El 9 de junio de 2019 la revista de moda, tendencias, estilos, compras y experiencias en la red Mi diario de moda, de Paula de Gracia, se hizo eco del artículo histrión, histriónico, histrionismo, de Daniel Lebrato, publicado en [eLTeNDeDeRo] ese mismo día.
Me hizo gracia. En principio, el histrionismo, que es una actitud o patología, nada tiene que ver con la moda, al menos entendida como lo que se lleva llevar. ¿Creías salirte de la moda? ¡Pues toma moda, Danielito!
Probablemente Paula de Gracia, la conductora de Mi diario de moda, habrá visto en mí a alguien que sabe que salir a la calle es abrirse el telón, y el histrionismo (como teatralidad) ayuda a la representación de la misma manera que pueden ayudar la madurez o el distanciamiento, la ironía o la cara dura. Revolviendo en Borges sobre el destino, podríamos afirmar que todas las modas, por muchas y cambiantes que sean o por mucho que dependan de vaivenes del mercado, se resumen en una sola: el momento en que uno sabe para siempre quién es y cómo quiere salir a escena, ya que no hay más remedio que salir. Igual que se dice que “el hábito no hace al monje”, podría decirse lo contrario a nada que uno se crea el papel que representa. Lo que no se puede o no se debe: ser títere manejado por hilos del juego de la compra, de tienda en tienda y compro porque me toca.
En cuanto a mi aliño indumentario, es solo una respuesta a pruebas físicas que no aprobé en mi vida: mi alopecia, mi miopía no apta para lentillas, mi inoperancia ante escaparates y grandes almacenes. Y he quedado en puro arcaísmo apalancado en el tipo de los galanes del cine en tecnicolor. Yo, que no soy galán, me defiendo como puedo. Y es verdad que daría todo mi ropero por que no hubiera nadie en el mundo sin vestir o pasando frío. No creo en la apariencia como seña de identidad. Mi identidad es la común pertenencia a un único y mismo género humano.
□ enlace a Daniel Lebrato imágenes