FEMINISMO
Para la revolución de las mujeres (no para la moda ni para manuales al uso), hablar de la mujer ha sido hablar del feminismo. Y el feminismo ha muerto. Primero, y desde los años 80, el feminismo murió por haberse dejado neutralizar por el masculinismo feminizado: hombres objeto, hombres embarazados, mariquitas con tacones. Y después, desde 2007, por adoptar el rol de la mujer musulmana. El caso es que hoy no hay feminismo que merezca ese nombre. Seguir hablando de las mujeres, de lo que piensan las mujeres, de lo que harán las mujeres, por ejemplo, en las próximas elecciones, carece de sentido. Entre femimachos y tapahembras las mujeres se han quedado sin teoría. Y sin teoría todo es hablar y no saber de qué estamos hablando.