DEPORTISTAS
Se fabrican por tallas y al peso en masculino, femenino y paraolímpico. Solo piensan en la victoria aunque, si les preguntan, lo importante es participar. Rinden culto al cuerpo aunque lo primero sea la persona. No han bajado a la mina. No han subido al andamio. Tienen una extraña relación con las drogas. No son el homo fáber que hace cosas con sus manos. No son el homo sapiens que ha mejorado a unos pocos. Son y no son de los pocos. Los de arriba los quieren como César a Espartaco. Los de abajo los adoran hasta saber de su estado más que de su propia pareja y al milímetro conocen cada fibra del bíceps o el lento avance del tatuaje por la piel de su ídolo. Los altos van a hacer canastas. Los chicos, a meter goles. Los primogénitos, al golf o al tenis. Algunos suman la mens al córpore. Los estudios les servirán cuando tengan que dedicarse a otra cosa. Pronto envejecen. Ganen o pierdan en sus declaraciones no dirán más que bueno, sí, bueno y pero bueno.
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