COPLAS URDANGARINAS
La infanta en el banquillo
Caso Nóos. Culpable, quien puso la monarquía. Monarquía no debe oponerse a república, trampa en la que han caído los nostálgicos de la II República, si por república se entiende república presidencialista. Vean la de naciones que no desdoblan estado y gobierno (cabeza del estado: presidente o rey / cabeza del gobierno: primer ministro): Angola, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú, y hasta los mismísimos Estados Unidos. Desconfíen de quien arremete contra Cristina de Borbón en particular. Detrás puede esconderse un furibundo partidario de una institución que se apuntala y se consolida bajo los gloriosos lemas de que su enjuiciamiento demuestra el imperio de la ley y de que los españoles somos iguales ante la ley y con el pretexto de que la monarquía resulta práctica y menos costosa que una jefatura de estado que hubiera que elegir democráticamente. O sea, que, encima, Urdangarines buenos y Cristinas honradas resolverían la nación. (Apostillas a la semana del rey)
Diviértanse con las Coplas urdangarinas de la infanta doña Cristina.
He aquí un extracto:
Dijo verdades
como puños la infanta:
¡Y ella qué sabe!
De abogado, a cliente:
–Tú, ve a lo tuyo.
(Lo de hacerse la tonta,
lo dijo el vulgo.)
–Me haré yo misma
boba, muda, entre sorda,
dijo Cristina.
Y va y lo borda:
que al marido le pongan
otras esposas.