Circula por ahí un manifiesto Espacio libre de machismo que andan firmando colegios e institutos. Toda campaña por un buen objetivo merece nuestra firma pero donde haya una alumna tapada no habrá espacio libre de nada. Tampoco, donde los niños dominan el centro del patio y del recreo con su juego al fútbol mientras las niñas van a lo suyo alrededor de ese patio. El Plan de igualdad y coeducación data de 2005 y la alianza de civilizaciones, de 2007.
Denme un colegio libre de pelotazos y libre de signos religiosos externos; atrévanse las ampas a entrar en el espinoso asunto de velos y crucifijos y de adolescentes con uñas pintadas y zapatos de tacón. Y a lo mejor me creeré que se está haciendo algo hacia la igualdad, única manera de combatir el viejo machismo junto a los nuevos orgullos que andan por ahí.