En la palabra escatología, se cruzan éskhatos (último) y skatós (excremento), dos palabras griegas que tienen y no tienen que ver, pues una es teología que estudia el destino último del ser humano y otra se refiere a los excrementos. Lo cual, que escatológicas lo mismo son la Comedia de Dante y las Coplas de Manrique que la foto del de la foto. Si ustedes teclean “cagando” en Google obtienen 5.950.000 resultados en 0,37 segundos (se dice, o se caga, pronto). En inglés se caga aún más: 12 con 4 millones de shittings, y en francés 4 con 8 chiants.
En literatura española la cagada más famosa es la de Sancho Panza en el capítulo 20 del Quijote de 1605, cuando el hidalgo reprochó a su escudero su célebre –Hueles, y no a ámbar. Antes, la cagada más notoria la leemos en El conde Lucanor, publicado en 1335, donde se cuenta el caso de un anciano filósofo que, sintiéndose apretado y por seguir el consejo de sus médicos para su mal de vientre (se le enconaban las heces), fue una vez a aliviarse a una calle de mujeres malas, sin él saberlo. Total, que, sin querer, dio muy mal ejemplo a sus discípulos, quienes creyeron que el maestro virtuoso se había ido, no de varillas sino de putas. El conde Lucanor, ejemplo 46.
Aún antes, el romance que dice De Zamora sale Dolfos (viejo aunque publicado en el siglo 16) da cuenta de la traición al rey Sancho II de Castilla por jabalina de Vellido Dolfos mientras el rey estaba descuidado haciendo lo que a nadie es excusado. Dice el romance: «Apartados del real, el buen rey se había apartado con voluntad de facer lo que a nadie es excusado. Desque así lo vido de espaldas y descuidado, diérale por las espaldas, y a los pechos ha pasado. Allí cayó luego el rey muy mortalmente llagado.» ¡Hay que ser vil para matar a alguien que está cagando! (Pudiera ser orinando, el romance no lo aclara.)
De las escatologías contemporáneas, la más cercana es la de Fernando Merlo, poeta malagueño nacido en 1952 y muerto en 1981 (no cumplió 30 años), cuyas obras completas llevan por título Escatófago bajo este lema: «Porque yo soy poeta / incluso cagando / quiero dar, / os doy, / un poco de mierda. / La demás para mí.»
La primicia que hoy publica [eLTeNDeDeRo] sorprende a Álvaro Martín sentado en el trono mientras escribe sobre papel higiénico no sabemos si una lista de tareas o cinco frases de otra ocurrencia. La foto está robada por cámara familiar o conocida (Álvaro mira a la puerta sin extrañeza). A su izquierda tiene un bidé, así que no sabemos si el papel finalmente lo usó para limpiarse o si le dio mejor fin. (La casa recomienda el uso del bidé, que limpia el culo por irrigación, frente al papel que limpia por aplastamiento.) Álvaro va sin zapatos, algo raro sobre un piso de solería. Ese detalle y el momento en que está tomada la foto, cinco de la tarde de un domingo (16 de diciembre) hace pensar que el hombre habrá comido bien a mediodía y que la digestión cumplida le pilló en el sofá o pisando suelo alfombrado y no tuvo más tiempo. Álvaro escribe con Pilot punta fina (puede ser 0,6). Por el anillo se ve que es varón desposado y por la pulsería que lleva en su muñeca izquierda y la camisa de marca se ve que es hombre de bien y de fiar. Aunque pudiera ser un montaje más que preparado: no se ven calzoncillos por ninguna parte, o sea, o los lleva puestos o es una debilidad o un pudor inconfesable (nos lo hace notar Andrés García Díaz). Sepan más de Álvaro Martín en su página en FB y sigan si pueden su selecto programa del club de Zafarrancho Vilima.
□ ENLACES RELACIONADOS
–Obras completas, vídeo de 0,51 minutos donde se ve a Daniel Lebrato cagando con planteamiento, nudo y desenlace.
–Conversaciones en la catedral del Bar Rodríguez, vídeo de 33,27 donde conversan y se entrevistan mutuamente Daniel Lebrato y Álvaro Martín.