Ayer he vuelto a ver a Nacho y Rosa. Fue en la Bodega San José, Adriano 10, zona La Taurina de Sevilla. Nacho Camino yo coincidimos en el penal del IES La Paz la década 95 / 2005. Después volvimos a vernos el 6 del 6 de 2007, cuando la jubilación de Orestes Elías, acto que yo titulé, con permiso de nadie, El hombre vino al sur, soneto heptasílabo. Orestes me lleva a León, leonesa es Rosa Rodríguez, música como Nacho, ella violín y teclados y él teclado y voz (dicen los créditos). A todos nos unió en un momento dado la enseñanza media y la Ruta de Plata. El primero en bajarse fue Orestes y a Orestes dediqué el capítulo 357 de Tinta de calamar (2014), que dice así:
«Cuando mi cuñado Orestes murió, de una rara enfermedad que lo dejó, como a Cortázar, sin defensas, la familia Elías Villalobos me hizo el honor de darme atril en su despedida.
EL HOMBRE VINO AL SUR
El hombre vino al Sur
desde un país lejano
que toca con la mano
los picos del astur.
Vino con su latín
a cuestas, con las ganas
de ver las sevillanas
por la Ciudad Jardín.
Ora et labora, juntas
respuestas y preguntas.
Con El País las mata
callando, y él lo sabe.
En sus pupilas cabe
la Ruta de la Plata,
la vida en fin.
»Lo de matarlas callando se refiere a las moscas o a los mosquitos que Orestes con el periódico despachurraba en un pispás, también pis pas, que la Academia, siempre a lo suyo, iguala con la locución ‘en un santiamén’, mensaje subliminal del Spiritus Sancti, Amen, con lo que quita de onomatopeya y pone de Iglesia. Orestes fue agustino antes que padre. Su latín a cuestas se le hizo más fácil cuando su vida pasó de casar a gente, a casarse él. Como hay quien está como para parar un tren, mi cuñada estaba para quitar vocaciones.»
De Nacho Camino, de las Asturias de Oviedo, me alejó mi forzosa salida por la puerta falsa del instituto La Paz; expediente de los de chincha y rabia, instituidor, porque gracias a aquel acoso fui a dar al Martínez Montañés, donde me esperaba la mejor compañía que he tenido en institutos de Sevilla. (Valverde del Camino, patria querida, es Huelva, si el cambio climático no manda otra cosa).
Lo superior de nuestro reencuentro, y lo digo por si sirve, fue que en el cruce de pasados y presentes no salió en ningún momento más que el bienestar que nos unía. ¡Esos diálogos de besugos o esos coloquios de los perros que han hecho la mili juntos, viejos alumnos o viejas glorias que se repiten y se repiten y se vuelven a repetir! Entre nosotros lo único que se repitió fue la Cruzcampo y la manzanilla Barón en rama, 1,50 euros. La Bodega San José ‘El Punto’ ha perdido recientemente su riquísima tortilla de patatas, que hacía la abuela y a la que Sanidad pide papeles que ella no está dispuesta. El único momento de tensión fue cuando Rosa me preguntó si seguía escribiendo. Yo le dije que sí. Esta es la prueba.
Arenal de Sevilla,
camino y rosa;
yo pensando en la última
y, otros, la próxima.
Nacho y Rosa en concierto, enlaces:
–Concierto en Sala Cero (2013)
–Corral de los Artesanos, Sevilla (2007)
