tratado de la vivienda.

1930 LA CARRERA 2

Roma antigua nos trajo el feudalismo que todavía nos dura. La tierra como posesión y dominio. Normandos, fenicios o cartaginenses tuvieron otra idea del saqueo, del expolio, de la piratería, de la conquista y dominio. La conquista y dominio según Roma, ligada a la propiedad de la tierra, marcó el territorio y lo jerarquizó en provincias que luego fueron marcas y condados; y el duque y el marqués y el conde y el vizconde y el barón y el señor y el hidalgo o caballero: de más a menos metros cuadrados y, sobre los cuadrados, los cúbicos.

De la sociedad de consumo nos viene el que la gente joven asocie vida en pareja, o casamiento, con acceso a distinta vivienda, alquilada, hipotecada o en propiedad, conforme prospere la nueva familia.

1930 LA CARRERA 2

No siempre ha sido así. Antaño (cuando la vivienda rural carecía de puerta que cerrase cuartos o dependencias que no había que cerrar), la casa se tabicaba lo justo para un nuevo dormitorio, el que albergaría a la pareja de recién casados, que así tendrían su intimidad y su nido. Por razones de herencia y patrimonio, más veces era la mujer, la novia, la que cambiaba de domicilio, para seguir el varón en las labores del campo, huerto y ganado que un día iba a heredar por línea paterna.

1930 LA CARRERA 2

En la foto pueden ver la casa familiar en el km 18 del ramal de carretera Santander Oviedo por la costa, año 1930. Vista de frente, la vivienda ofrece tres volúmenes, de izquierda a derecha: cuadra, vivienda chica y vivienda grande original; la chica, ya con algo de piedra, señal de alguna prosperidad sobre la más antigua, que vemos en cal, más modesta.

1930 LA CARRERA (2)

En la siguiente foto, tomada ayer mismo, se ven, noventa años después, las sucesivas subdivisiones (o ampliaciones) que ha ido conociendo la casa primitiva. Cuanto más a la derecha, mejor se observa la ampliación en metros cuadrados (en fondo) de cada nueva casa. Hasta llegar a la vivienda a la derecha, casi adosada al conjunto.

2020 LA CARRERA

Esta reflexión no hará que cambien prácticas sociales que hoy son del currículo de una vida estándar, pero puede hacer recapacitar a quienes creen que otro mundo es posible y, a la vez, ignoran el mundo de donde vienen, la piel de la historia de donde vienen, y que han mudado a gusto de la Banca a juego con el Estado del Bienestar. También puede servir para bajar los humos a la cultura de la exaltación ante las Itálicas y Capitolios más fascinantes. No hay monumento ni arte antiguo que no esconda la sangre del esclavo, el sudor de quienes trabajaron con sudor, ajenos a toda contemplación estética que el visitante se permita. Otro día hablamos del trabajo, latín tripaliare ‘torturar’, de tres palos, como cepo o instrumento de tortura. Contra quienes desde el grecorromano gremio del arte y la cultura escapan al trabajo manual por cuenta ajena; de todos los trabajos y de todos los ‘por cuenta’, el más duro y alienante, el que más embrutece al ser humano.

1970 LA CARRERA 2
Daniel Lebrato, hacia 1970, entre críos, titos y mayores.


Fotos Archivo Lebrato Martínez y Juan Lebrato


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