José Manuel Ortega Heredia, Manzanita (Madrid, 1956 – Alhaurín de la Torre, 2004), canta Romance del caballero, álbum En voz baja a las rosas (1988), después Locura de amor (2001) sobre una letrilla de la lírica tradicional, siglo 15, vitalizada por Lope de Vega (1562-1635) y llevada a zarzuela por Joaquín Rodrigo (Sagunto, 1901 – Madrid, 1999).
De ahí, año 2001, debió llegar hasta Manzanita este romance hexasílabo [a-e] de nueve mudanzas con estribillo.
Madre, un caballero
que a las fiestas sale,
que mata los toros
sin que ellos le maten,
más de cuatro veces
paseó mi calle,
mirando mis ojos
porque le mirasen.
¡Rabia le dé, madre,
rabia que le mate!
Músicas me daba
para enamorarme,
papeles y cosas
que las lleva el aire.
Siguióme en la iglesia,
siguióme en el baile,
de día y de noche
sin querer dejarme.
¡Rabia le dé, madre,
rabia que le mate!
Y de mis colores
dio en vestir sus pajes
al uso moderno,
que es corto de talle.
Como son mis bienes,
lo fueran mis males,
nunca aquestas cosas,
madre, fueran tales,
ni jamás lo fueran
para enamorarme.
¡Rabia le dé, madre,
rabia que le mate!
Viéndome tan dura,
procuró ablandarme
por otro camino
más dulce y suave.
Diome unos anillos
con unos corales,
zarcillos de plata,
botillas y guantes.
Diome unos corpiños
como unos cristales;
negros fueron ellos,
pues negros me salen.
¡Rabia le dé, madre,
rabia que le mate!
Perdí el desamor
con las libertades;
quísele bien luego,
bien le quise, madre.
Empecé a quererle,
empezó a olvidarme;
muérome por él,
no quiere mirarme.
¡Rabia le dé, madre,
rabia que le mate!
Pensé enternecerle
‑¡mejor, mala landre!‑,
hallele más duro
que unos pedernales.
Anda enamorado
de otra de buen talle,
que al primer billete
le quiso de balde.
¡Rabia le dé, madre,
rabia que le mate!
¡Nunca yo le fuera,
madre, miserable!
Pues no hay interés
que al fin no se pague.
¡Mal haya el presente
que tan caro sale
y mal haya el
que tanto mal sabe!
¡Rabia le dé, madre,
rabia que le mate!
Y al correr los toros
mañana en la tarde,
no haga las suertes
que mi alma sabe.
Fáltele la lanza
y el rejón le falte,
con que antaño hizo
tan vistosos lances;
y cuando en las cañas
más gallardo ande,
cañazo le den
que le descalabren.
¡Rabia le dé, madre,
rabia que le mate!
Y al correr la plaza
con otros galanes
caída dé él solo
que no se levante.
Salga de las fiestas
tal, que otros le saquen,
y cuando estas cosas
madre, no le alcancen;
¡Rabia le dé, madre,
rabia que le mate!
Retrato de Lope de Vega, pintura atribuida a Eugenio Cajés, que forma parte de los fondos del Museo Lázaro Galdiano. Datado hacia 1627, este lienzo ofrece una imagen del escritor de busto, con hábito clerical y cruz de Malta.
El hijo fingido (1955-60) de Joaquín Rodrigo se estrenó en Madrid, Teatro de la Zarzuela, el 5 de diciembre de 1964. Jesús María de Arozamena y Victoria Khami, la esposa del maestro Rodrigo, colaboraron en la adaptación de dos obras de Lope: ¡De cuándo acá nos vino! (1633) y Ramilletes de Madrid (1618), y así nació El hijo fingido, comedia lírica, como gustaba llamarla Joaquín Rodrigo, autor de la partitura.
Además de la música del Maestro Rodrigo, bella y evocadora, esta obra tiene gran interés por la adaptación de los textos clásicos: los autores del libreto han sabido mantener no solo la esencia, sino la presencia de Lope y de otras glorias de nuestras letras, como ocurre con la romanza de Angela (nº 24).
37 años después, próximo al centenario del nacimiento del Maestro Rodrigo, otro 5 de diciembre pero de 2001, y en el mismo Teatro de la Zarzuela, Miguel Roa, con la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid, puso en reestreno El hijo fingido, de Joaquín Rodrigo (disco CD – EMI classics, año 2000).
Queden ustedes con las dos versiones, Manzanita y María Rodríguez:
Discografía:
Manzanita: Romance del caballero (3:43)
Madre, un caballero
que a las fiestas sale,
que mata los toros
sin que ellos le maten,
más de cuatro veces
pasó por mi calle, [1]
mirando a mis ojos
porque le mirasen.
¡Penas le den, madre,
penas que le maten!
Música me daba
para enamorarme,
papeles y cosas
que se lleva el aire. [2]
Me sigue en la iglesia, [3]
me sigue en el baile,
de día y de noche
sin poder dejarme. [4]
¡Penas le den, madre,
penas que le maten! [5]
. . . . . . . . . . . . . . . . . [6]
Viéndome tan dura,
procuró ablandarme
por unos caminos
más dulces y suaves. [7]
Me dio unos anillos
con unos corales,
zarcillos de plata,
botitas y guantes. [8]
Me dio unos corpiños
como unos cristales;
negros fueron ellos,
pues negros me salen.
¡Penas le den, madre,
penas que le maten! [9]
Perdí el desamor
con las libertades;
bien le quise luego, [10]
bien le quise, madre.
Empecé a quererle
y empezó a olvidarme;
me muero por él
y él no quiere mirarme. [11]
¡Penas le den, madre,
penas que le maten!
Pensé enternecerle
‑¡mejor, mala landre!‑,
hallele más duro
que unos pedernales.
Anda enamorado
de otra de buen talle
que al primer billete
le quiso de balde.
¡Penas le den, madre,
penas que le maten! [12]
[1] pasó por por paseó refuerza el hexasílabo.
[2] se por las sentencia al modo que el viento se lleva.
[3] Sin enclisis, es actualización.
[4] poder por querer aumenta la fatalidad de un sino.
[5] Entre rabia y pena o pena[s], B refuerza la maldición.
[6] La tercera estrofa tiene indudable gracia (ese caballero vistiendo a los suyos librea amorosa) pero no avanza en nada, y M. se la ahorra.
[7] Sin mayores diferencias de valor.
[8] Entre botillas y botitas no se percibe diferencia de valor.
[9] Después de este estribillo y mudanza de 12 versos, un bis musical señala el ecuador entre las dos mitades.
[10] Sobre la enclisis, B mejora el ritmo de A.
[11] Esa sílaba de más (heptasílabo) la acorta Manzanita en anacrusis (Navarro Tomás).
[12] Al despedir aquí, B prescinde de las maldiciones contra el caballero toreador. El resultado es de copla como canción española.
María Rodríguez, romanza acto 2, escena 24, de El hijo fingido 2000 (4:08)
El hijo fingido, de Joaquín Rodrigo, zarzuela completa (1:18:14)
Bibliografía
Fuentes para la letra:
Página Sons de Turoqa, de Manolo de Turoqa
Documentación:
Irene Domínguez: Manzanita, ¿el primer cantautor gitano? Zenda Libros, 19 oct 2020
eLTeNDeDeRo ~ eLSoBReHiLaDo
año 2022
/ a Jose Marrodán y Fernando Villalobos /