Etiqueta: Víctor Hugo

Arde París.

En Castaño del Robledo, Sierra de Huelva, un grandioso templo inacabado, que hoy llaman el Monumento, da ejemplo de adecuación cristiandad sociedad: Si no hay dinero ni feligresía, porque decae la población, dejamos la iglesia sin terminar y nos vamos. Frente al Castaño, Barcelona está empeñada en concluir una Sagrada Familia que no responde ni a la oferta ni a la demanda religiosa; cierta soberbia a la catalana.

Ahora que arde Notre-Dame de París, varias soberbias y orgullos heridos serán portada. Desde el ¿cómo es posible? (que no se hubiesen tomado medidas preventivas anti chispa o anti incendio) hasta el ¿qué hacer? que debería correr por cuenta de la fe privada, no de la municipalidad ni de fondos unescos o europeos.

Arde Notre-Dame porque Dios lo ha querido, piense el creyente que el ¡hasta mañana! nos lo redondea con ¡si Dios quiere! Dios lo ha querido y, sin nosotros desear a nadie tristeza o desolación, es hora de ajustar los relojes de la sociedad civil y de la sociedad creyente. No estamos en el siglo 12. Dios es un particular. Y hay una belleza especial en la contemplación de las ruinas; tópico muy literario, muy paspartú de la pintura clásica, muy romántico y decadente tan atractivo o más que la catedral impecable que saldría de las obras o que saldrá de la reconstrucción.

La poesía de ruinas de nuestro siglo de oro (aquella que explicaba la derrota de una Roma pagana para el triunfo de otra Roma, cristiana) no sirve ya. Aparte Víctor Hugo, detrás de Notre-Dame de París no había nada que no fuese grandeur o chovinismo, así lo llamen arte, cultura o patrimonio de tal o cual. Déjenlo arder.

Ensayo sobre Luzbel

España, último modelo de golpe de Estado

. Por orden de agente (o emisor), el golpe de Estado ha conocido tres fases: 1) El golpe absolutista (napoleónico o monárquico). 2) El golpe militar. 3) el golpe constitucional o democrático, que está siendo la última estrategia de la Cía para América Latina (Honduras, 2009, Paraguay, 2012, Brasil, 2016) centrada ahora en el golpe en Venezuela. | En España, el primer golpe de estado lo ganaron los golpistas con un pronunciamiento (1874); el segundo, con una guerra civil (1936‑39); el tercero con una Constitución (1978) y, el cuarto con dos palabras: en funciones (investidura de Mariano Rajoy el 29 de noviembre de 2016). | Hacia el 29‑N los pasos fueron: 1. Creación de un enemigo interno (soberanismo, como ruptura de la unidad nacional, y populismo como ruptura del discurso político). 2. Creación de un estado de opinión (inconvenientes de un gobierno en funciones y de unas terceras elecciones). 3. Prevalencia de la ley (Constitución, judicialización y autoritarismo incluso en partidos de oposición). 4. Presiones internacionales. 5. La democracia como solución: reelección de Mariano Rajoy con solo el 33,03 por ciento del voto.

GOLPES DE ESTADO
por Eduardo González Calleja

En 1639 Gabriel Naudé (Considérations politiques sur les coups d’état) acuñó el término coups d’état como un empleo audaz y extraordinario del poder por parte del príncipe que elige en secreto la acción más eficaz a sus intereses. Tras el paréntesis napoleónico, la Restauración contempló el golpe como coup de force impuesto por el poder absoluto de un monarca, revolución de palacio que fue quedando obsoleta por la democratización y burocratización del aparato del Estado. El golpe fue adquiriendo un sentido negativo tras el asalto al poder de Luis Napoleón el 2 de diciembre de 1851.[1] El término acabó adaptándose al italiano, portugués y castellano y, en forma literal, al vocabulario político inglés. En 1909 Charles Maurras (Si le coup de forcé était possible…) [2] observaba que la tarea previa al golpe debía ser la creación de un estado de ánimo a través de la propaganda ideológica, para que no fuera un mero pronunciamiento, sino una acción dirigida políticamente, tras convencer al ejército de la toma del poder. Maurras observaba que un grupo de conspiradores resueltos y bien preparados podría hacer caer el régimen, al estilo de los golpes de mano en las guerras convencionales. El período de entreguerras volvió a poner el golpe de actualidad por tres ensayos de signo diverso: la toma del poder por los bolcheviques (1917), la Marcha sobre Roma (1922) y las asonadas en los primeros pasos de la República de Weimar (1923). En 1931 Curzio Malaparte (Técnica del golpe de Estado) intentó demostrar que el arte de defender el Estado está regido por los mismos principios que rigen el arte de conquistarlo. Tras la Segunda Guerra Mundial y al final del proceso descolonizador EEUU difundió la creencia de que, en sociedades transicionales con instituciones democráticas débiles, el ejército disponía de una experiencia técnica, de una organización burocrática compleja y racionalizada y de una impregnación de las ideas occidentales que le permitían jugar mejor que los civiles el papel de élite reformadora. Fuente: Eduardo González Calleja. En las tinieblas de Brumario: cuatro siglos de reflexión política sobre el golpe de Estado [3] (pdf descargable).

ESPAÑA, ÚLTIMO MODELO DE GOLPE DE ESTADO

Por orden de agente (o emisor), el golpe de Estado ha conocido tres fases: 1) El golpe absolutista (napoleónico o monárquico). 2) El golpe militar. 3) el golpe constitucional o democrático, que está siendo la última estrategia de la Cía para América Latina (Honduras, 2009, Paraguay, 2012, Brasil, 2016) centrada ahora en el golpe en Venezuela. | En España, el primer golpe de estado lo ganaron los golpistas con un pronunciamiento (1874); el segundo, con una guerra civil (1936‑39); el tercero con una Constitución (1978) y, el cuarto con dos palabras: en funciones (investidura de Mariano Rajoy el 29 de noviembre de 2016). | Hacia el 29‑N los pasos fueron: 1. Creación de un enemigo interno (soberanismo, como ruptura de la unidad nacional, y populismo como ruptura del discurso político). 2. Creación de un estado de opinión (inconvenientes de un gobierno en funciones y de unas terceras elecciones). 3. Prevalencia de la ley (Constitución, judicialización y autoritarismo incluso en partidos de oposición). 4. Presiones internacionales. 5. La democracia como solución: reelección de Mariano Rajoy con solo el 33,03 por ciento del voto.

[1] Este rechazo moral y jurídico debe mucho a escritos de combate de Víctor Hugo (Histoire d’un crime, Napoleón le petit), Pierre-Joseph Proudhon (La révolution sociale démontrée par le coup d’état) y Karl Marx (El 18 Brumario).

[2] A imagen de la labor emprendida por Cánovas del Castillo para propiciar la restauración alfonsina en España.

[3] Eduardo González Calleja, del Instituto de Historia del CSIC y profesor asociado de la universidad Carlos III, ha publicado La razón de la fuerza (1998), El máuser y el sufragio (1999) y «El Estado ante la violencia» en el libro dirigido por Santos Julia, Violencia política en la España del siglo 20 (Madrid, Taurus, 2000).