La desagradable cuestión del control de natalidad.
Cuenta Infolibre, 26/06/2019, la propuesta de renta mínima estatal presentada por la Autoridad independiente de responsabilidad fiscal (AIReF) por encargo del Gobierno. La AIReF plantea dos opciones:
A/ Una prestación del 80% del indicador público de renta de efectos múltiples (Iprem) para el tramo de renta más bajo y un complemento por hijo a cargo con un máximo de tres hijos (cursivas de [eLTeNDeDeRo]) de 1.200 euros al año para ambos tramos.
B/ Una ayuda del 10% al 80% del Iprem para el tramo de renta más bajo, a lo que se añade un complemento por hijo de 1.680 euros anuales para el tramo más bajo y de 1.200 euros para el segundo tramo.
Además, sugiere hacer compatible la prestación con el empleo, permitiendo que actúe como un complemento salarial hasta un determinado umbral en el que se haya alcanzado un salario suficiente (cursivas de [ET]). Existiría un incentivo de entre 50 y 100 euros para que al beneficiario le interese mantenerse en el empleo. Asimismo propone simplificar el sistema y establecer una ventanilla única a través de trabajadores sociales. Además aconseja como requisito la inscripción en la Agencia Tributaria para reducir el riesgo de fraude.
Leído lo cual, ¿por qué tres hijos? La verdadera moral no se divide. ¿Los tres hijos incluyen también discapacidades? ¿Cuándo el Estado, o el gobierno que hable por él, va a imponer el permiso de natalidad para traer criaturas al mundo? ¿No es más importante y vital conducir un hijo que un vehículo automóvil?
Lo que está claro es que el primer cociente de la pobreza se obtiene dividiendo ingresos entre personas a cargo como unidad familiar. Iglesia y Estado se niegan a hablar del tema. Oenegés y buenismos más bien destacan y acentúan, por cada noticia y suceso, la cantidad de mujeres e infancia que sale perjudicada. Sin embargo, el control de natalidad sigue siendo el modo más fácil de combatir la pobreza por casa, por familia o por persona. Y también está claro que con dineros públicos no deben financiarse instituciones privadas, como es la familia con la decisión de traer un nuevo ser. Hagan juego y piénsenlo un poco. Por último, el mundo está lleno de criaturas por adoptar y por una vez debiera primar el principio constitucional de igualdad ante la ley: solteros, solteras, padres, madres, solas o en familia.