Vista la Fiscalía contra el Procés, surge una reflexión. Quien vote el 28 de abril estará votando al Estado que (con mi dinero a través de impuestos y Presupuestos del Estado) financia esa Fiscalía que está por condenar a doce buenas personas buenas (de las que se puede discrepar) por seguir un mandato que (nos guste o no) salió de las mismas urnas de cristal que el día 28 nos pondrán por delante.
Mi reacción no puede ser más sencillita: No con mi voto. No iré a votar. No porque me abstenga (como quien no tiene claro qué partido elegir), sino porque me declaro objetor de conciencia y me sumo a una Huelga general revolucionaria contra la democracia española.
Colegios electorales vacíos ese día. ¿Se imaginan?
Y no me vengan desde la izquierda con que ganaría la derecha. La derecha incluye también Izquierda Unida o Podemos en tanto guardan y custodian el orden establecido con su unidad de España, con su obediencia al Rey y con su Fiscalía furiosa. No me consta otra cosa.