El enemigo conoce el sistema, el sueño roto de una Internet libre: triple fraude de la inteligencia, del negocio editorial y del nuevo mundo que se merece el mundo.
1.
Entre George Orwell (1984) y Aldous Huxley (Un mundo feliz) nos quedamos con Carlos Marx.
2.
En cuanto al libro, por lo leído, primero va en el tópico de los peligros de la Red. Peligrosa o no, la red ha llegado para quedarse, quejarse de ella puede resultar didáctico pero derribarla es inútil: habrá que cambiarla, como diría Marx; tomarla (como se tomó en su día la Bastilla o el Palacio de Invierno) para la causa de Internet de las ideas, no de las chorradas.
3.
Y, entre el Estado y el individuo (pasando por la empresa), no la emprenda, Marta Periano, con el Estado y la visión igual de todos los totalitarismos, históricos o distópicos, otro tópico, que ya cansa. El Estado es la única superación del individuo que conocemos.
4.
Termina con la trama rusa contra Trump. Interesantillo pero déjà vu. Ya leído.
5.
Solamente lo de después de la economía de la atención (subtítulo del libro) ya debió servirnos como señal de peligro para no seguir leyendo. ¿Economía de la atención? ¡Lo que no inventen cátedras!
6.
Ya decía alguien que lo mejor de una reseña o crítica previa a un libro es que nos ahorra la tentación de comprarlo. Por algo desapareció la revista Mercurio.