Las relaciones serias se rompen por motivos serios pero los motivos serios adoptan a veces la forma de episodios sin importancia. En ese caso conviene volver atrás, salir de la frivolidad, hacer repaso, examen de conciencia, y ver hasta qué punto el episodio es gota que colma un vaso.
Grandes e importantes relaciones como las de familia merecen terminar con claridad y las causas tienen que ser causas tremendas, bíblicas, de honor, debe haber un gran engaño, un gran fraude, una gran infidelidad o traición. Factores que casi nunca faltan en familia: enemistades por celos o por dinero.