anterior). Dado que he visto imágenes con la hermosa fachada y laterales bien conservados y gran parte de sus enseres y obras de arte salvados (incluso algunas vidrieras), no estaría mal conservar eso (operación que no será tan costosa) y dejar de paso que la catedral sea testigo de la contingencia, que por cierto también dirá a quienes vengan de nuestros aciertos y nuestros errores. Lo demás es mercadeo y publicidad más o menos cara. Un abrazo, Daniel.

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