ESPEJITO, ESPEJITO
Una foto. La sacralización de la nada. Quien se hace un auto retrato (un selfie) pregunta a la cámara: –Espejito, espejito, ¿quién hay más bella? –Espejito, espejito, ¿quién hay más guapo? O, a falta de concurso de belleza, su contrario, el feísmo: a ver quién saca más larga la lengua y quién mira con más desprecio a la cámara. Esta estupidez se sirve individual (una persona, una foto) o en grupo recordatorio.
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