¿En qué se parecen el lenguaje coeducado (o de géneros o inclusivo o elegetebeí) y el español hablado en Andalucía (EHA o MLA, por modalidad lingüística andaluza)? [1]
En que los dos lenguajes se han tenido que buscar la vida y los dos han sacado los colores ideológicos a la Academia. El andaluz, por ser del sur –ya pasó con Nebrija, frente a la norma toledana– y, el coeducado, por ser la primera vez que un habla trasversal ha llamado a la puerta del diccionario y de la gramática con semejante impulso vindicativo –y no gremial ni económico, ni universitario ni científico con sus barbarismos, neologismos o tecnicismos– para que la Academia se manifestase tan a la defensiva y con un único y tenaz argumento: “el masculino incluye al femenino”, cuando mujeres y no mujeres con presencia en la política, en sindicatos, en enseñanza y universidades, te están diciendo que no, que no se sienten representadas. La Academia dejó de servir como servicio público para erigirse en Tribunal Supremo de la Palabra, y el coeducado empezó a dar palos de ciego igual que el andaluz que tomó senda por carrera, esto es: lo difícil por fácil y, claro está, se equivocó: le salió un churro o un adefesio. [2]
Hoy, cuando un sector del feminismo hétero se declara en conflicto con el no-sexismo homosexual [3]; hoy, que el dichoso “todos y todas” parece muletilla imposible de erradicar de lo políticamente correcto; hoy, que la equis y la arroba usurpan su lugar escrito al paradigma a/o (incluso en ámbitos universitarios), lo suyo sería no hacer sangre del lenguaje caído y repartir responsabilidades (si por un lado hubo mucho atrevimiento; por el otro, altanería y dejación) y aconsejar o propiciar buenas prácticas que permitan cumplir a un mismo tiempo con las ideas y con la belleza del idioma.
Reto, por cierto, algo coincidente con la actualidad del andaluz, que ya no consiste en cómo se habla (yo hablo andaluz, qué si no). La próxima parada será –ha sido ya– el andaluz escrito, cómo se escribe, y sin que haya que poner comillas, la Noche del Alumbrao o la Cena del Pescaíto [4]. En fin, si vamos a seguir dando camballás unos contra otros a costa del lenguaje.
Enlaces:
–El español hablado en Andalucía
–andalucismos reconocidos o no
–El andalucismo del Arcipreste de Hita
[1] A día de hoy, estas son las frecuencias en Google: coeducado : 5.350 gugles, de género : 897.000, inclusivo : 1.250M (teniendo en cuenta que inclusivo lo mismo es que sí –según la Academia– que no), lgtbi : 276. E.H.A. : 30.900, M.L.A. : 117.000.
[2] LBA, estrofa 116: «tomó senda por carrera como [faz el] andaluz» Sobre el posible añadido de “faz el”, ver el interesantísimo artículo Cruz cruzada panadera y el andalucismo del Arcipreste de Hita, por Carmen Juan Lovera (del Archivo Municipal de Alcalá la Real, Jaén) y María Teresa Murcia Cano (Cronista Oficial de Frailes, Jaén), publicado por el Centro Virtual Cervantes.
[3] El asunto “vientres de alquiler”, al fondo.
[4] El grupo EHA, tal vez debiera reconsiderar su hache.
imagen portada: Nueva Revolución.es