ECONOMÍA DEL ANTI TERRORISMO
Igual que la medicina tiene dos caras, la curativa y la preventiva, antiterrorismos, hay dos, el curativo (vía militar y policial) y el preventivo: el que no da motivos al extremismo. Si la mejor enfermedad es la que no existe, porque se ha erradicado o se conoce su vacuna, ¿por qué ante el yihadismo no se acude a las fuentes para ver qué pasa y qué se puede hacer? ¡Más policía, más detenciones, más tropas a Siria!, gritan entusiasmados los partidarios de Interior y de Exteriores, de Fernández Díaz y de Morenés. Y no se dan cuenta, o quieren que no nos demos cuenta, de que un soldado vale dinero, sin producir nada, y de que un policía tampoco trae ningún bien de uso bajo el brazo. Un militar, por principio, es un objeto económico paradójico y parasitario. Es el único oficio al que se paga con gusto con tal de que no haga nada, porque si trabaja es que hay guerra, y la guerra sería peor. Voluntad y vocación de servicio son distintas en la policía, aunque tampoco los gastos en seguridad escapan a esta lógica: cuanto menos guardias o agentes, mejor que mejor: será señal de que la sociedad se auto regula y no necesita ser vigilada ni protegida. España pudo haber cerrado sus cuentas con el extremismo islámico en 2004, cuando perdió el PP, el partido militarista del enfrentamiento, y ganó el Psoe, el del No a la guerra. Los atentados de Atocha habían sido el 11 de marzo, las elecciones el 14, y el 21 de septiembre el presidente Zapatero propuso en la Onu la Alianza de Civilizaciones. Aunque la Alianza se haya demostrado un fracaso, no está mal esa reacción diplomática comparada con el militarismo de manual que ahora vuelven a exhibir Francia o Inglaterra tras los atentados de París (que en Siria dirán ¿pero estos imbéciles por qué nos bombardean si los culpables eran franceses y belgas?). Vamos a verlo de otro modo: sueldo del militar que envía España al exterior + sueldo del policía que previene en España la respuesta del terrorismo interior = dos sueldos. Si España hubiera sido o fuera neutral España, el gasto sería cero sueldos. Mira que gusta a la derecha echar números, calcular gastos, buscar lo rentable y recortar lo no rentable en educación, en sanidad, en gastos sociales y, sin embargo, en materia de armas, ejércitos y policías se le abren las carnes del Presupuesto: ¡Más tropas, más policías, y lo que cueste! Lo peor es que hay gente buena y creadores de opinión que al militarismo le ríen las gracias.
Véanlo en España y terrorismo y contrástenlo con este otro: No busquen los culpables en Oriente.