Sostiene Antonio Rivero Taravillo que no va a callar que Cuba es una penosa dictadura comunista. Para él y otras señorías que sufren de anticomunismo en grado sumo y para librarles de penosas dictaduras comunistas, estas líneas:
Antes que nada, tranquilidad general. No cunda el pánico.
El comunismo no existe. Dicho en términos de mercado, el comunismo fue un producto final que el mundo no conoció, porque no lo dejaron prosperar. Hablar de comunismo entre nosotros es como hablar de la resurrección con un cristiano.
El anticomunismo como antídoto prefabricado (como vacuna al vacunado) sí que ha sido muy real —tan real como la muerte y el miedo a la muerte, capaz de sostener todo el edificio de resurrección o reino de los cielos.
Sí hubo partidos comunistas por distinguirse de socialistas que acabarían socialdemócratas.
Pero los productos intermedios que dio al mundo el comunismo nunca se llamaron comunistas sino repúblicas democráticas, soviéticas o populares.
Que esos estados aparecieran bajo partidos comunistas en uso de dictaduras no niega lo que hablamos: seguían siendo movimientos marxistas (Marx, término fundacional) creídos en un viaje del capitalismo al socialismo, mediante dictadura de la clase trabajadora, hacia una sociedad entre iguales o comunes por eso llamada comunista. No hubo otra secuencia en la Historia.
Para un viajero en el capitalismo, para un demócrata, el capitalismo no iba a facilitar la visión de las cosas. Hartos estamos de guerras o conflictos de religión por un quítame allá un chií contra un suní, un calvinista contra un luterano, bautizados contra neocatecúmenos, circuncidados o no. ¿Nos va a extrañar el guirigay de ismos, trotskismo, maoísmo, castrismo, guevarismo?
¿Nos va a extrañar si quien imparte la clase o dicta la lección es el demócrata de la democracia, el ejemplar más simple y rudimentario del universo, sostenido en 2021 como si aún estuviéramos en 1789 y hubieran sido ciertas libertad, igualdad y fraternidad, más la pompa de otras pompas como Estado de derecho, Estado del Bienestar, separación de poderes, prensa libre, país libre?
¡Pues no tiene jerga el jergón que sirve al pensamiento simple para pillar el sueño!
Del comunismo se puede dudar. De lo que no se puede dudar es de la infamia y bajeza del anticomunismo, la ristra de horrores de que ha salpicado la historia, y las simplezas que ha hecho decir a mentes despejadas como Antonio Rivero Taravillo.
Preocupémonos del capitalismo que nos lleva, y dejemos en paz a Cuba, o países y pueblos que lo intenten.
Magnifico
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