Desde que en 1989 cayó el Muro de Berlín (del lado equivocado: pues el bloque del Este, al menos, algo nuevo estaba intentado) y desde que la clase obrera del primer mundo se sintió clase media y Estado del Bienestar, el anticapitalismo quedó sin rumbo ni tripulación.[1]
Con la globalización pasa tres cuartos de lo mismo. Y vemos gente que, debiendo estar a favor, se manifiesta en contra con el mismo espejismo: globalización contra libertad.[2]
La globalización, aparte ser un indicador que establecen instituciones tan fiables como la Politécnica de Zúrich, la consultoría A.T. Kearney o la revista Foreign Policy[3],
es y será lo que nombró Marshall McLuhan allá por 1964/68 bajo el concepto Aldea Global para la sociedad de los nuevos medios audiovisuales, que habían tomado el relevo a la Galaxia Gutenberg, de la palabra escrita. Y, de ahí, a la revolución digital de las TIC o Sociedad de la Información (Yoneji Masuda, 1968).
Por la parte información, las tics nos han liberado del monopolio de la prensa (prensa que podía oscilar de cuarto poder a voz de su amo).
Y por la parte comunicación, usted y yo vivimos conectados y puede conectar el mundo entero con el otro mundo. Esa es la conquista. Alguien nos ve y todos nos vemos. El ojo de Dios es Google, está en la Red, la máquina en que escribo, mi pantalla en mi bolsillo.
No dejen que esa maquinita se la censuren ni se la quiten quienes por mantener sus antiguas posiciones quieren hacer de su visión y su versión toda la verdad y nada más que la verdad. Ni se dejen engañar por esa corriente que enfrenta en falso globalización y libertad. La humanidad ya cayó en esa trampa, ya hemos visto esa película.
Nuestro dispositivo móvil nos dirá lo que hay detrás de casos como Covid-19, donde toda verdad parece mentira y donde toda mentira parece verdad.
[1] Eso sí: de infinitas universidades, publicaciones y premios nóbeles, llovieron nuevos nombres a lo que –viejo– había sobrevivido a la Caída del Muro: capitalismo afectivo, big tech, welfare, cognitivo, de vigilancia, gore, líquido, límbico, mixto, rosa, verde, woke o zombie.
[2] global : 4.4660M de gugles; globalización : 15M; globalista [frente a nacionalista] : 826.000 gugles.
[3] indicador hay más de uno en realidad. Son índices que miden, por estados o países, grados o niveles de conectividad, integración o interdependencia en las esferas culturales, ecológicas, económicas, políticas, sociales o tecnológicas (Wikipedia).