
La secretaría de una asociación científico cultural que hay en Sevilla saluda a su sociedad con esta fórmula: Hola, soci@: En respuesta, una socia sugiere a la asociación evitar la arroba después de evaluar las varias opciones que se le ofrecen, que son a saber y empezando por la arroba:
- el desdoble a/o subsumible por escrito por la arroba: Hola, socio/a. Hola, socia/o. Hola, soci@.
- la elipsis, y poner simplemente Hola.
- la inclusión, y usar, por ejemplo, Hola, colega: camarada: o asociacionista:
Y termina: «Yo optaría por acogerme al término académico accionista, que significa socio o socia en tanto dueño o dueña de una o varias acciones en una compañía comercial, industrial o de otra índole, lo que incluye la índole cultural.»
Se trata de vencer a la Academia con sus mismas armas. Un lenguaje que, sin salir de las normas habladas y escritas del español, no de pie ni a la burla academicista (vale decir: machista) ni a la masacre del idioma.